Javier Murillo

Relatividad algorítmica

La tecnología abre una oportunidad de negocio a los emprendedores en la industria de la ciencia de datos aplicada, señala Javier Murillo.

Una reportera le preguntó a Denzel Washington que por qué necesitaba un director de color para su película UrbanView y no uno caucásico. La respuesta fue magistral: “No es el color, es la cultura, Steven Spielberg hizo La Lista de Schindler, Martin Scorsese realizó Buenos Muchachos, Steven Spielberg pudo haber dirigido Buenos Muchachos, Martin Scorsese probablemente hubiera hecho un buen trabajo con La Lista de Schindler, pero hay diferencias culturales…”.

Washington cierra la entrevista con una acotación emocional que entendieron todos los presentes, incluyendo a la entrevistadora, que también era de color: “Yo sé, tú sabes, todos nosotros sabemos, lo que es que un peine caliente te toque tu pelo en la mañana de un domingo, a lo que huele. Esa es una diferencia cultural”.

Todo, incluyendo los algoritmos son relativos a la cultura de quien los diseña y de quien los entrena.

El problema actualmente es que pensamos que los algoritmos son como los Tres Mosqueteros, “Uno para todos y todos para uno”, y no es así. Por eso es que ni Google, ni Meta (antes Facebook), ni AWS, podrán tener el control absoluto de los algoritmos y las aplicaciones detrás de ellos; los algoritmos tienen que ser relativos a la cultura que los usará y entrenará con su uso.

No lo digo yo, lo dice Elon Musk, quien aseguró en la más reciente Conferencia Mundial de Inteligencia Artificial, de Shanghai, cuando dijo que: “La Inteligencia Artificial hará que los trabajos sean un poco inútiles”.

Los que menos vulnerabilidad tendrán ante esta irrupción de la tecnología serán los que estén capacitados para programar software de Inteligencia Artificial, “si está trabajando en algo que involucra a personas o ingeniería, probablemente sea un buen enfoque para su futuro”.

Los avances tecnológicos, el desarrollo, adecuación y entrenamiento cultural que exigirán estas nuevas tecnologías, abren una gran oportunidad de negocio para emprendedores en la industria de la ciencia de datos aplicada.

El mercado va a valorar más aquellas herramientas tecnológicas que no tengan un sesgo cultural y estén diseñadas para atender íntimamente las necesidades individuales.

Una vez me preguntaron: “Si tuvieras un hijo de 5 años, ¿qué idioma le enseñarías?”. Y mi respuesta fue: “un lenguaje de programación”. Considero que en esta época es más importante aprender un lenguaje de programación que un idioma.

El autor es fundador y presidente del Consejo de Metrics.


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