Diputada Federal por la LXIV Legislatura
Las fechas patrias nos sitúan frente a la oportunidad de señalar los aspectos que hacen diferente a este gobierno en materia de soberanía y representación efectiva de las diversidades.
Los tiempos son propicios para dejar en claro que, en los hechos, el pueblo de México está representado a cabalidad en el Estado. Por primera ocasión en la historia de las jóvenes generaciones, la soberanía recae en el pueblo y dicha circunstancia tiene una relevancia de cambio y transformación.
Al revisar el Paquete Económico 2023 entregado en días pasados por la SHCP a la Cámara de Diputados, cobra mayor dimensión la representación del pueblo en cada una de las herramientas y acciones políticas emprendidas por el actual gobierno: 34.2 por ciento más presupuesto al programa de Pensión para Adultos Mayores y 83.9 por ciento más para La Escuela es Nuestra (http://gaceta.diputados.gob.mx/PDF/65/2022/sep/20220908-B.pdf).
Gracias a la transformación, múltiples espacios sociales recuperan la confianza en el gobierno. Y es que fueron muchos años en los que los gobiernos del PRIAN no sólo dieron la espalda al pueblo, sino que atentaron sistemáticamente contra todos sus derechos, pero fundamentalmente contra el derecho a ser feliz.
Hablar de un gobierno que nos representa atraviesa fundamentalmente por tres grandes variables. Primera, un profundo amor por México. Es decir, son cada vez más mexicanas y mexicanos los enfocados en purificar la vida pública con honestidad y valor. Segunda, vocación democrática para hacer acatar la voluntad popular y llevar las demandas más sentidas y urgentes a los espacios de decisión real y formal. Tercera, el bienestar. Este es un concepto que comienza a permear en la población beneficiaria de programas sociales.
Contamos con un gobierno con mayor sentido de pertenencia entre los mexicanos porque en contraste con tiempos pasados, la pobreza no es punible, sino es una condición transitoria que nos toca revertir. Recibir lo que por derecho corresponde al pueblo es, como dice el presidente, un timbre de orgullo, una certeza. Orgullo porque el dinero que pertenece a la nación es destinado a donde se necesita, a donde es útil.
Gritar “¡Viva México!” adquiere paulatinamente nuevos significantes, pues la representación efectiva de diversidades está presente en estos tiempos políticos, sociales y culturales. Hoy dialogamos y hacemos política con otras naciones desde una posición de igualdad. Atestiguamos el desarrollo y crecimiento del sur-sureste del país. La paridad en las instituciones gana espacios y comienza a ser cultura política. Nuestras nuevas generaciones de mujeres articulan nuevos relacionamientos y nuevos conceptos. Quienes viven en el campo reciben el apoyo que les permite vivir entre los suyos, en su tierra, sin la necesidad de migrar para progresar.
La transformación avanza, de ello no tengamos duda alguna. Son momentos de celebrar lo que somos y nos articula como nación. Es ocasión propicia para colocar en la discusión nacional nuestros anhelos de paz y de justicia para todas y todos los mexicanos. Debemos hacerlo porque contamos con un gobierno que nos representa, articula y ve por todos, todos los días. De nosotras y nosotros depende jamás volver a la sumisión, a la dependencia. Está en nuestras manos ser cada vez más soberanos. ¡Viva México!