Perspectiva Global

El desacoplamiento de Banxico (I)

El Banco de México se desacopló del Fed. Sin embargo, no lo hizo con una última alza idéntica como se anticipaba, sino elevando la tasa a un mayor ritmo.

El pasado jueves, la Junta de Gobierno del Banco de México decidió elevar la tasa de referencia en 50 puntos base (0.50 puntos porcentuales) a 11.00 por ciento. Cabe señalar que el 100 por ciento de los analistas encuestados por Bloomberg y por Citibanamex –incluyendo un servidor–, anticipábamos un alza de 25 puntos base (bp). Asimismo, los participantes de los mercados financieros habían expresado este pronóstico de 25pb en los precios de los activos financieros relacionados con la política monetaria. En mi opinión, esta proyección generalizada se explica por cuatro factores:

(1) Interpretación de la comunicación del Banco de México. En el comunicado que acompañó la decisión del 15 de diciembre del año pasado, la Junta de Gobierno mencionó en el párrafo que normalmente utiliza para comentar cuáles serán los factores en los que se enfocarán para tomar decisiones en el futuro que “…La Junta de Gobierno considera que todavía será necesario incrementar la tasa de referencia en la próxima reunión…”. Los analistas y los participantes del mercado interpretamos esta frase como indicación de que ya solo faltaba un alza de tasas más y se desacoplaba del Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). Sobre todo en el contexto de que varios miembros de la Junta de Gobierno habían comentado que Banxico “…no sigue mecánicamente al Fed..:”, así como por el hecho de que el Banco de México inició su ciclo de alza de tasas desde junio de 2021 –nueve meses antes que el Fed–, y que además, a partir de ese momento, Banxico estuvo incrementando la tasa a la par que el Fed. Otro aspecto importante es que debido a que Banxico había elevado la tasa de interés en la misma magnitud que el Fed desde marzo de 2022 y que el Fed decidió disminuir el ritmo de alza de tasas de 50bp a 25bp en la reunión del 1 de febrero de este año, la magnitud pronosticada para el alza de Banxico convergió a 25pb.

(2) Dinámica de la inflación en México. La inflación general anual alcanzó su nivel máximo –al menos de este ciclo–, en la segunda quincena de agosto del año pasado en 8.77 por ciento (segunda quincena de enero 2023: 7.88 por ciento) y la subyacente hizo lo propio en la primera quincena de noviembre de 2022 en 8.66 por ciento (segunda quincena de enero: 8.46 por ciento). El hecho es que la inflación viene bajando, lento, pero sí muestra una tendencia a la baja. Cabe señalar que la inflación subyacente rompió ligeramente su tendencia a la baja en enero. Sin embargo, considero importante tomar en cuenta que un gran número de empresas instrumentan sus revisiones anuales de precios en el primer mes del año. Dada la naturaleza de estos incrementos, considero que la mayoría serán ‘de una sola vez’. Lo que pasa es que dichos incrementos fueron más altos que en años pasados. No obstante lo anterior, en muchos casos, tanto las empresas, como lo que está estipulado en algunos contratos (e.g. arrendamiento), toman en cuenta la inflación del año anterior para decidir sus políticas de incremento de precios y ésta fue muy alta, pero no me parece que debemos juzgar la inflación de enero como una reaceleración de la misma.

(3) Comportamiento del tipo de cambio peso-dólar. En las últimas semanas hemos estado hablando del ‘superpeso’ (“El superpeso”, 17 de enero, 2023). El peso mexicano ha sido de las divisas que mayor fortaleza han observado ante la gran volatilidad global desde el año pasado. Precisamente una de las seis razones que considero que apuntalan dicha fortaleza de nuestra moneda es el actuar responsable del Banco de México para atajar la inflación. Las otras cinco son déficit de cuenta corriente relativamente pequeño y bien financiado, estado de las finanzas públicas, estabilidad social, reducción del universo de inversión financiera (i.e. sin Rusia y desinvirtiendo de China, entre otros) y nearshoring (“‘Nearshoring’ en México, una realidad”, 29 de noviembre, 2022).

(4) Tendencia de los bancos centrales en países emergentes. Si algo se hizo bien en el mundo emergente desde 2021 es atajar el problema inflacionario e iniciar un ciclo de alza de tasas de interés. Sin embargo, en los últimos meses la tendencia ha sido a terminar dicho ciclo, pausar o al menos disminuir el ritmo de alzas. En este sentido, la semana pasada el banco central de Rumania dejó su tasa de interés sin cambio, por primera vez después de un ciclo de 16 meses de alzas de tasas de manera ininterrumpida. Asimismo, el mismo jueves pasado, el Banco Central de Reserva del Perú dejó su tasa objetivo sin cambio, la primera vez desde que inició su ciclo restrictivo a mediados de 2021. Por su parte, el Banco Central de Chile paró su ciclo de alza de tasas en octubre del año pasado, el Banco Nacional de Polonia hizo lo propio en septiembre del año pasado y el Banco Central de Brasil en agosto del año pasado. Inclusive, los bancos centrales que todavía se encuentran elevando las tasas de interés, como el Banco de la República de Colombia, sorprendió al mercado incrementando la tasa en 75bp, menos de lo que anticipaban los analistas y lo que tenían descontado los activos financieros relacionados (100pb).

El Banco de México se desacopló del Fed. Sin embargo, no lo hizo con una última alza idéntica a la del Fed, como anticipábamos, sino elevando la tasa a un mayor ritmo y además, señaló más alzas hacia delante. Si bien la guía que ofrece un banco central a los participantes de los mercados es muy relevante, siempre tiene que quedar claro que no es un compromiso. Debido a restricciones de espacio, dejaré esta discusión, así como lo que considero que pudo haber sido la motivación, así como de las consecuencias potenciales de haber sorprendido, para la semana que entra.

* El autor es Economista en Jefe para Latinoamérica del banco Barclays y miembro del Comité de Fechado de Ciclos de la Economía de México.

* Las opiniones que se expresan en esta columna son a título personal.

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