Clemente Ruiz Duran

Preservar la vida y los medios de vida

China y otras economías asiáticas reabrieron sus economías, luego de garantizar la salud de sus ciudadanos.

El primer caso de infección por la pandemia en México se dio a conocer el 27 de febrero pasado, han pasado 159 días, desde entonces se ha incrementado en forma progresiva el número de infectados alcanzando en agosto 440 mil y 48 mil defunciones; la sociedad esta diezmada, la expectativa era su contención, sin embargo, el recuento de julio muestra que no fue posible y que seguimos estando en condiciones críticas. El agotamiento social que se vive es sorprendente, los diálogos son en torno a lo mismo, y a la falta de esperanza se suma una creciente decepción por la forma como se gestiona la economía. Para documentar el pesimismo, el Inegi dio a conocer que la caída del PIB en el segundo semestre del año fue de 18.9 por ciento, lo que coloca en una situación sumamente crítica a la economía, ya que con esto se borran diez años de crecimiento.

Este pesimismo se extiende por toda la región de América del Norte, Estados Unidos registró una caída de 9.5 por ciento en el segundo semestre, el mayor colapso trimestral del cual existan registros, sobre base anualizada se convierte en una caída de 32.9 por ciento. Para que nos demos idea de lo que significa esta caída, en la Gran Depresión de finales de los años veinte del siglo pasado la economía estadounidense se colapsó en 4 por ciento; de un plumazo se eliminaron los últimos cinco años de crecimiento en la economía estadounidense. Canadá está en una situación similar, su caída para el trimestre que terminó fue de 25 por ciento. Esto pone a la región de América del Norte en una situación crítica y sin ningún motor que funcione, se averiaron las maquinas del crecimiento de la región. La caída de la actividad productiva afectó de igual forma a Europa, la región euro se colapsó en el segundo trimestre en 12.1 por ciento, con un decrecimiento de 10.1 por ciento de la economía alemana, esto muestra que dos pilares de la economía global, Estados Unidos y la Unión Europea, han sido afectadas de manera severa y que por lo mismo no es de esperar que sean las que den el impulso al crecimiento de la economía mundial.

Frente a esta situación, la única región que ha visto la luz al final del túnel ha sido China, que después de decrecer 6.8 por ciento en el primer trimestre, logró un crecimiento de 3.2 por ciento en el segundo trimestre. La reactivación china logro suavizar el efecto de la pandemia en el segundo trimestre en Japón, que sólo decreció 0.6 por ciento, y en Corea, que decreció sólo 3.3 por ciento, gracias al estímulo del comercio con China. Con estos resultados, la zona se convierte en el punto focal para la recuperación. Estos resultados muestran la necesidad de entender que la salida de la crisis tendrá que ser en un esquema cooperativo con la economía de China.

Sin embargo, hay que tener claro que los resultados de Asia provienen de una estrategia de garantizar antes que nada la salud de la población, se cuidó la vida antes que nada, China, con una población de mil 439 millones, tuvo 88 mil 65 casos de contagio, y sólo 4 mil 671 muertos; Corea del Sur, con una población de 51.3 millones, ha tenido 14 mil 389 casos confirmados y 301 muertos; Japón, con una población de 125 millones, sólo ha tenido 40 mil 67 casos y sólo mil 17 muertes. Esto muestra cómo la estrategia de estas sociedades ha estado en la preservación de la vida antes que nada y posteriormente han reanimado sus economías. Esto contrasta con la estrategia de Estados Unidos, que sin tener controlada la pandemia, decidió reabrir su planta productiva y los resultados han sido desastrosos 4 millones 675 mil 628 contagios y 154 mil 944 muertes, es decir, 1.41 por ciento de su población se ha contagiado, con una tasa de letalidad de 3.3 por ciento, sin que se tenga claro el fin de esta espiral de contagios. Es decir, es necesario preservar la vida como principio básico, esto es lo que da la fortaleza para que una economía se recupere.

Una vez que se garantiza la salud se requiere una estrategia clara para preservar los medios de vida, es decir, la capacidad del aparato productivo para garantizar el empleo sumado a un sistema de bienestar que proteja de manera amplia a los que pierden el empleo. En México requerimos rediseñar la estrategia para lo que resta del año, el escenario esperado por el gobierno es muy difícil que se cumpla, sobre todo que haya puesto su esperanza en la reactivación de la actividad económica en Estados Unidos. El escenario externo se va a complicar aún más, ya que el presidente Trump, es de esperarse que ante la posibilidad de perder la reelección, aumentará su agresividad comercial hacia China, y a México le echará la culpa de que no pueda controlar la pandemia.

El gobierno mexicano podría utilizar varios instrumentos, por una parte, llegar a un acuerdo inextenso con el Banco de México para reducir la tasa de interés al menos un punto más y dotar de mayor liquidez al mercado, eso se podría dar a conocer en la próxima reunión de agosto de la Junta de Gobierno. Sin embargo, eso sería insuficiente para lo cual se podría apoyar en la banca de desarrollo para inyectar recursos a las empresas, la estrategia sería reactivar la operación de Nacional Financiera como brazo de apoyo a las empresas, se requieren financiamientos importantes de mediano y largo plazos, para esto se podría crear un Consejo para la Recuperación Económica dependiente de la Oficina de la Presidencia. Es momento de evitar un colapso mayor, pero sobre todo de garantizar los medios de vida, nunca es tarde para preservar la vida.

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