Perspectiva Bursamétrica

¿Por qué tenemos al peso mexicano a 19 por dólar?

Diversos factores explican la fortaleza del tipo de cambio, que se encuentra en un nivel que parece ignorar los riesgos que se avecinan sobre la economía mexicana.

El mercado cambiario mexicano parece ignorar los graves riesgos que se ciernen sobre nuestra economía. Una cotización que en los últimos seis meses ha oscilado entre 19.77 como máximo y 18.75 como mínimo nos da un rango amplio de variación de 5.21 por ciento. Pero en las últimas jornadas hemos visto un margen de oscilación más estrecho alrededor de los 19.00, con máximos de 19.08 y 18.96 como resistencia.

¿Implica esto una mayor confianza sobre nuestra economía?, o ¿la paridad está reflejando una desaceleración más pronunciada de la actividad económica? Lo que genera una menor demanda de productos importados; ¿no es más bien el efecto de las remesas que están registrando cifras récord?, o ¿esto se debe a la elevada tasa de interés que ha mantenido el Banco de México?, ¿quizás se deba a las sanas políticas fiscales?, o ¿podrían ser las Reservas Internacionales?

La respuesta es más compleja de lo que dejan ver estas preguntas, y casi siempre hay una explicación multifactorial. Le puedo asegurar que el componente más importante de esta fortaleza del peso es la grave distorsión que se genera en los precios de los activos en los mercados internacionales por los cambios en las expectativas de la política monetaria global.

Ya hemos comentado en este espacio que los principales bancos centrales del mundo han cambiado radicalmente las señales sobre su política monetaria a futuro, que han pasado de suponer una normalización gradual de sus tasas de interés a una expectativa de freno en esa normalización, a una nueva fase de posibles reducciones en las tasas de referencia de los bancos centrales, y los posicionamientos que dejan ver en sus comunicados, de que podría regresarse de nuevo a crear dinero si fuese necesario, lo que representa regresar a las políticas monetarias extremas.

La evolución del peso a 19.00 pesos es el mismo reflejo que se ve en el oro que alcanza ahora una cotización de mil 400 dólares por onza; y que ha subido más de 10 por ciento en unos meses, o el precio del paladio que se ha disparado 30 por ciento, o el WTI que ha aumentado de 51 a 58 dólares, o el trigo que ha escalado de 425 a 450 centavos por bushel, de abril para acá.

El rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años, en donde se resumen todas las expectativas del futuro de la política monetaria del principal banco central, la Reserva Federal, ha descendido de 2.78 por ciento que vimos a finales de febrero a niveles por debajo del 2 por ciento que vimos hace unos días

Pero desde luego, hay muchos otros factores que nos ayudan a explicar este peso fuerte. Por ejemplo, la simple declaración tuitera del presidente Trump, de que retira la amenaza de imponer aranceles a México y la felicitación al gobierno mexicano por el excelente trabajo que estamos haciendo para contener a los migrantes centroamericanos, le quitó al dólar unos quince o veinte centavos.

Los resultados de las finanzas públicas, que hasta ahora presentan un superávit primario en el resultado fiscal. Lo mismo podemos decir respecto del blindaje que aún tenemos: reservas internacionales por 178 mil millones de dólares más la línea de crédito flexible del FMI, son otro importantísimo ingrediente de confianza.

La tasa de referencia del Banco de México a 8.25 por ciento es una barrera de contención de los flujos de inversión financiera, pero esta tasa con la reducción generalizada de tasas de interés en el mundo está abriendo el atractivo de la inversión en pesos por parte de los inversionistas globales que entran al mercado con coberturas.

El estancamiento económico junto con el dinamismo de la industria manufacturera norteamericana, nos está dando como resultado cifras récord en exportaciones, y un superávit comercial. La pregunta obligada: ¿cuánto tiempo durará este fenómeno del peso fuerte? ¿Qué hago con mi dinero?

Los factores que favorecen a la fortaleza del peso hasta aquí señalados van a seguir presentes. Pero enfrente tenemos importantes riesgos. El principal: una posible nueva ola de rebajas en las calificaciones de Pemex, que ya está más que descontado en los precios de los bonos internacionales de Pemex, en las calificaciones de los bancos mexicanos y en la deuda soberana. El posible detonador de esto: el próximo anuncio del plan de rescate versión 3.0 de Pemex. Última prueba de fuego.

El segundo riesgo: la contracción de la inversión en nuestro país. La caída en la confianza de los inversionistas nos va a llevar irremediablemente a una recesión. No veo como el gobierno pueda cambiar esta percepción de desconfianza entre los agentes económicos con una agenda de cumplimiento de las promesas de campaña y un componente ideológico perverso en sus decisiones, que lucen muchas veces irracionales.

El tercero: una posible recesión en EU que nosotros estimamos podría arrancar en la segunda mitad del 2020. Conclusión: Tome sus precauciones. Nadie sabe el día y la hora.

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