Gerardo Herrera Huizar

Las rupturas que vienen

Todo indica que la primera ruptura ya se dio y la carrera hacia la silla presidencial tomará derroteros de una nueva oposición.

Preguntó: ¿Ya se murió? ...Se refería al dinosaurio...

Sin pretender dotes de prestidigitación, los recientes acontecimientos anuncian una confrontación abierta de carácter doméstico que puede conducir a la ruptura y a la dispersión.

La pretensión de unidad con que se justificó el mitin cuatroteísta del domingo 12 de junio en Toluca dio muestras, en la práctica, de las vulnerabilidades y fragilidades en la cohesión y disciplina interna del movimiento que hoy comanda las decisiones de la vida nacional.

El autodenominado acto de unidad, es evidente, marca el abierto arranque de campañas hacia las elecciones de 2024 con escala en las locales de 2023 y el posicionamiento digital de tres suspirantes elegidos y con la venia del supremo, de entre los cuales deberá surgir el candidato oficial y, en teoría, el futuro nuevo mandatario.

La fórmula para el acto de presentación de las ‘corcholatas’ favoritas, naturalmente, contó con el beneplácito superior, como una estrategia innovadora que nos remite a nostálgicos tiempos idos del siglo precedente, aunque sin la necesaria e indispensable solidez disciplinaria con que, en aquellos ayeres, contaba el apabullante aparato político ideado por el jefe máximo.

Surge la pregunta sobre si la unidad que pretendió mostrarse con el masivo acto, al que acudieron servidores públicos en funciones de diversos órdenes de gobierno, no anticipó también la diversidad de naturales aspiraciones, y ambiciones, en cada uno de los integrantes del séquito sucesorio oficial. Es difícil pensar en la disciplinada resignación de, al menos dos, que por aritmética pura serán excluidos.

Y ya que nos referimos a exclusiones, todo indica que la primera ruptura ya se dio y la carrera hacia la silla tomará derroteros de una nueva oposición, en el seno mismo del oficialismo, la ‘no invitación’ al acto de unidad de uno de los fundadores del hoy ‘movimiento en el poder’, dados los antecedentes (Zacatecas), nos hacen advertir cursos de acción alternativos en la dinámica del senador, seguramente ya contemplados, dada su experiencia en el tablero de ajedrez político.

La segunda ruptura, la que viene, no es tan evidente, aunque sí previsible, ninguna ‘corcholata’ cejará en su intento.

Por el momento, el postulado de regeneración sigue vigente, la innegable necesidad y la promesa de cambio son un anhelo, un interés, una necesidad indispensable y un objetivo nacional permanente, pero la recurrencia al pasado, al consumo melancólico de los viejos modos, los viejos medios de hacer política se oponen, por razón natural, a la exigencia social y al mundo (realidad) global en que estamos insertos y determinan nuestra situación hacia el futuro.

Hasta el momento, por decisión suprema, ante una oposición política decadente, con espacios asequibles de maduración y consolidación institucional aprovechables para una real reconstrucción, paradójicamente, todo parece seguir en ruinas y todo apunta a una profundización del conflicto que se viene gestando al interior de ya sabe usted qué.

De facto, se acaba de dar banderazo oficial con tres oficiales y uno no oficial, aunque oficialmente libero. Y, entre los oficiales, veremos todo tipo de faults, sanciones, tiros directos, indirectos, penaltis, expulsiones, etcétera.

Cazuelas y guijarros estarán volando por toda la mansión reformadora, así sea sutilmente.

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