Directora del Think Tank Early Institute.

México y su inversión en primera infancia

México enfrenta severos retos en inversión en primera infancia, presentando incluso porcentajes muy bajos de gasto público en comparación con el promedio de países en América Latina.

Annayancy Varas García

En días pasados, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) dio a conocer la investigación Gasto para la primera infancia en 2021. Distribución en entidades federativas, con cifras referentes a la inversión en primera infancia durante 2021 y a la distribución de recursos en los diferentes estados de la República mexicana.

En primer lugar, el estudio señala que en ese año “el Gasto Exclusivo para Primera Infancia (GEPI) fue de 16 mil 120.4 millones de pesos (mdp), esto representó mil 247 pesos para la atención de cada niño o niña. En contraste, en 2022 el gasto en pensiones y costo de la deuda ascienden a 86 mil 830 y 6 mil 412 pesos per cápita respectivamente (CIEP 2022)”.

Sin duda, este primer dato da cuenta de la escasa importancia que se le brinda a la primera infancia mexicana, cuando debería ser un sector con mayor atención. Hay que recordar que esta etapa abarca de los cero a los cinco años, tiempo en el que niños y niñas observan un desarrollo cognitivo, social, emocional y motriz sustancial, en tanto su cerebro alcanza sus niveles máximos de crecimiento.

Pese a la relevancia de esta etapa, México enfrenta severos retos en inversión, presentando incluso porcentajes muy bajos de gasto público en comparación al promedio de países en América Latina.

De acuerdo con el CIEP: “El GEPI incluye cuatro programas presupuestarios que atienden exclusivamente a la primera infancia: servicios de guarderías del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); Estancias del Bienestar y Desarrollo Infantil (EBDI) del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE); el Programa Expansión de la Educación Inicial de la Secretaría de Educación Pública (SEP); y el Programa de Apoyo para el Bienestar de Niños, Niñas Hijos de Madres Trabajadoras (PABNNHMT) de la Secretaría del Bienestar. En conjunto, los cuatro programas representaron solo 0.21 por ciento del total del gasto ejercido en 2021″.

Cabe mencionar que tres de los cuatro programas ejercieron menos recursos de los asignados. “El programa de servicios de guardería del IMSS fue el que presentó un mayor subejercicio, gastó 2 mil 520 mdp menos que lo aprobado, en tanto que el programa EBDI del ISSSTE fue el único que presentó un sobreejercicio de 31 mdp”.

En cuanto a la distribución por entidad, el documento señala un ejercicio inequitativo: “La Ciudad de México fue la entidad que ejerció mayores recursos para atender a primera infancia, con un gasto per cápita de 4 mil 330 pesos. Le siguen las entidades de Chihuahua y Colima con gastos per cápita por arriba de 2 mil 500 pesos. En contraste, las entidades que ejercieron menores recursos per cápita destinados a la atención de la primera infancia fueron Hidalgo y Chiapas, quienes ejercieron menos de 300 pesos per cápita para primera infancia”.

Esta desigualdad favorece mayor pobreza y diferencia de oportunidades, lo que pone en riesgo a niños y niñas en primera infancia, quienes conforman casi 10 por ciento de la población total mexicana.

Con este estudio, se sigue evidenciando que en México se invierte poco en primera infancia, lo que compromete la igualdad social y económica del país.

En Early Institute hacemos un llamado a efectuar mayores esfuerzos para garantizar una protección integral a esta población, en tanto se sabe que los países que otorgan mayores presupuestos a su primera infancia reducen costos futuros en la vida adulta de sus ciudadanos. Asimismo, es necesaria una distribución equitativa que cierre las brechas de pobreza y garantice la igualdad de oportunidades a niñas y niños; además de que se aprovechen eficazmente los recursos públicos en beneficio de los más vulnerables.

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