Enrique Cardenas

El problema de las mentiras de Herrera

Es preocupante que el futuro gobernador del Banco de México siga por ese camino, que mienta abiertamente, sin recato ni vergüenza.

Universidad Iberoamericana de Puebla, Puebla contra la Corrupción e Impunidad.

Con base en la entrevista que otorgó Arturo Herrera al periódico español El País el 3 de julio pasado (https://elpais.com/mexico/2021-07-04/con-un-plan-contra-la-covid-como-en-las-economias-avanzadas-hoy-tendriamos-que-pagar-350000-millones-de-pesos-mas.html), como seguramente próximo gobernador del Banco de México de acuerdo a lo anunciado por el presidente López Obrador, Sergio Negrete publicó en Arena Pública su columna denominada ‘Las tres mentiras de Arturo Herrera’ (https://www.arenapublica.com/blogs/sergio-negrete/las-tres-mentiras-de-arturo-herrera) el 6 de julio.

En la columna, Negrete documenta tres mentiras flagrantes de Herrera: que “nos salieron bien las cosas” en 2020 durante la pandemia, que a México no podía o no le convenía una política fiscal contracíclica, y que si México se hubiera endeudado con un plan contra el Covid semejante al de economías avanzadas tendría que pagar 350 mil millones de pesos adicionales de intereses.

Coincido con Sergio Negrete que Arturo Herrera falta a la verdad en por lo menos esos tres temas, pero considero que el problema es todavía mayor. Mentir de manera flagrante, como si no fuera posible constatar cuál es la verdad, deja ver un vicio del actual gobierno y por el que el presidente López Obrador es ya internacionalmente conocido: mentir todos los días, una y otra vez, como si por arte de magia aquello se convierte en realidad. La organización SPIN ha venido documentando día a día la cantidad de afirmaciones falsas que ha dicho el presidente en sus conferencias matutinas, cifra que de acuerdo con esa fuente llegó a 56 mil 181 hasta el 30 de junio pasado (88 diarias). Esta misma semana, el periodista Jorge Ramos lo hizo evidente en la mañanera del pasado lunes al confrontar las cifras oficiales sobre homicidios dolosos con el presidente, quien dijo que no estaba de acuerdo con las cifras que su propio gobierno produce y que él tenía “otros datos”.

Es altamente preocupante que el futuro gobernador del Banco de México siga por ese camino, que mienta abiertamente, sin recato ni vergüenza. Es lógico que busque generar confianza en su nombramiento, cuando es por todos conocido que siguió puntualmente las indicaciones del presidente López Obrador para obviar lo elemental: evitar el empobrecimiento de millones de personas, el cierre de cientos de miles de negocios y el colapso de sectores enteros y regiones del país. No, Herrera estuvo de acuerdo con esa política y la siguió hasta sus últimas consecuencias. En su entrevista con El País, lo reafirma al defender la política hacendaria que se ha seguido para “enfrentar” la crisis desatada por la pandemia y que, por su inacción, ha multiplicado sus daños.

Así como López-Gatell es un mentiroso y uno de los principales responsables de cientos de miles de muertes que pudieron evitarse de acuerdo con el estudio encargado por el Comité Internacional convocado por la Asamblea de países de la OMS (https://globalhealthsciences.ucsf.edu/sites/globalhealthsciences.ucsf.edu/files/la_respuesta_de_mexico_al_covid_esp.pdf), así lo es Arturo Herrera en relación al colapso y retraso económicos que habremos de sufrir ahora y en los próximos años. No faltaron propuestas de los más diversos grupos de académicos, centros de investigación, empresarios de variadas organizaciones y personajes expertos que mostraran de qué manera se podría paliar el impacto de la pandemia. Hubo posibilidades claras para hacerlo pero la opinión intuitiva, y errónea, del presidente pudo más que la opinión experta de Herrera. En pocas palabras, Arturo Herrera se dobló y aceptó la responsabilidad de uno de los peores manejos de crisis externas que afectarán a la economía mexicana en décadas.

Y ante esa evidente debilidad, de sumisión al presidente, preocupa que ahora se convierta en gobernador del banco central del país, una posición que, además de conocimientos técnicos en banca central y política monetaria, requiere una poderosa convicción de independencia y autonomía del Poder Ejecutivo. Equivale, permítaseme la comparación, a la posición de la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la parte económica. Es de ese tamaño la responsabilidad, y ahí debe haber una persona experta y a la vez autónoma del Poder Ejecutivo. Ya estamos sufriendo las indefiniciones claras de Arturo Zaldívar respecto de la defensa de nuestra Constitución. De consumarse el nombramiento de Herrera, estaremos sufriendo las consecuencias de un Banco Central dirigido por un subalterno del presidente.

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