Coordenadas

¿Y así le quieren ganar a AMLO?

Hasta ahora, pareciera que los partidos políticos opositores piensan más en sus intereses que en el interés nacional, opina Enrique Quintana.

En la semana que terminó, los priistas en el Senado se dieron hasta con la cubeta y acabaron por remover a quien había sido hasta ahora su coordinador, Miguel Ángel Osorio Chong.

El ex secretario de Gobernación señaló que dejaría la fracción priista pero que no saldría del partido. El problema es que estatutariamente, si sale de la fracción tendrá que hacerlo también del PRI.

La operación hecha por Alejandro Moreno y senadores afines logró su propósito.

Y, en tiempos en los que se requiere unidad para construir un frente opositor no es el mejor augurio para el PRI.

Están por iniciarse las campañas electorales en el Estado de México y en Coahuila. Los momios claramente se encuentran inclinados hacia Morena en la primera entidad y hacia la alianza opositora en la segunda.

Sin embargo, no hay proporción en la relevancia de uno y otro estado. Para Morena, el costo de eventualmente perder Coahuila es pequeño y el beneficio de ganar el Estado de México, es muy grande.

Entre algunos opositores ya se escucha que entre los mexiquenses la aspiración es que no sea una victoria aplastante para Morena, sino al menos derivada de una competencia reñida.

Pero, por lo pronto, en vísperas de que comiencen las campañas, todo indica que el retiro de Juan Cepeda como posible candidato de Movimiento Ciudadano, le habrá dado una ventaja adicional a Delfina Gómez.

Es decir, los últimos hechos políticos parecen crear más obstáculos a la formación de un bloque opositor y a la presentación de un candidato respaldado por todas las fuerzas políticas que no se identifican con Morena.

En los últimos días hubo solamente un hecho positivo en el panorama de la oposición: la decisión de Gustavo de Hoyos de levantar la mano para aspirar a ser el candidato de un bloque opositor.

El ex líder de la Coparmex y de Sí por México, es el primer personaje claramente apartidista que manifiesta su interés de encabezar un frente opositor.

No se si tenga el perfil para conseguirlo y tengo dudas de que las burocracias de los partidos políticos aceptaran que un externo fuera postulado, pero al menos ya abrió una brecha que podrían transitar otros personajes.

Pero, el avance es muy pequeño respecto al tamaño del reto y hay por lo pronto más obstáculos que avances en la construcción de un frente opositor.

Pueden cambiar las cosas en el futuro, pero hasta ahora pareciera que los partidos políticos que podrían integrar el bloque opositor piensan más en sus intereses de grupo que en el interés nacional que pretenden defender.

Y ya son tantos los militantes partidistas que se manifiestan interesados en aspirar a la candidatura, que se atomiza la atención y los respaldos, lo que beneficia notoriamente a las llamadas “corcholatas”.

Como le hemos comentado en muy diversas ocasiones en este espacio, Morena no tiene ganada la elección del 2024, pero conforme pasan las semanas sin un candidato opositor, las dificultades para remontar la desventaja crecen.

Hay algunos que piensan que es mejor esperar aún más para que el gobierno tenga menos tiempo de articular una campaña en contra de quien pueda eventualmente ser la persona que encabece la alianza.

Pero, tenga la certeza de que esa campaña va a darse, sea que el candidato opositor se defina en mayo o en diciembre.

La campaña es lo de menos, el contenido de las propuestas de la oposición tampoco es relevante. Va a haber coincidencia en la mayoría de ellas.

El tema relevante es el rostro, el nombre y el apellido de quien estará al frente de la oposición.

Entre los líderes de los partidos y los integrantes de la sociedad civil que han organizado las marchas en defensa del INE existe la percepción de que al final de cuentas, habrá cuatro o cinco candidatos. Uno por cada fuerza política que integra la alianza y uno más de la sociedad civil. Y, entre ellos surgirá el candidato opositor.

No veo condiciones para que este proceso suceda antes de que se realicen las elecciones en el Estado de México y Coahuila.

Así que pareciera que, en el mejor de los casos, ocurrirá en agosto y en el peor, en octubre o noviembre.

La verdad es que así, ¿cómo le quieren ganar a Morena?

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