Coordenadas

Los ganadores y perdedores del dólar barato (2)

Así como en los viejos tiempos se decía ‘presidente que devalúa, se devalúa’, ¿podemos parafrasear ahora la idea de que ‘presidente que tiene un peso fuerte, está fuerte’?

Si al comenzar este 2023 alguien hubiera pronosticado que antes de la mitad del año el dólar estaría por debajo de los 17.50 pesos, lo hubieran considerado desinformado en el mejor de los casos… o de plano deschavetado.

La última encuesta entre especialistas realizada por el Banco de México en diciembre de 2022 señalaba un pronóstico para finales de 2023 de 20.80 pesos por dólar.

Con un tipo de cambio que cerraba el año a 19.49 pesos, eso significaba una depreciación de poco menos de 7 por ciento en el año, equivalente a 1.31 pesos por dólar.

En lugar de ello, lo que tenemos a estas alturas es una apreciación de 10 por ciento, lo que equivale al abaratamiento de casi 2 pesos por dólar.

Como ya le comenté el 6 de marzo cuando analizamos en este espacio a los ganadores y perdedores del dólar barato, cada uno habla de esta circunstancia según le vaya.

Permítame actualizar algunas de las referencias que le hice entonces.

Primero veamos a los ganadores.

1.- Los importadores.

Si el negocio en el que usted se encuentra requiere de grandes volúmenes de productos o servicios importados, que usualmente se valúan en dólares, entonces tan solo en lo que va del año pudo abatir sus costos en alrededor de 10 por ciento.

Uno de los ganadores visibles es el comercio minorista que adquiere productos importados que luego vende en pesos.

Sume usted también a quienes adquieren materias primas en dólares que incorporan a productos que luego venden en pesos.

Otro ganador es el turista mexicano que sale al extranjero y que es importador de servicios turísticos que paga en el lugar que visita, pues ahora sus pesos le rinden más en sus viajes.

2.- Los deudores en dólares.

Las empresas, personas o aun los gobiernos que tienen deudas en dólares se han visto beneficiados en este lapso por una reducción del valor en pesos de sus pasivos. Esto no se refleja en términos generales en una reducción del costo de la deuda debido al alza de las tasas de interés, pero los saldos deudores que tienen un ingrediente importante en dólares se han depreciado al convertirlos a pesos.

3.- El control de la inflación.

Uno de los procesos que se ha beneficiado con el peso fuerte es el control de la inflación debido a la reducción de los precios de diversos insumos que se cotizan en dólares. De hecho, el índice de precios al productor en abril para bienes intermedios ya refleja una deflación de 1.2 por ciento respecto al mismo mes del año pasado.

Veamos ahora algunos de los que pierden con el dólar barato.

1.- Los exportadores.

Se trata especialmente de aquellos que generan bienes o servicios con un alto contenido de insumos en pesos. Para ellos, un dólar de 17.50 es sumamente pernicioso, ya que supone que por cada unidad de exportación se generan menos pesos para pagar los insumos requeridos.

Sectores como el agropecuario, agroindustrial o el turismo se encuentran claramente entre los perdedores del dólar barato.

2.- Los receptores de remesas.

Los hogares que reciben remesas de sus familiares en Estados Unidos han perdido un 10 por ciento del poder de compra en pesos por cada dólar que reciben. Así que, a pesar de que los volúmenes de remesas han aumentado, su impacto en el poder de compra de las familias se ha reducido porque valen menos pesos.

3.- Los inversionistas extranjeros.

Un peso fuerte significa que el costo de instalar una empresa productiva en nuestro país será mayor, desde el costo o la renta de inmuebles industriales hasta el pago de los salarios del personal que habrán de contratar. Para desembolsar la misma cantidad de pesos, los inversionistas deberán traer una mayor cantidad de dólares.

Hasta aquí algunos ganadores y perdedores. Son solo algunos ejemplos. Hay muchos más.

La paridad del peso frente al dólar en México es mucho más que una variable económica o financiera en nuestro país, que beneficia a algunos y perjudica a otros según se mueva.

Tiene un valor simbólico que no ha dejado de ser aprovechado por el presidente López Obrador.

Así como un adagio de los viejos tiempos decía: ‘presidente que devalúa, se devalúa’, así podemos parafrasear ahora la idea: ‘presidente que tiene un peso fuerte, está fuerte’.

O por lo menos así se ve en Palacio Nacional.

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