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A 100 años de la paridad

El 74 por ciento de las empresas consideran la diversidad de género como un tema prioritario en sus agendas. Sin embargo, a México aún le falta mucho por avanzar en el tema.

La semana pasada McKinsey & Company publicó la segunda edición de Women Matter MX, un estudio sobre la situación de la diversidad de género en México. El estudio se realiza a través de una encuesta a 120 empresas que emplean a más de 1.1 millones de personas y producen 35 por ciento del PIB del país.

Los resultados mostraron un importante avance en la participación de las mujeres en el trabajo. El 74 por ciento de las empresas consideran la diversidad de género como un tema prioritario en sus agendas en comparación con 48 por ciento de 2018. Lo que resulta interesante es que aún persisten sesgos y creencias sociales conservadoras que limitan el progreso de las mujeres en el ámbito profesional. Dos de cada diez personas consideran que los hombres son mejores ejecutivos que las mujeres y una de cinco aun piensa que es más importante que un hombre tenga una carrera universitaria en lugar de una mujer. Además una de cada cuatro personas consideran que cuando hay escasez de trabajo, los hombres tienen mayor derecho a un empleo. Este porcentaje empeoró desde 2018 al pasar de 17 a 25 por ciento.

Además la mitad de los mexicanos considera que, si una mujer gana más dinero que su esposo, esto ocasionará problemas en su casa y que, si una madre tiene un trabajo remunerado, sus hijos están desatendidos. Estas percepciones son similares en países como India e Indonesia, en los que se espera que las mujeres se encarguen del trabajo del hogar casi en su totalidad.

En México la brecha salarial sigue afectando a las mujeres y es más intensa mientras se escala en el organigrama. El reporte muestra que la participación de las mujeres en las empresas aumentó únicamente tres puntos porcentuales de 35 a 38 por ciento de 2018 hasta la fecha. La representación cambia y se va haciendo más notoria en los altos mandos, a nivel de dirección hay un 40 por ciento de participación de las mujeres, pero en México únicamente uno de cada diez CEO son mujeres. Muchas mujeres que se encuentran en puestos de liderazgo son las únicas en su rango o las primeras en obtenerlo. Necesitamos que haya más modelos a seguir en todos los sectores y en todos los puestos para que a más mujeres las vean como ejemplo y que cuando pensemos en un líder nos refiramos a una mujer.

A México aún le falta mucho para alcanzar la paridad de género. Si seguimos con la misma tendencia, para el 2050 únicamente 20 por ciento de los cargos de alta dirección serán ocupados por mujeres, lo que quiere decir que en 30 años tres de cada diez CEO serán mujeres. No podemos esperar 100 años para que empresas líderes tomen acciones contundentes que aceleren la paridad y así logremos el avance de la economía y la sociedad mexicana.

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