Antonio Ocaranza Fernandez

Trump y AMLO: crisis y popularidad de inicio de año

La popularidad de AMLO ha crecido de manera consistente desde su elección, derivado de acciones de gobierno populares, en tanto que el respaldo a Trump cayó a su nivel más bajo.

El autor es director de Oca Reputación

Los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump han vivido semanas de crisis, con decisiones que han dominado la atención de la opinión pública y que han afectado la economía de sus países. Estados Unidos estuvo paralizado durante 35 días, en lo que ha sido el cierre de gobierno más largo en su historia debido al desacuerdo entre el presidente Trump y la Cámara de Representantes, de mayoría Demócrata, por el financiamiento del muro en la frontera con México. A su vez, la decisión del gobierno de López Obrador de atacar el robo de combustible, cerrando ductos de gasolina, afectó severamente su distribución en buena parte del país, así como la economía de muchos estados.

Estas dos decisiones controversiales han tenido efectos muy distintos sobre la popularidad de ambos presidentes. En enero de 2019, el respaldo a Trump cayó a su nivel más bajo, con un 55 por ciento de los estadounidenses desaprobando su gestión; mientras que, de acuerdo con la encuesta de El Financiero del 7 de febrero, arriba del 80 por ciento de los mexicanos respalda al presidente López Obrador.

Cuatro factores explican este contraste.

1.- Credibilidad del emisor. Trump lleva meses con niveles bajos de popularidad y encuentra muchas dificultades para explicar sus políticas y generar apoyo. Por su parte, la popularidad de AMLO ha crecido de manera consistente desde su elección, derivado de acciones de gobierno populares y una comunicación constante que le permite generar respaldo con facilidad.

2.- Articulación de la oposición. El equilibrio de fuerzas políticas en Estados Unidos es mucho mayor que en México. AMLO no enfrenta una oposición significativa ni articulada. Cuenta con un amplio margen de maniobra para tomar decisiones y controla la agenda mediática para generar apoyos. Por su parte, Trump se confronta con voceros bien definidos y legitimados por los resultados de las elecciones al Congreso de 2018, como Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes.

3.- Claridad sobre el enemigo y disciplina de mensaje. AMLO ha podido definir un claro responsable de la crisis de combustibles: los delincuentes que quitan a México miles de millones de pesos hurtando gasolina. Estos delincuentes, y los gobiernos que permitieron su reproducción, son presentados como parte de la mafia del poder, que ya forma parte del imaginario colectivo y todas las mañanas AMLO difunde nuevas historias que validan su lucha. Trump, en cambio, no cuenta con un enemigo definido al cual atribuir el cierre del gobierno. Sus ataques se dirigen lo mismo a los demócratas que a los migrantes que a los terroristas que pueden colarse por la frontera. Disparando para todos lados, Trump acaba disparándose en el pie.

4.- Responsabilidad de la crisis. Con el enemigo definido claramente, los responsables de la crisis por escasez de gasolina son las mafias del huachicol y los gobiernos que las permitieron crecer. Por eso los ataques a AMLO sobre las deficiencias en la estrategia no han mermado su base de apoyo. Es más, alimentando la idea de un desastre heredado, AMLO también puede hacerse pasar por una víctima más. Por su parte, Trump cometió el error de declarar que asumiría la responsabilidad por el cierre del gobierno días antes de su inicio. Incapaz de pasar la culpa a los demócratas, la mayoría de los estadounidenses atribuye a Trump la responsabilidad por la suspensión de las actividades del gobierno, y critica que el cierre se use como arma para forzar políticas públicas. Al final, el cierre alimenta la percepción de que un componente del estilo de gobernar de Trump es el capricho.

Para AMLO ha sido más fácil comunicar el combate a los huachicoleros que para Trump explicar el cierre del gobierno. AMLO ha mantenido una línea de comunicación consistente, que asigna culpa a enemigos identificados y alimenta la narrativa de que las fuerzas que le resisten son parte de la mafia del poder. Con aciertos de comunicación, AMLO se genera apoyos y amplía su popularidad y el margen de maniobra de su gobierno. Bien haría Trump en imitarlo si quiere tener esperanza de reelegirse.

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