Directora del Think Tank Early Institute.

El uso de las pantallas deteriora el aprendizaje temprano

Estar expuestos a las pantallas en los primeros años de vida puede interferir en las formas de interacción y las conversaciones que mantienen padres e hijos.

Annayancy Varas García

Por todos es sabido que la tecnología es un apoyo fundamental si se emplea adecuadamente. Sin embargo, su uso desde temprana edad está originando cambios importantes en el aprendizaje lingüístico, mismos que afectan el desarrollo de las niñas y los niños.

Un estudio reciente, encabezado por investigadores en Australia, ha identificado que estar expuestos a las pantallas (teléfonos móviles, tabletas, televisores y computadoras) en los primeros años de vida, puede interferir en las formas de interacción y las conversaciones que mantienen padres e hijos.

La investigación, que lleva por título Time and Parent-Child Talk When Children Are Aged 12 to 36 Months, da cuenta de los hallazgos obtenidos al estudiar a 220 familias australianas para analizar la comunicación de las niñas y los niños de uno a tres años con sus papás.

Los resultados hablan de que una exposición por más de tres horas frente a una pantalla limita las formas de interactuar de los infantes, ya que el desarrollo verbal y el aprendizaje de nuevas palabras se ve truncado.


Esta investigación es la primera que acentúa la relación que existe entre el uso de pantallas en niños y niñas de uno a tres años con el modo en que se comunican en dicha etapa, reconociendo que la tecnoferencia o interferencia de la tecnología podría incidir negativamente en las “oportunidades de conversación e interacción entre padres e hijos”.

Entre las conclusiones se destaca que el tiempo frente a las pantallas disminuye prácticas esenciales para el desarrollo lingüístico en los primeros años de vida, como son la escucha de palabras de los adultos, vocalizaciones e interacciones de ida y vuelta.

Finalmente, los investigadores hablan de los retos para enriquecer el lenguaje en el entorno del hogar, ante las afectaciones que propicia la exposición a los dispositivos tecnológicos.

Una vez más surge la necesidad de pensar en el uso de la tecnología de un modo que sea útil y no perjudicial en la vida humana. Este estudio nos invita a evaluar el hábito de emplear las pantallas para entretener a los niños y las niñas desde sus primeros años de vida, pues se aclara que los efectos dañan su proceso comunicativo.

En Early Institute reconocemos el valor de la tecnología como una herramienta que facilita ciertas tareas o áreas de la vida, sin embargo, consideramos que su empleo no debería reemplazar las interacciones humanas, en particular las que se efectúan en la primera infancia. Es en estos años cuando las personas experimentan un desarrollo incomparable y su cuidado es fundamental. Seamos responsables con los usos de los dispositivos para no comprometer el aprendizaje temprano del sector más vulnerable de la sociedad, limitando el contacto con las pantallas y ampliando otras formas de estimulación con el entorno.

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