Desde San Lázaro

Tres canastas

El paquete de reformas es una ensalada con varios ingredientes, algunos de ellos en mal estado, y la mezcla va a indigestar las finanzas públicas.

Las 18 reformas constitucionales y dos más de tinte legal, que impulsa el presidente López Obrador a ocho meses de que termine su gestión, son una mezcolanza de temas electorales, de política social y de acciones que, incluso, si se quisiera, se pudieran instrumentar en lo que resta de esta administración.

Con el aviso de que se explicarán a detalle por parte del Ejecutivo, cada una de estas iniciativas alcanza para estar en la agenda pública por lo menos hasta que termine febrero y con ello incidir en algunos electores que, confundidos, pudieran irse con la finta de falsas expectativas.

Vamos a dividir el paquete de reformas en tres canastas; una, que contiene las medidas de alcance social; dos, las que pretenden cerrar la alternancia en el poder; y la tercera, las que ya debieron hacerse realidad en este sexenio, por ejemplo: el pago a jornaleros, precios de garantía y fertilizantes gratis; respetar las zonas con escasez de agua.

Con este paquete de reformas se busca establecer un compromiso para que la próxima presidenta y la Legislatura LXVI del Congreso federal, tengan una ruta legislativa para el primer periodo ordinario de sesiones.

Desde luego, para que esto ocurra se deberá ganar la presidencia de la República y tener, por parte de las bancadas de Morena y aliados, no solo la mayoría simple, la mitad más uno, sino la calificada, las dos terceras partes de los legisladores —ello se observa como una misión casi imposible.

En esta lógica, con la composición que existe actualmente en las cámaras de Senadores y Diputados, el oficialismo no tiene la mayoría calificada y en la que sigue será difícil, entonces el propósito fundamental del mandatario es tener fuegos artificiales y temas que le permitan posicionarse en el ánimo del electorado para que se incline en favor de su proyecto político.

No debemos perder de vista que faltan poco más de siete meses para que termine la actual administración y esos cinco años que tuvo la 4T en el poder no fueron suficientes para cumplir con las expectativas.

Una de esas canastas está compuesta por reformas que buscan quitarle posibilidades y posiciones a la oposición para que se restrinjan sus opciones institucionales para llegar al poder.

La iniciativa que plantea desaparecer a los diputados y senadores plurinominales, esos que le dan voz y voto a las minorías, al tiempo de elegir con voto popular a jueces y ministros y, con ello, conformar un Poder Judicial a modo, están inmersas en la pretensión de asumir el control de los tres poderes de la Unión y de mantener en el poder a Morena y sus aliados.

Decimos que el paquete de reformas es una ensalada con varios ingredientes, varios de ellos en mal estado y que la mezcla va a indigestar las finanzas públicas al incorporar, por ejemplo, la reforma de pensiones que implica un gasto exorbitante y progresivo que será imposible financiar en los próximos años.

El paquete legislativo es un brebaje envenenado para la democracia y las libertades de todos los mexicanos que va aderezado con medidas populares, como el garantizar la atención médica gratuita, becas a los estudiantes de familias pobres, prohibición al maltrato animal, pensiones al 100 por ciento del salario al momento del retiro; la pensión a los 65 años de edad para los adultos mayores, entre otras.

En la praxis política no van a ser aprobadas las reformas por ahora y habría que esperar la nueva conformación del Congreso en septiembre del 2024, en cuanto al número de legisladores que tendrá cada partido político para establecer la viabilidad de estas en el futuro.

Hay que recordar que estamos a 20 días para que arranquen las campañas políticas de los más de 20 mil aspirantes a los cargos de representación popular que están en juego, lo que significa que se saturarán los espacios mediáticos, las redes sociales y el cuadrante electrónico con las pautas de los spots políticos y, con ello, el discurso matutino del presidente tendrá menos exposición que la que se tiene en este mes; por ello, luego de los fuegos pirotécnicos que dejará el paquete de reformas, vendrán otros temas y otros más, hasta por lo menos el 2 de junio, día de las elecciones más concurridas de la historia de nuestro país.

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