Desde San Lázaro

AMLO siembra pobreza

La apuesta del presidente López Obrador ya está hecha y es a favor de aumentar el clientelismo electoral con base en los programas asistenciales, no hay más.

¿Cuál es la diferencia entre un empleo formal y uno creado artificialmente mediante los apoyos económicos otorgados por el gobierno con los programas de política asistencial?

AMLO presume que creará dos millones de empleos. Sin embargo, en estricto sentido de ninguna manera los afiliados a los programas sociales del gobierno están catalogados en el rango de un empleo formal, ya que no otorgan los beneficios como la seguridad social, el acceso a créditos de la vivienda, el aguinaldo, derecho de utilidades, derechos de antigüedad, vacaciones e incluso incapacidades por riesgos laborales.

Además los empleos formales generan riqueza, calidad de vida, progreso y sobre todo alienta el círculo virtuoso de la productividad.

En cambio, los programas de política asistencial dependen tan sólo de los fondos públicos suficientes y cuando se terminan, se acabó todo; vamos, ni siquiera tienen derecho a la liquidación respectiva.

Además, los programas que yo le llamo político-electoral están vigentes sólo en la víspera de elecciones y revocación de mandato y aunque el derecho a los programas de política social que promueva el gobierno está en la Constitución, dependen totalmente de la suficiencia presupuestaria para su existencia.

Así, programas como Sembrando Vida fracasan por mantener en la pobreza a sus beneficiarios ya que no cambian de fondo la calidad de vida de los beneficiarios y terminan siendo programas que se orientan a la construcción electoral del proyecto de la 4 T.

La diputada federal del PRD, Mónica Almeida, dice que es una barbaridad comparar los empleos que genera Ford con los afiliados a los programas sociales del gobierno ya que sólo están generando clientela electoral y eso no produce, no genera crecimiento.

La congresista explicó que es inviable comparar el programa social con un modelo industrial, ya que Sembrando Vida, por ejemplo, entrega cuatro mil 500 pesos a cada beneficiario del programa, más 500 pesos para un fondo de ahorro y este jamás brindará seguridad social.

Por otro lado, la legisladora resaltó que en México había antes de la contingencia sanitaria 21.7 millones de personas que estaban en pobreza extrema y en riesgo de una crisis alimentaria.

Hoy en día, sin importar la cantidad de programas que el gobierno ponga en marcha, 35.7 por ciento de la población del país se encuentra en pobreza laboral, es decir, su ingreso no es suficiente para alimentar a todos los miembros del hogar, de acuerdo a cifras del Coneval, por lo tanto los mexicanos como sociedad vamos directo a una crisis alimentaria como nunca antes la hemos vivido.

En las zonas rurales el 47.9 por ciento de los habitantes no pudo adquirir con los ingresos laborales de su hogar la canasta alimentaria. La crisis económica como resultado del embate del Covid-19 postrará a cientos de miles de mexicanos más en condiciones de marginación.

La apuesta del presidente López Obrador ya está hecha y es a favor de aumentar el clientelismo electoral con base en los programas asistenciales, no hay más, ni siquiera la propuesta de todos los partidos políticos representados en el Congreso en el sentido de crear la renta básica universal para todos los mexicanos, equivalente a un salario mínimo que proteja sobre todo, a los más pobres.

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