Ciudad Abierta

El secreto del éxito de la Riviera Nayarit

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A principios de 2007 Nayarit no era un estado turístico.

Históricamente se le había conocido por ser el principal productor de tabaco del país. Aunque desde años antes había aparecido Nuevo Vallarta, sin que tuviera relevancia. Al lado, su vecino jalisciense, Puerto Vallarta, le opacaba cualquier posibilidad de tener una identidad propia y de ser considerado un sitio para vacacionar.

Pero, paulatinamente, la industria tabacalera menguó y hasta la entonces poderosa paraestatal Tabamex desapareció. Así, buscando alternativas para la economía nayarita, a principios del sexenio de Vicente Fox se dieron los primeros esfuerzos por darle una vocación turística a la entidad y se intentó promocionar a Nuevo Vallarta y Puerto Vallarta —apenas separados por el río Ameca— como un solo destino llamado simplemente Vallarta. Pero el proyecto no tuvo éxito.

Cuatro años después, la Secretaría de Turismo federal retomó la idea y volvió a impulsarla, pero no lograron el apoyo del gobierno de Jalisco, que seguía considerando a Nuevo Vallarta muy pequeño para compartir con él la fama de Puerto Vallarta.

Ante esta realidad, las autoridades de Nayarit determinaron iniciar su propia historia en materia turística e inventaron la marca Vallarta Nayarit, pero tampoco resultó un nombre carismático.

En un artículo sobre el tema, publicado en mayo de 2013, señalé: "Fue a Fernando González Ortega y a Marc Murphy a quienes se les encomendó la tarea de poner a Nayarit en la ruta del turismo y una de sus primeras acciones fue darle un perfil definido como destino, para lo cual tenían que empezar por el principio: elegir un nombre exitoso, ya que intentos anteriores habían fracasado.

"Así decidieron que el corredor que hoy va de Nuevo Vallarta hasta el puerto de San Blas fuera bautizado como Riviera Nayarit, causando la molestia de funcionarios de Quintana Roo, quienes veían en esta acción una copia de su Riviera Maya, que ya entonces despuntaba para ser un destino promisorio. Sin embargo, no se equivocaron y el nombre de Riviera Nayarit llegó para quedarse y para posicionar a ese multidestino como la principal zona turística emergente del país.

"En estos últimos siete años, este destino se ha ido posicionando en el gusto de los viajeros, a la par que mantiene un crecimiento constante y espectacular, al grado que alberga a algunos de los principales hoteles de México, de gran lujo, fama y prestigio, como el Four Seasons y St. Regis, ambos en Punta Mita, así como el Grand Velas de Nuevo Vallarta.

"Muchos se preguntarán en qué ha basado la Riviera Nayarit el secreto de su éxito para haberse convertido en el exitoso destino turístico que es en apenas poco más de un lustro. Y yo creo, sin duda, que uno de estos factores ha sido la continuidad en el equipo que tiene esta responsabilidad.

"En este tiempo ya han pasado dos gobernadores y varios secretarios de Turismo, quienes han tenido el tino de mantener a Murphy como director general de la Oficina de Visitantes y Convenciones (OCV). ¿Cuál es la principal virtud de este funcionario? Simple: no es un político y sí un profesional del turismo. Además, desde el lado de la hotelería también ha seguido contando con el apoyo de González Ortega, quien igualmente se maneja con criterios empresariales y no políticos".

Hace cinco días, la Riviera Nayarit celebró su décimo aniversario, definiéndose como "el destino más joven de México" que, a diez años de su creación, "es ya un caso de éxito, consolidada como una de las (marcas turísticas) más importantes a escala nacional e internacional".
Integrado con 23 microdestinos, hoy reciben tres millones de turistas al año; mantienen una ocupación hotelera de 75 por ciento; y cuenta con un inventario de 16 mil habitaciones, con proyectos para diez mil más en los próximos cinco años.

Son buenos números para una marca que apenas tiene una década de existir y de competir en el reñido ámbito de la industria turística.

Sin embargo, si nos situamos en la lógica que suele prevalecer en el país, del reparto de cargos cada cambio de gobierno —sobre todo de aquellos que manejan presupuesto—, lo más insólito es que esta fiesta del décimo aniversario estuvo encabezada por Marc Murphy, quien continúa como director de la OCV, y por Fernando González Ortega, que se ha mantenido como presidente de la propia OVC, además de encabezar desde hace tiempo la Asociación de Hoteles y Moteles de Bahía de Banderas.

No hay duda, la permanencia de este dúo sigue siendo la base del éxito de la Riviera Nayarit.

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