Colaborador Invitado

El compromiso de México hacia una transición energética

Transitar hacia tecnologías renovables posicionará a México hacia un terreno de innovación y ejemplo para el mundo, quien mirará los méritos obtenidos por ser el pionero en este terreno.

Lorena Martínez, directora de Asuntos Regulatorios de Enel México

México ha estado presente en las distintas iniciativas globales que se han echado a andar alrededor de una de las mayores problemáticas que está enfrentando el mundo: el cambio climático.

Desde la celebración del icónico Acuerdo de París, que estableció las bases para el cuidado del orbe a finales de 2015, hasta ahora, nuestro país ha participado en la construcción de las distintas soluciones que se han ido estableciendo con el objetivo de completar esta tarea.

Un ejemplo fue su más reciente intervención en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, también conocida como COP27 y celebrada en noviembre en Sharm el Sheij, Egipto, un foro en el cual los principales líderes del mundo dialogaron acerca de las nuevas acciones a poner en práctica para mejorar el panorama.

Fue ahí donde México acordó el aumento en las metas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero de 22 al 35 por ciento en los próximos 8 años.

Otra muestra de colaboración fue la pasada X Cumbre de Líderes de América del Norte, realizada en México, y en la cual, en conjunto con Estados Unidos y Canadá, se acordó trabajar en medidas rápidas que permitan atajar la situación difícil que vive el entorno.

Una demostración fue el compromiso que las tres naciones establecieron para reducir las emisiones de gas metano, o la creación de un panel que permita compartir las mejores prácticas que cada uno de los países están poniendo en marcha.

Con base en la experiencia que México ha adquirido tras estas participaciones, podemos entender que el mayor reto por el que pasa el país está relacionado con el avance de su proceso de transición energética.

¿Qué significa? La capacidad que tenga para saltar de un sistema energético cuyo eje principal son los combustibles fósiles, a uno nuevo basado en las energías renovables, enfocado en las bajas o nulas emisiones de carbono.

De esta manera, el país puede dar pasos alrededor de este cambio de paradigma, que nos ayudará a conseguir la descarbonización, esencial para el cuidado tanto de nuestro territorio como del planeta.

Progresar hacia la transición energética puede parecer complejo, sin embargo, existen factores que pueden ayudarnos a conseguir esta meta, siendo, quizás, el más relevante el descenso que han experimentado sus costos.

Entre 2010 y 2019, los precios de las principales tecnologías renovables registraron un descenso del 80 por ciento, para el caso de la energía solar, y 60 por ciento, en la eólica, lo que abre oportunidades para su mayor adopción y uso.

Transitar hacia estas alternativas posicionará a México hacia un terreno de innovación y ejemplo para el mundo, quien mirará los méritos obtenidos por ser el pionero en este terreno.

Sin embargo, esta reconfiguración energética, que dará batalla al calentamiento global, no podrán conseguirla los gobiernos en solitario; requerirán del apoyo de diferentes actores para poder lograrlo, trabajando codo a codo en esta tarea.

El país está entonces frente a una oportunidad única que no puede dejar pasar, el reto energético es grande, pero el éxito puede serlo todavía más. El momento para lograrlo es ahora.

COLUMNAS ANTERIORES

‘Nearshoring’ en México: La carrera tecnológica por asegurar $35 mil millones
Fondo de Pensiones para el Bienestar, irremediablemente será una herramienta electoral para próximas elecciones

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.