Colaborador Invitado

China y América Latina: juntos por el futuro compartido

Ambas partes vienen aprovechando su marcada complementariedad económica para ampliar el contenido de la cooperación pragmática.

China y América Latina comparten la misma identidad como países en desarrollo. Nuestra historia de cooperación solidaria es un vivo reflejo de la cooperación Sur-Sur en el mundo contemporáneo. De acuerdo con la CEPAL, cada punto porcentual de crecimiento en la economía china da un empuje a un 0.5% en la economía latinoamericana. Como países del Sur, China entiende profundamente los retos que enfrenta la región en su camino hacia la modernización y comparte sus experiencias de desarrollo para impulsar un progreso integral y sostenible en América Latina. Durante los últimos años, ambas partes vienen aprovechando su marcada complementariedad económica para ampliar el contenido de la cooperación pragmática y destacan como motores del desarrollo del “Sur Global”.

Hoy, China es el segundo socio comercial de América Latina. En 2024, el comercio bilateral alcanzó un récord de 518,467 millones de dólares. De esa cifra, China importó 241,466 millones y exportó 277,001 millones de dólares, manteniendo un intercambio relativamente equilibrado entre exportaciones e importaciones. México, la segunda economía más grande de la región, aportó más de una quinta parte a este volumen. En el mismo período, México exportó 617,100 millones e importó 625,312 millones de dólares, manteniendo también un equilibrio fundamental. Dichos dos equilibrios comerciales, formados de manera espontánea por el mercado, reflejan la sabiduría del ámbito económico y comercial de China, México y la región, al saber materializar con éxito su complementariedad económica, y sobre todo traen beneficios tangibles a la vida de sus pueblos, siendo una vívida muestra de beneficiarse de una comunidad de futuro compartido, que caracteriza las relaciones económicas y comerciales entre China y América Latina.

Al mismo tiempo, la cooperación en inversión avanza con pasos firmes. El stock de inversión directa de China en la región supera ya los 600 mil millones de dólares, equivalente al 20% de la inversión total de China en el exterior, abarcando sectores diversificados como energía, minería, manufactura y economía digital. Las empresas chinas participan activamente en la construcción de infraestructura, energías limpias, transporte ferroviario y 5G, con contratos firmados que superan los 300 mil millones de dólares. Estos proyectos contribuyen al crecimiento económico, mejoran la vida del pueblo local y ayudan con la transición energética. Asimismo, ambas partes han logrado desarrollar con éxito nuevas áreas de cooperación en campos como el desarrollo verde y la cooperación digital.

Los éxitos logrados en diversos ámbitos de la cooperación económica y comercial entre China y América Latina se sustentan en principios compartidos como la igualdad, el beneficio mutuo, la innovación, la apertura y el bienestar para el pueblo. Sin embargo, la globalización económica está enfrentando desafíos serios como el unilateralismo y el proteccionismo. Frente a ellos, China sostiene que la confrontación no genera ganadores y que la cooperación es el único camino correcto. Por ello, hacemos un llamamiento a ambas partes a continuar manteniendo la apertura mutua, promoviendo de manera constante la liberalización y facilitación del comercio; a reforzar la comunicación y la coordinación, resolviendo mediante el diálogo en pie de igualdadlas preocupaciones económicas y comerciales; y a defender juntos el sistema multilateral de comercio, oponiéndose firmemente a las medidas unilaterales y a las tendencias regresivas de desglobalización.

Estamos convencidos de que, con el esfuerzo conjunto, el gran navío de la cooperación sino-latinoamericana seguirá navegando con ímpetu rumbo a la modernización, pintando así una grandiosa obra de avanzar juntos y construir un futuro compartido.

COLUMNAS ANTERIORES

COP30: El momento de la energía eólica en México
La personalización como futuro del crédito

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.