COMO VAQUERO DEL viejo oeste, Juan Collado desenfundó y repartió balas a todo mundo. Su denuncia terminó siendo muy parecida a la de Emilio Lozoya: en el camino se llevó a uno que otro inocente.
No fue el caso de Angélica Rivera y las empresas a modo que utilizaron ella y su hermana para sacarle provecho al mandato del contratista Enrique Peña Nieto, entonces presidente de la República.
Ahora que el afamado abogado lo sacó a colación en una acusación muy hechiza a los intereses de la Fiscalía General de la República (FGR), vale recordar las andanzas de la primera dama del sexenio pasado.
Los excesos y berrinches de La Gaviota fueron bien conocidos por muchos funcionarios públicos, sobre todo los de Ayudantía, tanto del Estado Mayor Presidencial como los del Protocolo de la Cancillería.
La visita oficial en Berlín, cuando se celebraba el Año Binacional con Alemania, no tiene desperdicio: Peña y 60 personas tuvieron que esperar más de 10 minutos a que se le bajara el coraje a la esposa.
En ese lapso, un presidente de México caminaba como león enjaulado en la banqueta del Ritz-Carlton, cuya tarifa más barata por noche era de 500 euros, en el que se alojaba la comitiva azteca.
Total, en Alemania y entre los miembros del gobierno del presidente Joachim Gauck, no había fijón con la puntualidad y la embajadora, Patricia Espinosa, se las arreglaba para disculpar el retraso.
Pero en Copenhague fue peor, pues en los preparativos para la visita de Estado, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) ofrecería una cena en honor de la reina Margarita II y el príncipe Consorte Henrik.
La embajada, en coordinación con la SRE, que ya para entonces encabezaba la ahora senadora priista Claudia Ruiz Massieu, había contratado a la empresa que haría el banquete.
Cuando la ‘Señora’, como le decían a Angélica Rivera, se enteró que no era su empresa y sí otra contratista, montó en cólera y, en uno de sus arrebatos, reclamó airadamente a la propia canciller Ruiz Massieu.
El oficial mayor tuvo que ir a Dinamarca a explicar ‘su error’ y a disponer de todo lo necesario para que la compañía de su hermana, Adriana Rivera, Actidea, se encargara del servicio.
Lo que ahora pretende Collado aportar como información relevante de La Gaviota, que no es más grave de lo que se le acusa a él, no pasa de un chisme sin valor sustancioso como para un criterio de oportunidad.
Si las huestes de Alejandro Gertz Manero documentan, con base en pruebas de Collado, los excesos de la ex primera dama en esos y más episodios del sexenio pasado, estará verdaderamente en aprietos.
El problema es que Collado, hoy, como Lozoya, ayer, si bien está cantando como jilguero al son de la FGR, tampoco tiene las letras completas de las canciones.
Pero eso no quita que en los próximos días conozcamos más historias con más impacto mediático que sustento legal, mientras el anhelado criterio de oportunidad se empieza a desvanecer.
LA CAJA LIBERTAD, hoy rebautizada Libertad Servicios Financieros, es otro distractor de la denuncia de Juan Collado contra los abogados Juan Araujo, César González, Isaac Pérez y el financiero David Gómez Arnau, y cuyo objetivo final es el ex consejero jurídico de la Presidencia, Julio Scherer. Hoy se pretende utilizar como uno de los principales elementos para probar una supuesta red de corrupción, cuando la misma familia del abogado de personajes como Carlos Salinas, Enrique Peña Nieto, Carlos Romero Deschamps, Javier Duarte o Roberto Borge, entró en conflicto y rebatinga por el control de esa sociedad financiera que se convirtió en moneda de cambio para que aquél lograra ofrecer una reparación del daño. Desde principios de 2020 empezaron los intentos por venderla. De inicio se sobrevaluó: no es verdad que valiera 3 mil 750 millones de pesos. Cuando mucho llegó a los 900 millones y se buscó venderla segmentada: su cartera de créditos, valorada en unos 2 mil millones de pesos, y su cartera de clientes, que sumaba alrededor de 2 millones. En el último año Libertad, que dirige Silvia Lavalle, se ha deteriorado. No logra capitalizarse del todo. La Comisión Nacional Bancaria y de Valores la puso en nivel 2 de riesgo.
PUES NADA, EL caso Oro Negro dio un nuevo giro. En lo que aparenta ser un acto de ignorancia sobre cómo funciona la separación legal de un fideicomiso de las compañías a las que está relacionado, el juez segundo de Distrito en Materia Civil de la CdMx, Hugo Roberto Pérez Lugo, resolvió que los 72 millones de dólares que ya fueron enviados a Noruega al Fideicomiso Nordic Trust, que representa a los tenedores de bonos, regresen a México o se mantengan aquí bajo garantía de Nordic Trust. De mantenerse esta decisión, se pondría en cuestionamiento la capacidad de cualquier empresa extranjera, mexicana o Sofom, para financiarse por medio de un fideicomiso, un vehículo financiero que funciona como estándar internacional. Tras el colapso de AlphaCredit y Crédito Real, es lo último que quiere escuchar un ya debilitado sector de las sofomes en México. Mientras tanto, la oferta de compra de parte de los bonistas de activos de Perforadora Oro Negro fue parado con recursos legales de los abogados de Gonzalo Gil y José Antonio Cañedo White, y el control de la entidad de Singapur permanece también bajo litigio. Las plataformas continúan en Bermudas y ya pertenecen a Nordic Trust.
CON LA GUERRA de Ucrania y Rusia, en una región del mundo estratégica para el sector energético, los pequeños y medianos empresarios mexicanos del gas LP preparan un exhorto al presidente Andrés Manuel López Obrador para que reconsidere su medida de precios máximos. Los industriales argumentan que la mencionada fórmula afecta directamente a los distribuidores más pequeños, los que no cuentan con la solvencia para asumir el golpe financiero que representa el incremento de los precios internacionales, mientras que beneficia a los grandes grupos gaseros que pueden amortiguar los costos. Al final, la medida solamente refuerza a grupos preponderantes, como Tomza de Tomás Zaragoza, Gas Uribe de Óscar Uribe, Gas Express Nieto de Sergio Nieto y Vela Gas de Lázaro Bello, al tiempo que pone en jaque a unas 300 firmas de distribuidores independientes.
EL PRESIDENTE ANDRÉS Manuel López Obrador dio otro manotazo en uno de sus proyectos insignia. Así como hace unas semanas relevó a Rogelio Jiménez Pons de la responsabilidad de ejecutar el Tren Maya, acaba de quitarle a su también amigo y paisano, Rafael Marín Mollinedo, el liderazgo de la construcción del Corredor Interoceánico del Istmo. El descarrilamiento del ferrocarril del istmo de Tehuantepec, apenas el mes pasado, evidenció el desorden con que Marín y todo su equipo han manejado esta obra estratégica para el sureste y los estados de Veracruz, que gobierna Cuitláhuac García, y Oaxaca, que encabeza Alejandro Murat. El inquilino de Palacio Nacional decidió que el Corredor Interoceánico será terminado por la Marina, que capitanea el almirante José Rafael Ojeda Durán.
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