Clemente Ruiz Duran

Día del trabajo, informalidad y el dilema del lento crecimiento económico

Clemente Ruiz Durán advierte que los datos sobre la economía de México no son muy alentadores para el crecimiento del empleo formal.

El día de hoy celebramos el Día del Trabajo, en esta perspectiva debemos reflexionar sobre lo que ha estado aconteciendo en el ámbito laboral en donde se ha tenido una recuperación del salario mínimo en forma consistente desde 2018, y una reestructuración del ámbito laboral en materia de justicia laboral ambos factores que han permitido garantizar un mejor espacio laboral. Sin embargo, se mantiene una alta tasa de informalidad laboral de acuerdo con la matriz de Hussmans publicada por INEGI. De acuerdo a la información publicada por INEGI para octubre-diciembre de 2023 la informalidad alcanza el 54,8 de la población ocupada, equivalente a 32 millones de una población de 59 millones de personas ocupadas. La composición de la informalidad a finales de 2023 fue de 16,8 millones en el sector informal, en trabajo doméstico remunerado 2,5 millones de personas, en empresas, gobierno e instituciones 7,9 millones y en el sector agropecuario 5,5 millones de personas. Estas cifras muestran la necesidad de un cambio de política en materia laboral, ya que el crecimiento de la economía por si sola no permitirá que esta situación se corrija y esto trae consigo inestabilidad, inseguridad y la aparición de situaciones precarias para la población que se encuentra en la informalidad.

A esta situación se suma el lento crecimiento de la economía, lo cual impide una expansión de los puestos de trabajo del sector formal a la tasa que se requiere, para que el lector pueda dimensionar esta situación analicemos a que tasa tendría que crecer la economía para absorber a la población del sector informal. Actualmente el sector formal cuenta con 27 millones, y se requería tener una expansión sustancial para absorber a los 32 millones del sector informal. Lo anterior muestra que se requiere de una fuerte expansión de la economía y de nuevas reglas del juego para que los 59 millones de personas fueran todas formales.

Una condición necesaria sería que la economía creciera a un mayor ritmo y desafortunadamente estamos enfrentando una baja expansión de la economía, si revisamos las cifras del primer trimestre de 2024 observamos que el crecimiento fue de sólo 0,2 por ciento, lo que constata que el espacio económico no esta creciendo al ritmo que se requiere para resolver el problema del espacio laboral y lo que nos debe preocupar este crecimiento es una quinta parte del observado hace un año, y ligeramente superior al observado en el último trimestre del año. En cuanto a su composición se observa que el dinamismo provino del sector servicios que se expandió 0,7 por ciento, en tanto el sector industrial y la agricultura y pesca mostraron pequeñas retracciones.

Una cuestión clave para enfrentar este problema es que tenemos que estar conscientes que gran parte de este rompecabezas se encuentra en el sector agropecuario, el lento crecimiento del sector y su informalidad requieren recibir una atención especial. Esta situación se hace evidente por el aumento de la violencia en el sector rural en donde el crimen organizado ha adquirido un papel preponderante en gran parte del territorio. La apuesta equivocada es buscar que las inversiones que vengan de fuera permitirán ir reduciendo el problema pausadamente.  En esta materia se requiere una respuesta más enérgica, o actuamos hoy sobre la situación del empleo en el sector rural o el deterioro continuara. Se requiere de una fuerte expansión de la inversión en el ámbito agropecuario para atender varios problemas, la informalidad, su productividad y la sustentabilidad ante el eminente cambio climático.

En el ámbito urbano la informalidad requiere de un tratamiento diferente, requerimos lanzar una cruzada para formalizar al trabajo doméstico remunerado, actuar sobre el sector informal y garantizar que en las empresas, el gobierno y las instituciones formalicen todo el empleo.

El escenario en esta perspectiva no es muy alentador por las cifras dadas a conocer por INEGI esta semana sobre el crecimiento. La pregunta que surge es si este débil comportamiento al primer trimestre implicará un menor crecimiento anual, o simplemente es un resultado de principios de año y será posible alcanzar el 3 por ciento para todo el año.  La expectativa de la Secretaría de Hacienda  en sus Criterios de Política Económica señalaba que la economía mexicana crecería en un rango de entre 2,5% y 3,5% este año producto de  un mayor consumo, la culminación de obras de infraestructura y una creciente demanda externa por parte de Estados Unidos.

Estamos ante un dilema ya que con el cambio en la Administración Pública no es de esperarse que los resultados puedan ser alterados por medidas de política económica más agresivas en este año, tendremos que conformarnos con el goteo del crecimiento económico.

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