La Cuarta Transformación

La disputa por la tremenda Corte

López Obrador arremetió contra la Corte, tras conocer el proyecto del ministro Luis María Aguilar, que considera que la prisión preventiva oficiosa no debe entenderse como medida cautelar.

“¿QUÉ NO TIENEN otras cosas qué hacer, qué no hace falta que haya justicia para el pobre, por qué solo están dedicados a proteger a los potentados, y además corruptos?”, explotó Andrés Manuel López Obrador.

El Presidente arremetió contra la Suprema Corte de Justicia de la Nación, tras conocer el proyecto del ministro Luis María Aguilar, que considera que la prisión preventiva oficiosa no debe entenderse como medida cautelar.

El nuevo ataque del inquilino de Palacio Nacional al Poder Judicial se da justo cuando a partir de la próxima semana inicia oficialmente la cuenta regresiva para ungir al nuevo ministro presidente que sustituirá en enero a Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.

Son seis integrantes del Pleno que muy posiblemente se registren y tienen hasta el último día de noviembre para hacerlo: Margarita Ríos-Farjat, Yasmín Esquivel Mossa, Loretta Ortiz Ahlf, Alberto Pérez Dayán, Alfredo Gutiérrez Ortiz-Mena y Javier Laynez Potisek.

Conforme a la hoja de ruta, junto con la inscripción formalmente al proceso cada aspirante deberá presentar su respectivo plan de trabajo, el cual cabildeará todo el mes de diciembre para lograr el mayor número de votos de los once ministros.

Pero aunque son seis los que han manifestado en corto su deseo de buscar la presidencia de la Corte, se cree que será al final una carrera parejera entre un ministro pro-4T y un ministro anti-4T y éstos son Gutiérrez-Ortiz Mena y Laynez Potisek, respectivamente.

Tras los nuevos ataques de ayer de López Obrador, la Corte se está terminando de partir en dos grandes bloques: el que responde a los intereses y dice sí a casi todo lo que proviene del Ejecutivo y el que, por el contrario, se erige en una barrera de contención como la última línea de defensa.

En esta carrera un factor determinante va ser el propio Zaldívar, a quien desde ya se ve como el principal operador del aspirante procuatroteísta y por lo mismo disruptor del voto.

Votar contra Ortiz-Mena o incluso contra Esquivel Mossa, que sería otra carta de Presidencia, va a significar votar contra Zaldívar y López Obrador. Eso lo tiene claro el bloque opositor.

Bajo esa lógica los votos podrían decantarse de esta manera: Ríos-Farjat con Laynez, Ortiz Ahlf por Ortiz-Mena, Pérez Dayán con Laynez, Zaldívar por Ortiz-Mena, Norma Lucía Piña Hernández con Laynez, Jorge Mario Pardo Rebolledo por Laynez o por Gutiérrez, Juan Luis González Alcántara Carrancá con Laynez y Aguilar Morales por Laynez o por Gutiérrez.

Sin embargo, también puede darse el caso de que los ministros traten de equilibrar su voto para empatar el resultado y dar paso a una tercera vía, es decir, un caballo negro, el cual no está obligado a registrarse a partir de noviembre ni a presentar un plan de trabajo.

Señoras y señores, se abre la baraja, justo en medio de los estruendosos ataques de AMLO a los ministros: “La Corte otra vez, es vergonzoso, cómo proteger a delincuentes…”

POR CIERTO QUE un ministro defenestrado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador hace justo tres años, Eduardo Medina Mora, está nuevamente en la mira del gobierno de la Cuarta Transformación. Desde Palacio Nacional se está hilando fino para llegar hasta el expresidente Felipe Calderón, pero no porque exista una “investigación internacional” por tráfico de armas, como declaró en el Congreso de Michoacán el martes el secretario de Gobernación, Adán Augusto López. Se trata de las pesquisas de la Fiscalía General de la República por el caso de Rápido y Furioso y que ya ha logrado la aprehensión de mandos medios de la entonces Secretaría de Seguridad Pública que capitaneaba Genaro García Luna. Los sabuesos de Alejandro Gertz Manero y de López Obrador están convencidos de que Medina Mora, entonces Procurador General de la República, conocía esa trama y calló.

“MÉXICO ES LA dictadura perfecta”: la frase lapidaria contra el PRI que a la vuelta de 32 años expresó el escritor peruano Mario Vargas Llosa, nos sigue persiguiendo. Y hoy más que nunca a Morena y a Andrés Manuel López Obrador, que utilizó sus mañaneras del lunes y martes para responder a los dichos de los expresidentes Ernesto Zedillo y Felipe Calderón, que la semana pasada participaron en España en el evento 20 años de FIL: Democracia y Libertad. “Ternuritas, títeres y peleles”, les soltó. “Hubiese estado buenísimo que invitaran a Vicente Fox”, agregó. Pero lo que no supo fue que también el guanajuatense lo fustigó a él y a su populismo como speaker del VII Diálogo Presidencial que se realizó el martes pasado en Miami. De los discursos, el de Calderón y Fox se refirieron explícitamente a la Presidencia de la 4T. Zedillo tuvo el cuidado de no haber mencionado en ningún momento, ni siquiera, a México.

EFECTIVAMENTE, LÁZARO CÁRDENAS Batel, el coordinador de Asesores de Andrés Manuel López Obrador, es una posible cuarta “corcholata” del tabasqueño. Pero no porque vaya a alimentar la narrativa de un presidenciable surgido de las fuerzas castrenses, por aquello de que su abuelo fue el penúltimo general presidente. Si el inquilino de Palacio Nacional lo pone a correr va a ser más bien en un escenario en el que los partidos de oposición lancen a los hijos de otros expresidentes, como son los casos de Enrique de la Madrid Cordero y, sobre todo, Luis Donaldo Colosio Riojas. Las marcas son un activo que podrían tener una importancia estratégica en las elecciones del2024 que ya están viendo los partidos.

EL FUTURO POLÍTICO del senador morenista Alejandro Armenta está amarrado irremediablemente a Ricardo Monreal. La virtual salida de este último del partido en el gobierno es una pésima noticia para el Presidente del Senado y sus aspiraciones para contender por la gubernatura de Puebla también en 2024. La pregunta es si a Armenta le alcanzará tanto la simpatía de Palacio Nacional como el tiempo, frente a los movimientos que alista el zacatecano. El otro precandidato que ya se asoma es el coordinador de los diputados morenistas, Ignacio Mier, sí cercano a Andrés Manuel López Obrador, pero enemistado con el gobernador Miguel Barbosa.

EL DOCTOR JOSÉ Luis García Ceja, director General de Calidad y Educación en Salud de la Secretaría de Salud Federal, podría estar dejando su cargo en los próximos días, ya que desde su llegada hace pocos meses las quejas y los problemas en su área, lejos de resolverse, se han multiplicado. La molestia principal surgió en Palacio Nacional con el tema de la regularización de los médicos cubanos, en donde García Ceja de plano no tuvo idea de cómo resolver el asunto y la SEP y su Dirección General de Profesiones tuvieron que entrar al quite.

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