Enrique Cardenas

El arsenal electoral del gobierno

Los siervos de la nación, las conferencias matutinas, el control del Senado y del Congreso, y los instrumentos del Estado, son parte del arsenal del gobierno para el próximo 6 de junio.

Universidad Iberoamericana de Puebla; Puebla contra la Corrupción e Impunidad.

En estos días en que se está atacando al INE de no ser democrático ni defensor de la democracia, vale la pena pasar revista al arsenal del gobierno (visible) que está en operación para el próximo 6 de junio.

El ejército de tierra: los más de 22 mil siervos de la nación que iniciaron operaciones desde antes de la toma de posesión del presidente. Su primera tarea fue elaborar un nuevo padrón de beneficiarios de los programas sociales recorriendo todo el territorio nacional. A quienes ellos decidieran se les registraría, sin una metodología adecuada ni escrutinio externo para garantizar su uso no electoral, y se ofrecieron apoyos que les otorgaba el mismísimo presidente de la República. Tras una denuncia de que los chalecos traían el nombre del presidente y que se mencionaba su nombre, el INE ordenó que los chalecos fueran de la Secretaría del Bienestar. Una vez conformado el padrón y habiendo tomado posesión el nuevo gobierno, los recursos comenzaron a fluir con muchos tropiezos pero, al cabo de dos años, llegan a aproximadamente 22.4 millones de personas, sobre todo personas mayores y los jóvenes que están por votar por primera vez. Este ejército está capitaneado desde la Presidencia por Gabriel García y operado por los superdelegados en los estados, algunos de los cuales se convirtieron en candidatos para esta elección.

El ejército de aire: lo constituyen las conferencias matutinas diarias en las que se manda línea de gobierno, se denosta a rivales y adversarios, se polariza a la población, se pretende monopolizar la conversación pública, y donde se utilizan verdades a medias, datos no corroborables y hasta mentiras flagrantes. Este ejército es auxiliado por el uso de los medios de comunicación del Estado para reforzar mensajes de propaganda, sin pudor, así como de legiones de bots y trollers en las redes y otros mecanismos cibernéticos para intentar controlar la narrativa. También se imprime el periódico Regeneración que se distribuye gratuitamente entre la población. De esta forma, se hace creer que hay una sola verdad y que todo se hace en nombre del pueblo, por la justicia, la democracia y la prosperidad.

La unidad pesada: el control del Senado y del Congreso es un arma muy poderosa para la batalla electoral. Aquí algunos ejemplos: amenazan con cambiar la naturaleza del árbitro electoral apenas concluyan las elecciones, es decir, controlar al Tribunal Electoral y al INE. Modifican una ley secundaria contraria a la Constitución para intentar someter al Poder Judicial a la voluntad del Ejecutivo, y de esta manera amenazar a posibles adversarios electorales antes, durante y después de la elección. El Congreso ha emitido leyes y reformas que eliminan derechos y nos dejan en la indefensión. Si bien muchas de ellas enfrentan controversias constitucionales y acciones de inconstitucionalidad, están vigentes y por tanto es fácil ejercer la prisión preventiva, argumentar infracciones fiscales que se equiparan con crimen organizado, y puede proceder la extinción de dominio.

Los cuerpos especiales. Aquí algunos ejemplos: utilización de los instrumentos del Estado, dependientes del Ejecutivo, para aniquilar adversarios. Por ejemplo, el uso de la Unidad de Inteligencia Financiera para fines políticos y facciosos; la clara influencia en la Auditoría Superior de la Federación para apagar fuegos contables y financieros que pueden aflorar en la batalla, o inventarlos a los contrincantes; la influencia en la Fiscalía General de la República y en la Fepade para perseguir unos delitos y otros no. Por ejemplo, para sacar de la contienda a adversarios políticos que compiten contra el partido del gobierno.

Este arsenal electoral ha sido utilizado en el pasado por gobiernos de todos los partidos. Desde el autorismo del PRI en numerosas ocasiones, la caída del sistema en 1988, las concertacesiones del PRI-PAN, el uso de instrumentos del Estado para meterse en la elección y un largo etcétera. Pero justamente a raíz de esa realidad que lastimaba tanto nuestra democracia es que poco a poco fuimos construyendo instituciones blindadas de los partidos. Pensábamos que era el inicio de una ética pública en la lucha por el poder que se ciñera a reglas, órganos de Estado (y no de gobierno) independientes y autónomos que defendieran los derechos de los ciudadanos. Por eso causa tanta indignación que el presidente esté regresando al autoritarismo, al abierto rechazo a la Constitución (que por cierto, juró respetar y hacer respetar) y a las reglas que nos hemos dado. Por eso somos muchas personas, sin importar ideologías de izquierda o derecha, que estamos juntos en una batalla contra este régimen que se nos quiere imponer.

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