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Había una Cofepris sin timón, a la deriva y en aguas turbulentas

A veces pareciera como si la administración del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador en la Cofepris hubiera empezado hace tres meses.

Jorge Arturo Castillo

Aun si brindamos el beneficio de la duda y aceptamos que la agencia sanitaria mexicana está experimentando grandes cambios internos de marzo de 2021 para acá, con la llegada de su nuevo titular, Alejandro Svarch, no quitaremos el dedo del renglón: ¿Y por qué no se había hecho esta transformación si el gobierno de la 4T llegó al poder en diciembre de 2018?


A veces pareciera como si la administración del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador en la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) hubiera empezado hace tres meses, pero no olvidemos que antes estuvo al frente de la agencia el doctor José Alonso Novelo Baeza, quien tuvo una gestión bastante gris en su administración que estuvo signada por una corrupción rampante, ineficacia operativa, lentitud extrema en diversos trámites y una errante actuación durante la pandemia.



Por ejemplo, la agencia sanitaria no otorgó autorizaciones de emergencia, como hicieron los reguladores sanitarios de todo el mundo, con el fin de importar, fabricar y comercializar los insumos necesarios para combatir la pandemia de Covid-19, que llegó a México a finales de febrero de 2020. Por el contrario, la Cofepris se dio a la tarea de inventar requisitos adicionales, como autorizaciones, certificaciones y evaluaciones, entre otros. Increíble.


De esta manera, el anterior comisionado dejó una gran bola de trámites rezagados, alrededor de 100 mil, con el consecuente descontento de las industrias varias con la que la agencia sanitaria tiene relación, pero en particular el sector farmacéutico y el de investigación clínica.


En este contexto, el doctor Alejandro Svarch llegó a comandar una Cofepris sin timón, a la deriva y en aguas turbulentas, pues el país vivía una crisis sanitaria que ha dejado una gran estela de muertes, una histórica escasez de medicamentos y un gran rezago en trámites, que se explica mucho por la corrupción imperante.


A 90 días de su llegada a la agencia sanitaria, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, quien es su jefe en el organigrama, afirmó que la “Cofepris está mejorando a pasos agigantados y muy firmes gracias al liderazgo del comisionado Alejandro Ernesto Svarch Pérez, quien tiene una enorme voluntad de sumar al personal que labora en la institución”, para hacer cambios de práctica en el proceso general de transformación que vive esa dependencia.


Y es que los trámites, a decir del subsecretario, podían tardar de seis meses a ocho años, o incluso, nunca concluir. ¿De qué dependía todo? De la corrupción, tristemente. Para combatirla, ahora en la Cofepris existe un calendario donde están claramente estipulados los tiempos de respuesta, que son máximo de seis semanas; así es, lo que antes podía tardar meses, o incluso años, ahora se está realizando en mes y medio.


En suma, hacemos votos para que la transformación de la Cofepris sea tal como nos lo han prometido, porque ya en el pasado ha habido desengaños, y que la agencia sanitaria empiece a atender su rezago monumental. Resolver este asunto es vital para impulsar a la industria de la investigación clínica y a toda la economía que se genera a su alrededor.


El botiquín


Más de la mitad de las entidades en el país se encuentra en semáforo epidemiológico verde, pero no olvidemos que la epidemia sigue vigente, por lo cual es necesario seguir al pie de la letra las recomendaciones sanitarias. Según los últimos datos disponibles, México registra 1,401 nuevos casos confirmados de Covid-19, y al día de hoy, después del “ajuste a las cifras” que hizo la SSA en la tarde del lunes 07 de junio, se pasó de 228,804 a 241 mil 662 muertes por Covid en un solo día.

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