La Cuarta Transformación

Tensión en el cuarto de guerra

Diversos sectores de la población han hecho un llamado a promover el “voto útil”.

La estrategia política electoral de los empresarios para los comicios de este domingo se basó en tres objetivos: respaldar a los candidatos de la alianza Sí Por México, que los organismos privados apoyen a candidatos locales con recursos materiales y humanos, y que desde las empresas particulares, con el acompañamiento de los sindicatos, se promoviera el voto útil, el voto por candidatos que estén a favor de la libertad de emprender.

El objetivo de los dueños de las empresas y los negocios es que Morena, dirigido por Mario Delgado, no tenga mayoría en el Congreso, que la alianza opositora sea un equilibrio real, y que Andrés Manuel López Obrador tenga contrapesos en todos los congresos federal y locales, así como en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que encabeza Arturo Zaldívar, y en el sindicato de gobernadores.

Varios consultores, académicos y asesores de empresas narran que desde que empezó la pandemia las cúpulas privadas como la Canacintra de Enoch Castellanos, Caintra de Rodrigo Fernández, Canapat de José Lucio Rodríguez y agrupaciones locales de profesionistas elaboraron contenidos multimedia, webinars, conferencias semanales y mensuales para ir sumando voluntades a la causa.

En estos grupos de trabajo, algunos encabezados por la Coparmex de José Medina Mora, el Consejo Mexicano de Negocios de Antonio del Valle Perochena y asociaciones de la sociedad civil, surgió lanzar candidaturas de empresarios por PAN, PRI y PRD, pero el mayor logro fue el Sí por México, liderado por Gustavo de Hoyos y Claudio X. González.

Una de las metas más importantes, es que se logró convencer a muchas empresas para que juntaran trabajadores, ejecutivos, sindicatos y proveedores en varias pláticas donde se abordó lo que significa para el empleo la inversión y la vida de los negocios tener un Presidente que lo controle todo: recursos, poder judicial, gobernadores y congresos federal y estatales.

Las empresas dispusieron de consultores que hablaron a ejecutivos, trabajadores de confianza y sindicalizados sobre tres ejes: qué país quieres para ti y para tu familia; ¿quieres cuidar tu empleo y tu empresa?; lo que está en juego en esta elección es el futuro: vivir en una democracia o en el autoritarismo.

Muchos empresarios solo se quedaron en “promover el voto en general”, de manera responsable entre sus trabajadores y directivos, en buena medida por temor a las represalias del gobierno y que fueran acusados de hacer proselitismo político partidista.

Un presidente de una agrupación industrial del norte del país estima que ellos lograron llegar con estos seminarios, pláticas, conferencias y demás actividades a cerca de 500 mil personas. “Parecen muchas, pero realmente no sabemos qué impacto se logre hasta el resultado final”.

Hay dos grandes enseñanzas de este proceso electoral al margen de los resultados del domingo, coinciden consultores, dirigentes empresariales.

1.- Tenemos que seguir trabajando para llegar a la base de la empresa con una estrategia ordenada, permanente y sin perder de vista el mediano plazo: la revocación del mandato presidencial, que está a la vuelta de la esquina, porque la intención de la reelección es real.

2.- El Presidente no cree en la empresa, no cree en la inversión privada como generadora de empleo y bienestar, no es un demócrata ni un impulsor del Estado de derecho.

HAY MUCHA PREOCUPACIÓN en el “cuarto de guerra” de Morena. Sobre todo porque en los últimos días se ha desvanecido la intención de voto a favor del partido de Andrés Manuel López Obrador. En las últimas horas Mario Delgado y su asesor de cabecera, Paco Abundis, de la casa encuestadora Parametría, han viso caer esa intención de 42 por ciento de principios de semana a 38 por ciento. El nerviosismo se cierne sobre dos estados que se han vuelto paradigmáticos: Sonora y Campeche. Si Alfonso Durazo pierde frente al candidato de la coalición Va por Sonora, Ernesto Gándara será el reconocimiento popular de que la política de seguridad de AMLO fue un rotundo fracaso. El otro estado donde está puesta toda la atención es Campeche, donde Layda Sansores, la fiel escudera del inquilino de Palacio Nacional y miembro distinguido del clan obradorista, está a un tris de perder la gubernatura contra el candidato de Movimiento Ciudadano, Elíseo Fernández. Otra gubernatura que tampoco la tiene segura Morena es Zacatecas: David Monreal está empatado con la candidata de la coalición PRI-PAN-PRD, Claudia Anaya. En resumidas cuentas, el partido en el poder puede decir a unas horas de que inicie la jornada electoral que tiene en la bolsa los estados de Sinaloa, Baja California y Guerrero. Por todo ello es que en el “cuarto de guerra” de Morena se vivía ayer tensión, misma que se irá acrecentando en la medida en que inicien las elecciones y se conozcan hacia las primeras horas de la tarde del domingo los resultados rápidos.

EN EL PASADO los obispos mexicanos estaban divididos entre PAN, PRI y PRD. Pero la “ley del hielo” en la que ha estado la relación entre la 4T y la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM), que preside Rogelio Cabrera, allanó el camino para que la mayoría de la curia católica vaya a votar este domingo en contra de Morena. Pero no sólo eso: los sacerdotes han pedido a sus fieles ejercer un voto útil en contra de López Obrador, quien logró en tres años con los más de 120 obispos, arzobispos y cardenales mexicanos lo que ningún presidente había conseguido: unirlos en su contra. Se sabe que el Presidente es Cristiano. “Yo soy Cristiano y quiero aclararlo”, afirmó ayer en la conferencia mañanera. Pero ese no es un problema en la relación con la jerarquía católica. El enfriamiento con la 4T se debe a que el tabasqueño poco o nada los ha atendido y más bien las políticas adoptadas en materia de respeto a la vida, derechos humanos y migrantes no comulgan con la Doctrina Social de la Iglesia. Casi todos los obispos mexicanos y la CEM han emitido en las ultimas semanas cartas pastorales invitando a votar a los católicos por aquellos candidatos que respeten el derecho a la vida, promuevan la fraternidad, la unión entre los mexicanos, que no hagan apología o defiendan el Estado de derecho y apliquen la ley contra la delincuencia. Pero hay muchos obispos y arzobispos que tienen claro que la opción política no está en Morena y sus partidos satélites.

OTRO SECTOR AGRAVIADO, y que ha hecho una intensa campaña en redes sociales y medios de comunicación contra del gobierno de la 4T, Morena y la directora del Conacyt, es el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) que consta de unos 27 mil integrantes. Los jóvenes investigadores que integran las cátedras Conacyt, alrededor de mil nuevos valores de la ciencia y la tecnología en México, van a ejercer un voto de castigo contra el actual gobierno y por la gestión de María Elena Alvarez-Buylla. El enojo no es sólo por la pérdida de apoyos, fideicomisos y otros beneficios que tenían los investigadores. No, no. La molestia radica en la orientación política que está dando este gobierno, la desaparición de fideicomisos que generaban una sinergia entre investigadores y sector privado, pero sobre todo la incertidumbre en que están muchos de los centros Conacyt en el país.

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