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Lo que me dijo Herrera

El secretario de Hacienda aceptó hablar para El Financiero el pasado viernes por la tarde en su oficina alterna y esto fue lo que le comentó a Enrique Quintana.

Enrique Quintana

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Arturo Herrera cumplirá esta semana un mes en el cargo… aunque parezca más tiempo por la intensidad de los acontecimientos.

El secretario de Hacienda aceptó hablar para El Financiero el pasado viernes por la tarde en su oficina alterna, ubicada en Plaza Inn, al sur de la Ciudad de México.

"Trato de venir los viernes a esta oficina", me dijo. "Es importante tener contacto directo con las áreas hacendarias que se ubican aquí".

Herrera llegó al cargo cuando la renuncia de Urzúa prendió las alarmas. Desde entonces, el entorno que ha enfrentado ha sido muy complejo. La portada de la revista Bloomberg BusinessWeek en español, lo retrata como un portero.

"Nos gustó mucho la imagen, pero también nos preocupó", me dijo uno de sus colaboradores. "Es que después del portero, ya solo están las redes".

Herrera cuenta que, en la realidad, él no jugaba de portero, sino en la media cancha. Aunque en la economía, ahora le ha tocado cuidar la portería.

Quizás lo más difícil de la realidad que ha enfrentado Herrera es una economía que no crece, con todas las consecuencias que ello tiene, así como la lentitud en el ejercicio del gasto público que se produce cada comienzo de sexenio. Pero también los conatos de guerra comercial que han cambiado las perspectivas de la economía mundial.

Y, por si algo faltara, ahora enfrenta la posibilidad de que en el Congreso se quiera poner sobre la mesa la posibilidad de cambiar la Constitución para establecer el doble mandato para el Banco de México, es decir, que atienda también el crecimiento y no solo el control de la inflación.

Herrera da una respuesta tajante a esta posibilidad: no es el momento para esa discusión.

El secretario explica que, si bien teóricamente puede ser un debate interesante, en el caso de México, con un Banco Central que no cumple aún tres décadas como institución autónoma, y, por lo tanto, que requiere de mayor madurez, lo más adecuado es dejar por lo pronto su mandato enfocado solo en el control de la inflación.

Herrera se plantea como un férreo defensor de la autonomía del Banco Central. En calidad de subsecretario de Hacienda, ya asistió en cinco ocasiones a la reunión de la Junta en la que se toma la decisión respecto a las tasas de interés.

El próximo 15 de agosto asistirá por sexta ocasión, pero será la primera en la que acuda en calidad de secretario de Hacienda.

En esta ocasión estará acompañado de Gabriel Yorio, el nuevo subsecretario del ramo.

Las reglas de estas reuniones señalan que los funcionarios de Hacienda solo escuchan, no pueden hablar hasta que se realiza la votación de los integrantes de la Junta de Gobierno.

No pasará desapercibido en el mundo financiero y político que el secretario acumulará un nuevo diferendo público con el presidente de la República, quien, en la entrevista con John Micklewait, editor en jefe de Bloomberg, se pronunció la semana pasada a favor del doble mandato del Banxico.

Herrera tiene la virtud de pintar su raya en temas que son relevantes, aunque no coincida con la visión de AMLO. Y López Obrador, al menos por ahora, lo respeta plenamente.

Si el Banco Central llegara a bajar las tasas en México en este mes de agosto -lo que todavía está por verse- será por la convicción de sus integrantes exclusivamente.

El mensaje de Herrera tiene también otra lectura. Es el sello de garantía de que el secretario de Hacienda va a actuar según sus criterios… aunque ello le pueda costar algún diferendo con el presidente.

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