Estimado lector, no lo conozco pero creo compartir con usted algunos temas comunes. La seguridad, por ejemplo. Ha empeorado. Estaba muy mal. En el periodo de Calderón murieron asesinadas 121 mil 613 personas; en el de Peña Nieto, 157 mil 158. Faltando menos de un año para que termine su gestión, bajo el gobierno de López Obrador han sido asesinados más de 171 mil mexicanos. No se puede tener la caradura de mentir sobre esta cifra, que muestra el fracaso en la estrategia de seguridad.
El INEGI ha dado a conocer los resultados del Censo Nacional de Seguridad Pública 2023, que brinda los resultados de lo que ocurrió entre 2021 y 2022. ¿Vamos mejorando? Todo lo contrario. En 2022 la Guardia Nacional apenas llevó ante el Ministerio Público a 2 mil 84 personas, un desplome de más del 60 por ciento respecto a 2021. La Guardia Nacional registró en 2022 5 mil 376 detenciones: tres veces menos que en 2021.Y si no está combatiendo al crimen ¿qué está haciendo? No impidiendo el paso de la droga: en todos los rubros disminuyeron las acciones contra el tráfico de drogas, especialmente el fentanilo. De lo que realmente se encarga la Guardia Nacional es de “rescatar” a 177 mil 166 migrantes. Respecto a 2021 esta cifra aumentó 462 por ciento, casi seis veces más, en un año, de acuerdo a las cifras que ofrece el periodista Arturo Ángel en X.
Fundamentalmente la seguridad en México es un desastre porque el cuerpo encargado de la seguridad está dedicado a ejercer de policía migrante, en las aduanas y en los aeropuertos, en las refinerías y en el Tren Maya. Cuando se les necesitó en Acapulco llegaron tarde y mal porque están asignados a otras tareas.
La estrategia de López Obrador en materia de seguridad ha sido la de supeditar el Ejército mexicano a la política migratoria norteamericana. Encontró López Obrador en la migración el factor que le ha permitido negociar con los Estados Unidos, en áreas como la energía, la agricultura y la democracia. El otro factor con el que México negocia es el flujo de droga hacia Estados Unidos. Los decomisos y detenciones han disminuido sensiblemente en el último año. Faltando diez meses para las elecciones en México, y ante el riesgo de la intervención norteamericana en asuntos nacionales, este gobierno negocia con el flujo de migrantes y de droga hacia Estados Unidos. Seguramente también con la contención y filtro de terroristas del Medio Oriente en la frontera, porque no se quejan los Estados Unidos de que eso esté pasando.
Para intentar contener la violencia en ciertas regiones del país, se ha llegado a acuerdos con el crimen organizado: el cártel mayoritario se encarga de imponer la seguridad, con el Ejército como soporte. Seis visitas a la tierra del Cártel de Sinaloa corroboran esta percepción. No se mojó los zapatos en el desastre de Acapulco “porque no se puede mojar” porque se enferma, pero seis veces López Obrador ha visitado la tierra del Chapo Guzmán.
A pesar de lo que informa el presidente, la Guardia Nacional está conformada en 90 por ciento de militares y marinos. Ha militarizado el país. Desarrollan funciones para las que no fueron capacitados. Tienen una preparación muy deficiente.
Somos el país más peligroso para ejercer el periodismo en el mundo. El feminicidio es una realidad cotidiana. Hay vastas zonas controladas por el crimen organizado. Dentro del ranking de las diez ciudades más peligrosas del mundo la mayoría son mexicanas. La delincuencia y el narcotráfico van a tener un papel destacado en las elecciones de 2024. Hasta ahora han jugado a favor de Morena, pero pueden diversificar sus apoyos para presionar al centro.
López Obrador es el centro. Él dictó el eje de la estrategia. El fracaso de esta estrategia es su fracaso. Todos los días, a las seis de la mañana se le informa de esta derrota. Él lo ha dicho: “sin seguridad no habrá cuarta transformación”, y pues disminución de la inseguridad no ha habido. Ni tampoco un sistema de salud como el de Dinamarca. Los niños mexicanos están tan mal preparados que mejor abandonamos el sistema que nos medía con otros países, para evitar la humillación a nuestros niños.
Cualquier oposición que tuviera a su alcance los fracasos del gobierno en seguridad, salud y educación, que contara con el más de un millón de muertos (Covid e inseguridad) que fallecieron por las malas políticas públicas de esta administración, estaría ocupada en cómo va a hacer una campaña efectiva que les cobre en votos sus repetidos fracasos, una estrategia de comunicación que le quite el velo a sus supuestos logros y los muestre como son. ¡Ahí está la refinería! Que no ha producido un sólo litro de gasolina. ¡Ahí está el nuevo aeropuerto! Qué luce vacío, con pocos y caros medios de acceder a él, con compañías obligadas a usarlo. ¡Ahí está el Tren Maya! Subsidiado, inconcluso, ecocida.
Ofrecieron transformar a México. En seguridad ha destacado su fracaso. Durante cinco años culparon al pasado. El sexto año cobraremos en votos este tangible desastre.