Benito Solis

México necesita crecimiento para enfrentar contingencias

La fórmula para que el gobierno disponga de más recursos para enfrentar contingencias y cumplir con los programas sociales consiste en incrementar el crecimiento de la economía.

La actual erupción del Popocatépetl, la pandemia del Covid, el impacto de los huracanes y las inundaciones en época de lluvias o los cada vez más frecuentes ataques de la delincuencia, son algunas de las contingencias que deben ser atendidas por las distintas autoridades, quienes requieren recursos extraordinarios. Sin embargo, muchos de los fondos creados para responder a estos problemas ya se han utilizado. Por lo mismo, estos recursos se obtienen dejando de atender diversos servicios y perjudicando el funcionamiento de diversas instituciones, como son hospitales, escuelas, servicios como agua, drenaje y alumbrado público, así como castigando sueldos de policías, maestros, servicios consulares o enfermeras.

Por otro lado, se tienen gastos que no se pueden cancelar, que tienen y tendrán un importante crecimiento, como son las pensiones y el servicio de la deuda. Este último como resultado de las tasas de interés más elevadas y por el déficit del sector público de los últimos años.

La fórmula para que el gobierno disponga de más recursos para enfrentar las anteriores contingencias y muchas más, así como para que pueda cumplir con el pago de los distintos programas sociales consiste en incrementar el crecimiento de la economía, es decir incrementar la producción de satisfactores. De esta manera las empresas y las personas aumentarán sus ingresos y consecuentemente el pago de sus impuestos, adquirirán más bienes del gobierno, utilizarán y pagarán más por los servicios públicos.

Algunos piensan de manera errónea que se pueden incrementar los ingresos públicos a través de mayores impuestos y precios más elevados por los servicios públicos. Pero con frecuencia ocurre lo contrario, ya que se reduce la producción por los mayores costos de las empresas. En el extremo las empresas, sobre todo las micro y las pequeñas, optan por “desaparecer” e irse a la informalidad para así dejar de pagar los impuestos, reduciendo los ingresos públicos.

El crecimiento depende de los cuatro factores de la producción, que son los recursos naturales, el trabajo, el capital y la capacidad empresarial, es decir alguien que pueda organizar los tres primeros factores para que puedan producir los bienes y servicios que requiere la sociedad.

Nuestro país tiene abundancia de recursos naturales y dispone de personas que desean trabajar, pero al no encontrarlo emigran al extranjero para tener empleo. Hay que enfatizar que entran a la edad de trabajar más de un millón de jóvenes al año, pero solo se crea la mitad de empleos formales. El capital había sido un factor escaso, pero en las pasadas décadas ha sido abundante tanto en México, pero sobre todo en el extranjero.

Lo que es escaso en el país es la capacidad empresarial, es decir, se requiere la creación de millones de nuevas empresas y la formación de empresarios que puedan aprovechar los recursos que están ociosos y así crear los empleos que se requieren, para incrementar los sueldos y salarios de una manera natural. Con esto se podría incrementar la producción y la productividad y bajar los precios, elevando el poder de compra de la población y el pago de impuestos. De aquí la importancia de tener reglas predecibles y estables para las empresas, bajos impuestos, facilidades para crear y cerrar empresas, reducción drástica de trabas y regulaciones para la producción y el comercio que no se justifiquen y otras más. La incertidumbre es uno de los principales obstáculos para la inversión y el crecimiento. De aquí la preocupación que existe por las distintas disposiciones legales de los últimos meses y semanas que perjudican el Estado de derecho y por ende la inversión y la producción futura.

Algunos piensan que los gobiernos pueden suplir a los empresarios, pero en la práctica no es así, porque los funcionarios públicos toman diferentes decisiones ya que no arriesgan su propio capital, por lo que con frecuencia sus inversiones y proyectos operan con pérdidas financieras.

El autor es economista.

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