La demanda de espacios con los modelos híbridos de trabajo no refleja aún cambios en los niveles de absorción de oficinas.
Si bien, diversos corporativos analizan la factibilidad de incorporarlo a su planeación de espacios, tras el COVID-19 los rangos de absorción de espacios de la última década de entre 300 y 500 mil m2 por año, quedaron en la historia.
Y es que a pesar de que el sector se afana en una ágil recuperación, el mercado no está reflejando una constante de aquella dinámica pre-pandemia.
Ya anteriormente habíamos comentado que el segundo trimestre, sería una prueba para los principales mercados (Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey).
Controlar la tasa de desocupación de 18.6% promedio que había al inicio de año en la Ciudad de México (CDMX), equivalente a más de 1.3 millones de metros cuadrados, lucía como una labor compleja dado que apenas en 4 corredores se concentra 69% de la oferta disponible.
Esta situación representa un reto para un mercado que ha comenzado a vislumbrar una difícil transformación de los espacios diseñados para oficinas, en otros usos a fin de parar las pérdidas que han generado miles de m2 sin desplazarse.
Sobre la mesa y en algunas discusiones se plantea un cambio de uso corporativo por residencial. Sin embargo, en inmuebles edificados al 100%, es complejo no sólo por las plantas, sino por la disposición de instalaciones, flujos y otros aspectos.
El modelo híbrido de trabajo demanda la atención de múltiples factores. Entre ellos, facilitar nuevas áreas privadas y de convivencia social, ahora aderezada por la integración de equipos desde distintos ambientes.
Por otra parte, aún en inmuebles en operación y ocupados, la creación de amenidades que hagan confiable la experiencia laboral requiere de cambios en las áreas abiertas que permitan el libre y sano flujo de aire.
Una encuesta sobre el Workplace en China de la firma arquitectónica Gensler hecha entre más de 3 mil trabajadores de oficina, indica que 99% de los empleados de oficina, dicen estar en un lugar de trabajo de tiempo completo, dividiendo su tiempo desde oficina y varias locaciones alternativas.
China experimentó la primera transición a las oficinas. Caso contrario es Estados Unidos, el Reino Unido y Australia que aún trabajan de manera remota el tiempo completo.
En el fondo, detrás del regreso están la productividad y el bienestar en los últimos meses. La última Encuesta de Diagnóstico de Bienestar 2021 desarrollada por la firma Willis Towers Watson revela que la pandemia afectó la productividad y bienestar del empleado en 64 y 80% respectivamente.
Lo anterior, es resultado del estrés, la salud mental, física y financiera, en particular ésta última es el problema más grave que lo hace un desafío de la fuerza laboral.
En los últimos 5 años, el interés de las organizaciones en la salud y el bienestar de los empleados y sus familias hasta 43%.
A pesar de que durante la pandemia 68% de los empleadores de esta encuesta considera que los programas que los atienden han sido eficientes, 2 de cada 5 piensa que su respuesta a la coyuntura actual o preparación a una futura, impactará en su enfoque y actividades de bienestar.
No obstante, ya en la práctica se verá si la flexibilidad y los nuevos modelos abren espacio a una relación laboral distinta, o si pesará la incorporación de sistemas eficientes de commuting en empleados, que redujo a partir del trabajo remoto, los largos traslados al espacio de trabajo.
Si bien en México el mercado corporativo aún dista de la inclusión de certificaciones orientadas al bienestar y salud de los empleados, existen casos como los validados por el sello WELL donde se integran distintos factores.
Lo considerado hasta ahora en las empresas para prepararse a un cambio en la regulación de las autoridades de trabajo, en particular la NOM 035 encaminada a validar los efectos en el bienestar producto del estrés laboral, ya es parte de la estrategia.
Sin embargo, el debate de cara a la generación de jornadas laborales flexibles, la determinación de aspectos de productividad y cumplimientos de objetivos aún no termina.
Indudablemente las oficinas permanecerán, pero su transformación tomará un profundo proceso de transformación de los conceptos que antecedieron los tiempos de la pandemia.