Desde San Lázaro

La ‘hora cero’

Si Tláloc no se compadece de la 4T y de los mexicanos, al convulsionado escenario que se prevé en los próximos meses por las elecciones, habrá que sumarle la crisis hídrica.

Para mala suerte del oficialismo, aunque el problema lo dejaron crecer y lo soslayaron sin considerar las graves consecuencias, la “hora cero”, ese límite de tiempo en que los embalses de las presas que surten a la zona metropolitana del Valle de México se secarán, está por cumplirse para el 26 de junio de este año, por la falta del vital líquido, por lo menos, en las presas Villa Victoria (Sistema Cutzamala) y Miguel Alemán, además de la reducción de agua a niveles críticos en Valle de Bravo y El Bosque (Cutzamala) en el Estado de México.

Paralelamente a ello, el próximo 2 de junio se efectuarán las elecciones más grandes de la historia, en las que estarán en juego más de 20 mil cargos de representación popular, entre ellos, el de la presidencia de la República, nueve gubernaturas, incluyendo la Ciudad de México y el Congreso federal.

Dos acontecimientos: uno, la grave escasez de agua y el otro, los comicios, se cruzarán de forma peligrosa para el presidente López Obrador, ya que será creciente el malestar ciudadano por el desabasto de agua y ello, sin duda, le pasará factura a los candidatos de Morena y sus rémoras.

El destino ya nos alcanzó en lo que se refiere al cambio climático y a la incapacidad gubernamental por contar con las políticas públicas y los fondos presupuestales correspondientes para enfrentar el brutal impacto climático que compromete la producción de alimentos e incluso pone en riesgo a grandes núcleos poblacionales marginados asentados en sitios altamente vulnerables.

Al cuarto para las doce, se convoca a reuniones extraordinarias en Palacio Nacional para atender la contingencia hídrica, sin embargo, si las lluvias se retrasan, no hay forma en el corto plazo de que se encuentren fuentes alternas de suministro de agua, mientras no se reparen las fugas que existen en la red de agua potable de la CDMX, ya que por allí se va el 40 por ciento del suministro.

Los mantos freáticos son insuficientes y muy vulnerables ante la extracción irresponsable que se hace de ellos y la reutilización de aguas negras se ha caído por la falta de presupuesto en la inversión en plantas de tratamiento.

A Martí Batres se le ocurrió de último momento distribuir captadores de lluvia entre la población y edificios públicos, cuando esta medida era una de las urgentes desde que Morena ganó la capital del país en 2018.

Las prioridades en el ejercicio del gasto público para la 4T están en otros lados como el rescate de Pemex que a la fecha, es de 1.5 billones de pesos y contando; o el gasto en la construcción de la refinería de Dos Bocas y otras ocurrencias tabasqueñas; pero no está enfocado en resolver la sequía que azota buena parte del país.

De acuerdo a la información oficial que maneja Conagua, hay 210 presas en el territorio nacional, de las cuales, 54 tienen 20 por ciento o menos de su capacidad de almacenamiento; hay otras 41 que están entre el 21 y el 39 por ciento de su capacidad, y 22 de ellas están a menos de la mitad y para todas, el pronóstico de agotamiento se percibe en el muy corto plazo.

La afectación no solo es para las grandes zonas metropolitanas, si no que representa una amenaza generalizada.

Aunque el gobierno hiciera la declaratoria de emergencia para las entidades con mayor nivel de crisis, pues sencillamente no cuenta con los fondos presupuestales para atender la contingencia en virtud de que los desaparecieron.

De las 13 cuencas hidrológicas que existen en el territorio nacional, el 70 por ciento presenta sequía severa o extrema y por entidades, de acuerdo a una nota publicada en Excélsior, varias de ellas ya presentan sequía en el 100 por ciento de sus territorios: Aguascalientes, Chihuahua, CDMX, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Estado de México, Morelos, Querétaro, SLP, Sinaloa y Zacatecas.

De forma paralela, las entidades en donde está el mayor número de electores se encuentran en esta lista, con excepción de Veracruz y Puebla.

¿Será que se está conformando la “hora cero” para el oficialismo?

Así que, estimado lector, si Tláloc no se compadece de la 4T y de los mexicanos, al convulsionado escenario que se prevé en los próximos meses por las elecciones, habrá que sumarle la crisis hídrica, que tan solo como referencia de lo que ha ocurrido en otros países, pues no solo se quiebra la gobernabilidad, sino que se declara un estado de excepción en donde las libertades y las garantías constitucionales se colocan en segundo plano.

Concluyo con un dato, en este mes de febrero la sequía extrema y excepcional alcanzó los niveles más elevados de la última década.

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