Clemente Ruiz Duran

El frágil camino hacia la recuperación

El resurgimiento de la pandemia ha llevado a México a enfrentar una renovada situación de vulnerabilidad, la cual parecía desaparecer al finalizar 2021.

El resurgimiento de la pandemia ha llevado a México a enfrentar una renovada situación de vulnerabilidad, la cual parecía desaparecer al finalizar 2021. La parte más sensible de este proceso ha sido el mercado laboral, en donde confluyen todos los procesos de ajuste ya que es el pilar del bienestar de cualquier sociedad, de ahí el temor de las autoridades de tomar medidas más drásticas para frenar los contagios, es un dilema complejo de resolver pero que requiere que el país reflexione de una manera integral. No se han tomado medidas para reestructurar a fondo el sistema de salud, por lo que hoy tenemos que enfrentar esta situación, con un sistema debilitado por la misma pandemia, es necesario repensar de qué forma se pueden asignar recursos adicionales a las instituciones de la salud para que puedan cumplir con su tarea, y tomar medidas para evitar que los contagios se propaguen. Se requiere reducir la exposición de la población al contagio, parece ser que el sistema de semáforos que se uso en las etapas anteriores ha dejado de funcionar y hoy por hoy se permiten las aglomeraciones en gran parte del país. Un problema fundamental es en el transporte, en donde se deberían aumentar las medidas de control, tanto en las áreas urbanas como en el transporte carretero o aéreo, en donde se han registrado alzas de contagio en el personal encargado de operarlo.

Una de las áreas más vulnerables ha sido el mercado laboral, en donde se reportan gran parte de contagios en ciertas regiones del país, sobre todo en áreas con servicios turísticos como Quintana Roo. El mercado laboral ha sido golpeado de manera importante. En esta área es necesario analizar detenidamente, ya que si bien hay una mejoría respecto a 2020, sigue deprimida respecto a 2019. Las cifras dadas a conocer por el IMSS sobre sus asegurados a diciembre de 2021 muestran una mejoría de 846 mil asegurados más respecto a diciembre de 2020; sin embargo, si se toma como referencia diciembre de 2019, se observa una disminución de 183.5 mil puestos de trabajo. Esto deriva no sólo de la debilidad de la recuperación, sino de los ajustes en la plantilla laboral que realizan muchas empresas entre noviembre y diciembre; en 2021 el ajuste fue de una reducción de 313 mil plazas.

Regionalmente el empleo reportado por el IMSS no ha alcanzado sus niveles de diciembre de 2019 en la región centro, en donde en noviembre de 2019 existía asegurados 6.2 millones de personas y en diciembre de 2021 alcanzaban 5.9 millones. Este deterioro del mercado laboral se dio también en la región sur en donde los registrados ante el IMSS no alcanzan los niveles de 2019. Las regiones en donde se han logrado avances han sido en el occidente como en el norte que han logrado situarse uno por ciento arriba del nivel de 2019. Estas tendencias deberían ser analizadas con el fin de definir estrategias para fortalecer el mercado laboral y evitar que las empresas continúen realizando ajustes a finales del año para reducir prestaciones. Se puede argumentar que los ajustes en costos los realizan las empresas recortando su plantilla de personal al finalizar el año.

En esta perspectiva es necesario que la recuperación esté fundamentada en un refuerzo de inversión pública en salud, combinado con un aumento de la inversión en los diferentes sectores de la economía, buscando incrementar la eficiencia por aumentos de productividad y no a través de ajustes en el mercado laboral. En este camino se requiere un monitoreo por las autoridades del sector industrial de lo que está sucediendo en sectores claves como son el automotor y la electrónica, ya que no se está logrando un proceso de expansión de la producción ni de la exportación. Esto deriva de la falta de monitoreo de las cadenas globales de valor y la forma como se están ajustando a nivel global, como producto de cambios en tecnología.

La cadena automotriz está sufriendo cambios sustanciales en nuestro país. La producción se está encaminando hacia vehículos de carga, más que hacia automóviles. En 2021 la producción de automóviles alcanzó 708 mil 242, un 26 por ciento debajo de lo registrado en 2020. En cambio la de camiones ligeros alcanzó 2,271,034 un 9.3 por ciento más que en 2020. El ajuste total fue una reducción de la producción de 2 por ciento, lo que muestra la forma como se está reorganizando la cadena de producción de la industria automotriz. Esto requiere de atención por parte de los encargados de la política industrial del país. Se requiere definir con todos los productores un acuerdo para que México continúe siendo una dinámica plataforma de producción y exportación dentro del área de América del Norte. En esta perspectiva, es necesario sentarse a negociar con todos los productores sus planes de inversión para los próximos diez años, ya que si el país se va a especializar en camiones ligeros se requiere definir con los productores la reestructuración de sus plantas para que ensamblen vehículos de última generación, como son los híbridos y eléctricos. Esta concertación es necesaria para reducir la fragilidad de la recuperación, ya que de lo contrario el camino será tortuoso y de bajo crecimiento. Parece ser que nos encontramos como Ulises en su frustrado regreso a Ítaca, en donde los cantos de las sirenas nos desvían continuamente. Se requiere tener claro las tareas que le toca acometer a las autoridades para regresarnos a la ruta del crecimiento.

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