Análisis sin Fronteras

La presidenta Kabala de Kamala en nada se parece al presidente AMLO de Macuspana

Seguramente se río Kamala Harris, la mujer más poderosa del planeta, al escuchar, de nuevo, cómo un hombre se dirige a ella usando incorrectamente su nombre de pila.

En un débil esfuerzo de tener como título de esta entrega, una frase que rime y que exprese sentimientos de hilaridad titulé esta columna: “La presidenta Kabala de Kamala en nada se parece al pAMLO de Macuspana”.

Seguramente se río Kamala Harris, la mujer más poderosa del planeta, al escuchar, de nuevo, cómo un hombre se dirige a ella usando incorrectamente su nombre de pila: “Kabala”, lo murmuró en lo que parecía un presidente saludando ‘cariñosamente’ a la ‘presidenta’ de Estados Unidos. Ofensivo y una falta de respeto a la vicepresidenta de Estados Unidos. Y aunque el expresidente Donald Trump y legisladores republicanos pronunciaban incorrectamente su nombre de pila -como una forma de denigrarla y reducir su importancia política- yo no creo que esa era la intención del Andrés Manuel López Obrador. El presidente de México simple y llanamente no se preparó suficientemente para esta visita o no escuchó a sus asesores diplomáticos.

Tampoco creo que los zapatos sin bolear, el polvo en el pantalón, y el uso de un traje gastado hayan sido parte de un plan macabro del presidente para ofender a la vicepresidenta o distraer a los medios neoliberales. De nuevo, parecería que el problema del presidente es que no se preparó para la reunión, no escucha a sus asesores, o simple y llanamente no hay nadie que se atreva a decirle “Andrés, hay que bolearte los zapatos y cambiarte de traje antes de saludar a KAMALA HARRIS.

Ciertamente Andrés Manuel López Obrador se comportó más como un líder de un país sin importancia, más como el alcalde de Macuspana, no como el presidente de unas de las economías mas importantes del mundo.

La reunión entre el presidente López Obrador y la vecina vicepresidenta Kamala Harris tuvo el tono que se esperaba: frio, funcional, urgente y en respuesta a presiones políticas domésticas en ambos países. No hubo ni el mínimo intento de demostrar que había un entendimiento o diálogo personal entre los mandatarios. Tal vez era mucho pedir que una exitosa profesionista liberal y feminista como Harris tratara de entender a López Obrador, un ‘humanista’, misógino, conservador y admirador de Donald Trump. ‘Química’ entre ambos era imposible.

Pero no era necesaria para tener una reunión exitosa. En las relaciones diplomáticas no se requiere que los gobernantes sean amigos, lo importante es defender los intereses estratégicos de cada país, basados en el entendimiento y la cooperación.

Pero después de esta reunión, las delegaciones ni siquiera pudieron acordar un comunicado de prensa conjunto. Ni siquiera un párrafo. Una conferencia de prensa, con los dos presentes, era imposible. Inimaginable. Hubiera sido un desastre.

De hecho, cuando uno analiza los comunicados de prensa presentados por México y Estados Unidos, es impresionante la diferencia de visión y conclusiones que plasmaron en esos documentos. Parecería que la licenciada Harris y el licenciado López Obrador estuvieron presentes en reuniones diferentes y en universos alternos.

Mientras que en el comunicado de prensa de la Casa Blanca delineaba siete pasos concretos para coordinar en materia económica, laboral, seguridad y apoyo a la sociedad civil, en el comunicado del gobierno de México se subrayaba la preocupación de la injerencia del vecino. Con frases como “una relación bilateral basada en el respeto mutuo y la cooperación, en condiciones de socios soberanos”. Tampoco se menciona en el comunicado del gobierno de México del apoyo en ciencias forenses que está comprometiendo Estados Unidos a ayudar a resolver las 82 mil personas desaparecidas, con apoyo de expertos del Departamento de Justicia y del FBI. Aunque en el comunicado mexicano se declara que se llevará a cabo una reunión entre el Gabinete de Seguridad de ambos países, el gobierno de México insistió en subrayar que no hay fecha definida para esta reunión. Tal vez buscaban insinuar que la cooperación en materia de seguridad tenía menos importancia que las otras reuniones acordadas por las delegaciones. ¿Porqué?

Un aspecto fundamental de la visión que plasma Estados Unidos en el comunicado de prensa es la coordinación y apoyo no solo con el gobierno de México, sino con actores y organizaciones de la sociedad civil, incluyendo los 130 mil millones que comprometió Kamala Harris para la promoción y protección de derechos laborales; son fondos que irán directamente a organizaciones laborales. La relación del gobierno de Estados Unidos no solo es con Andrés Manuel López Obrador y sus secretarios, pero parece que hoy, más que nunca, buscará apoyar a la sociedad civil y actores que se oponen o cuestionan al presidente. Y esto, seguramente, no será del agrado del presidente de Macuspana.

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