Clemente Ruiz Duran

La otra campaña

Estamos en una encrucijada en la relación con Estados Unidos; tenemos que motivar al gobierno estadounidense para que la valore en otro nivel.

México se enfrenta nuevamente a un proceso electoral simultáneo con el de Estados Unidos esto acontece de vez en vez, esto sucedió en el año 2000, con Bush que le gano a Al–Gore, en esa ocasión el presidente Fox resultó ganador; en 2012 el presidente Obama fue reelecto y en México asumió la presidencia Enrique Peña Nieto. Este año el presidente Joe Biden buscará la reelección, en un complicado proceso en donde los republicanos aún no definen a su candidato, entre los contendientes estarán el expresidente Trump, el gobernador de Texas Greg Abbott, y el gobernador de Florida Ron De Santis. Esto plantea un escenario difícil que requiere ser analizado con detenimiento, ya que las definiciones que se realicen serán claves para la convivencia bilateral y afectará sin duda el desempeño de la economía mexicana.

Esta coincidencia tendrá un fuerte impacto en la campaña presidencial de México, ya que los candidatos mexicanos tendrán que definir su posición de manera clara sobre la relación bilateral y no podrán abstraerse de tomar una definición sobre los conflictos que Estados Unidos ha estado apoyando en el mundo como es el caso de la guerra de Ucrania que se ha prolongado y que no se ve resolución a la vista, y también tendrán que definir su posición sobre el conflicto de Israel y la guerra con Hamas, no son temas que podrán eludir, tendrán que definir su posición lo que marcará su posición sobre la política exterior del país.

Para México sin lugar a duda la relación es estratégica y cada vez más cercana, la interconexión de las actividades económicas ha sido creciente con la política de nearshoring. Durante septiembre del 2023 se alcanzó un nivel máximo de envíos hacia Estados Unidos: 82.7 por ciento de las exportaciones mexicanas fueron a nuestro vecino del norte, de esta forma el comercio de México con Estados Unidos continúa con su racha positiva, y al mismo tiempo somos más sensibles a los ciclos que enfrente su economía.

En la relación bilateral existen multiplicidad de problemas, sin embargo, existen dos que se han convertido en problema estratégicos la migración y el complicado problema del tráfico de armas que alimenta a los cárteles de la droga y fortalece a estos grupos de delincuentes. Sobre la migración será necesario llegar a un acuerdo para evitar el conflicto. En los últimos años esta situación se ha complicado, por diversas circunstancias, entre otras porque el gobierno estadounidense ha sido incapaz de diseñar una estrategia de mediano plazo y esto ha dado como resultado una escalada en los conflictos fronterizos.

El ejercicio más exitoso en materia de migración ha sido el de las visas H-2A que permite que empleadores o agentes estadounidenses que cumplen con requisitos reglamentarios específicos contraten a mexicanos para llenar puestos de empleos temporales en la agricultura. El procedimiento es que un empleador, o un agente estadounidense según descrito en la reglamentación, o una asociación estadounidense de productores agrícolas denominada como un empleador conjunto, deben presentar el Formulario I-129, Petición de Trabajador no Inmigrante a nombre del posible empleado. Esto ha servido para que los trabajadores agrícolas de México puedan viajar hacia Estados Unidos sin problema. El 17 de noviembre de 2023, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y el Departamento del Trabajo (DOL) publicaron una regla final temporal conjunta que aumenta la cantidad máxima (límite) de visas de no inmigrante H-2B en hasta 64 mil 716 visas adicionales para todo el año fiscal 2024. Esta ampliación de visas requerirá de una coordinación muy precisa para que efectivamente se usen las visas, este será uno de los puntos de debate en la campaña estadounidense. Sin embargo, estas visas no son exclusivas para México, sino que se otorgan a otras nacionalidades, el próximo gobierno tendrá que buscar que se amplíe para migrantes de la región y con ello se reduzca el flujo de migrantes indocumentados. Esto no será fácil ya que varias fuerzas en Estados Unidos claman por limitarlas y en su lugar sacan leyes para restringir la migración y sugieren incluso deportaciones masivas como es el caso de la Ley Abbot.

Estamos en una encrucijada en la relación de Estados Unidos y México, tenemos que motivar al gobierno estadounidense a que valore la relación bilateral en otro nivel y establezca límites reales al tráfico de armas, que ordene la frontera no como un campo de batalla, sino como un esquema de convivencia entre dos países que mantienen una amplia relación comercial. No serán fáciles estos meses, se percibe que la campaña presidencial en Estados Unidos utilizará en extenso los problemas de la migración. De esta forma la campaña será escena de posiciones extremas por parte de las diferentes fuerzas políticas. Esperamos que México sea constructivo y con nuevas ideas para generar una relación más estable, que sea mas acorde con la relación de nearshoring que propugna el gobierno estadounidense, pero que es necesario aterrizar en todos los planos no solo el discursivo.


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