Desde San Lázaro

Las encuestas no definen los resultados electorales

A seis meses de la elección presidencial, si alguien piensa que esto ya está decidido, está completamente equivocado, toda vez que en este lapso de tiempo pueden pasar muchas cosas, que incluso, reviertan este escenario.

Las recientes encuestas en las que Claudia Sheinbaum le lleva dos dígitos de ventaja a Xóchitl Gálvez son una fotografía de este momento, es decir, a seis meses de la elección presidencial, si alguien piensa que esto ya está decidido, está completamente equivocado, toda vez que en este lapso de tiempo pueden pasar muchas cosas, que incluso, reviertan este escenario.

Existen demasiados ejemplos que dan cuenta de candidatos, tanto en México como en otros países, que llevaban una notable ventaja y que, con el paso del tiempo, se desploman al último lugar.

Esto lo sabe la exjefa de Gobierno de la CDMX y el mismo presidente de la República, quien ha sufrido en carne propia creer en el espejismo que dan las encuestas al perder ante Felipe Calderón en 2006.

Todo lo antes referido hay que recordárselos a los panegíricos del régimen que se regodean con esta ventaja que lleva la candidata del oficialismo en los estudios demoscópicos, sin reparar que hay innumerables factores internos y externos que pueden en un momento modificar el gusto de los votantes.

Tanto Sheinbaum como Gálvez tienen su base de votos cautivos, quienes no se moverán un ápice en sus preferencias, en cambio, los indecisos y aquellos que son totalmente apáticos en participar con el ejercicio de su voto, son los que van a encaminar el resultado de los comicios electorales.

Los jóvenes y los nuevos votantes serán los que inclinen la balanza.

Si la elección fuera en este momento, no hay duda que la doctora sería la próxima presidenta, empero, existe el detalle que tendrán que pasar seis meses más para que llegue la cita con las urnas y allí todo puede pasar, más con el antecedente de la irrupción de un efímero candidato que solo duró unos días con la camiseta naranja en su aspiración por ser presidente.

En las encuestas serias, Samuel García había repuntado muy rápidamente al pasar de 12 a 14 % y ello de suyo, era un indicador muy sintomático del daño que estaba haciendo en las aspiraciones de la candidata del frente opositor.

La jugada de tres bandas que había hecho AMLO en torno a incentivar la presencia del gobernador de Nuevo León en la contienda presidencial le estaba dando resultados para restarle simpatías a Xóchitl, ahora con el repliegue que hizo Samuel, muchas de esas simpatías que había ganado caerán nuevamente en la buchaca de la hidalguense.

Aunque, hay que decirlo con toda claridad, la información que surge de esas mediciones que se hacen previamente a los comicios para medir la popularidad de los candidatos, no son confiables totalmente, en virtud de que cuando se han comparado con los resultados finales de la elección, contrastan radicalmente.

Hasta cierto punto, es natural que Sheinbaum vaya arriba en las encuestas y con esos márgenes, ya que ha tenido una gran presencia mediática, prácticamente desde que ganó la elección para dirigir a la capital del país; en cambio, Xóchitl apenas tiene una presencia sostenida en los medios de comunicación en apenas cuatro meses.

Los estrategas de ambos cuarteles saben que deben estar atentos para ser proactivos y reactivos de acuerdo a la coyuntura o para fijar los temas de la agenda y en ese campo van rezagadas ambas precandidatas, toda vez que una tan solo repite lo que dice el principal huésped de Palacio Nacional y la otra, parece que ya se le acabaron las ocurrencias y como no son tiempos de difundir propuestas porque todavía no se abre el periodo electoral para las campañas formales, pues está muy acotada.

Desde luego, eso de tener muchos generales y poca tropa daña a Xóchitl y mientras no ponga orden en su war room y entre sus principales colaboradores, pues en menudo lío estará en los próximos meses.

El lastre que representan dos partidos políticos que están deshauciados, es otro grillete que trae atado al pie la candidata opositora, ya que eso de cargar con los restos de lo que queda del PRI, de Alejandro Moreno, y del PRD, de Jesús Zambrano, no es poca cosa y ello seguramente repercutirá en la votación final que alcance.

Hay innumerables simpatizantes de Xóchitl que la ven con buenos ojos, pero no están convencidos de darle su voto a la candidata de los tricolores o de los amarillos.

Las encuestas se hacen al gusto del cliente y salvo honrosas excepciones, como las de esta casa editorial, no representan una fuente confiable para asegurar que determinado candidato ya ganó una elección.

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