Clemente Ruiz Duran

EU-México: Diálogo de alto nivel y crisis humanitaria

Miércoles y jueves se realizará un Diálogo Económico de Alto Nivel entre Estados Unidos y México, con una agenda sumamente complicad.

Miércoles y jueves se realizará un Diálogo Económico de Alto Nivel entre Estados Unidos y México, con una agenda sumamente complicada. A la cuestión económica se suma la migratoria, que se ha convertido en una verdadera crisis humanitaria. Son cuestiones que no se pueden desvincular. Por una parte, la secretaría de Economía, Tatiana Clouthier, buscando más inversiones para reforzar las cadenas de valor; y por otra, el embajador de México en Estados Unidos, Esteban Moctezuma, argumentando sobre la buena relación que existen entre ambos países, sin que ninguno de los dos haga alusión a la crisis migratoria.

Es un mal momento para las relaciones bilaterales, Estados Unidos está sumamente debilitado después de su salida de Afganistán, la cual se realizó de la peor forma posible, después de veinte años de estancia en ese país. Fue una oportunidad perdida para Estados Unidos y para el mundo, ya que podía haberse gestionado un proceso de paz con todas las fuerzas políticas del país, construyendo la infraestructura que es necesaria para comunicar a un país de montañas, y que cuenta con un débil sistema de salud y educación. Esta retirada ha debilitado la administración Biden, la cual simplemente asumió la hoja de ruta que había dejado la administración Trump, en vez de replantear la estrategia y lograr un acuerdo para realizar una retirada ordenada, que protegiera a la población más vulnerable y evitara repetir lo vivido en Vietnam.

Esta debilidad estadounidense se suma a la pésima gestión de Estados Unidos en Centroamérica. En su viaje a Guatemala la vicepresidenta, Kamala Harris, lanzó un mensaje que indignó a todo mundo. Pidió a aquellos que estaban planteándose emigrar sin papeles a Estados Unidos que no lo hicieran. “No vengáis, no vengáis”, dijo. Desde entonces, su popularidad encadena tres meses de caída libre. Sin lugar a duda, Estados Unidos tiene que establecer una nueva política exterior, que ligue la política migratoria con la estrategia de recuperación de la economía estadounidense.

No se puede desvincular lo económico de lo político, la tensión de la migración sin lugar a duda inhibirá muchas inversiones en México a menos que se replanteé la cuestión migratoria. Estados Unidos sigue siendo el país con mayor población migrante que existe en el mundo, por ello siendo un país de migrantes requiere retomar los conceptos de la Agenda 2030 de Naciones Unidas. En esta agenda se señala que cuando se cuenta con el apoyo de políticas adecuadas, la migración internacional puede contribuir a un desarrollo inclusivo y sostenible que estimula el crecimiento y al desarrollo económicos. En esa perspectiva Naciones Unidas pide a los países que faciliten una migración ordenada, segura, regular y responsable, incluso mediante la implementación de políticas para una migración planificada y bien gestionada. El Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, debiera ser un pacto vinculante legalmente para la cooperación internacional entre todos los actores relevantes en materia de migración, y reconoce explícitamente la importancia de políticas y prácticas migratorias efectivas y basadas en pruebas para optimizar el desarrollo positivo de los resultados de la migración.

En este Diálogo Económico de Alto Nivel que se realizará en estos dos días existe una agenda realmente apretada, que busca inversiones en insumos estratégicos para la producción de automóviles. Sin lugar a duda que la estrategia debería ser que se acordara la participación de inversionistas asiáticos en México para apresurar la recuperación, sin embargo, en este tema nuevamente la administración Biden pareciera insistir en que sean las compañías americanas las que inviertan. Si es así, el proceso ha sido lento y esto está retrasando la recuperación de la economía. Se requiere de acciones rápidas, la construcción de cadenas de suministro requiere de una logística puntual que permita que los encadenamientos funcionen y lo que se ha observado en este año es que existen huecos en las cadenas de suministros, y que ello es lo que está impidiendo que la producción se eleve al ritmo que están demandando la industria terminal. Los requerimientos son múltiples, es momento oportuno para financiar a las micro, pequeñas y medianas empresas para que se sumen al esfuerzo. En esta perspectiva se requiere que la banca de desarrollo vuelva a asumir un papel más dinámico y lance un programa amplio de financiamiento de las cadenas de valor, no sólo la automotriz, sino también en sectores agroindustriales, en lo aeroespacial, en la industria electrónica, en la ampliación de las redes de comunicación para hacer llegar a más gente el internet.

A los elementos anteriores se suma un punto estratégico: la forma como Estados Unidos contribuirá a fortalecer la economía del sureste de México y a Centroamérica. La estrategia no se puede limitar al apoyo al programa Sembrando Vida, se requiere de toda una estrategia de rediseño de la región, con inversiones de infraestructura y en empresas productivas que ocupen a la gente con salarios adecuados. No se debe desperdiciar este diálogo, los pendientes son múltiples y Estados Unidos no tienen prisa por resolverlos, lo cual es preocupante porque podría resultar en la acumulación de asuntos sin resolver que se pueden hace más conflictivos. De no resolverselos, si se deja al tiempo, las nubes no se disiparan y esto puede empeorar la crisis humanitaria que se vive en la frontera sur de México.

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