Desde San Lázaro

Brugada, jefa de Gobierno; García Harfuch, PF y GN

Claudia Sheinbaum pondría a cada quien en el lugar que le corresponde: Brugada al frente del Gobierno de la CDMX y Harfuch para revertir la inseguridad pública del país.

Hay que tejer muy fino para que la selección del candidato de Morena y aliados para la competencia por la jefatura del Gobierno capitalino no se resquebraje y con ello pierdan su principal bastión político.

Está claro que Claudia Sheinbaum prefiere al exjefe de la policía y está convencida que con este personaje pueden asegurar la victoria electoral en la mayoría de las alcaldías de la capital del país. Sin embargo, si Clara Brugada se siente desplazada, maltratada o excluida, se corre el riesgo, incluso, de que ella y sus contingentes de adeptos, operen en contra de Omar García Harfuch.

Hay que recordar que la alcaldía Iztapalapa es la cuarta de mayor extensión y la de mayor población en la CDMX. La distribución de la población respecto a su total en la tabla de distribución porcentual, señala que tiene el 20.51 por ciento, seguida de Gustavo A. Madero y Álvaro Obregón.

Se calcula que Iztapalapa tiene poco más de 2 millones de habitantes y ello, de suyo, la convierte en uno de los centros poblaciones más grandes del orbe, si consideramos que hay ciudades europeas que tienen menos habitantes que ese número como: Viena, Hamburgo, Budapest, Barcelona, Milán, Múnich, Praga o Sofía en Bulgaria, nos damos cuenta de la tarea que ha hecho Clara Brugada y sobre todo, porque sus números de aceptación en la alcaldía que gobernó están por arriba del 65 por ciento.

Sacamos a cuento estas cifras poblacionales para que se aprecie en su justa dimensión el peso político que tiene Brugada en la CDMX, además de que es bien vista en otras alcaldías de la capital.

En estos momentos pareciera que la decisión se inclina hacia Omar García, empero, habría que considerar que la decisión de que se convierta en el candidato de Morena para gobernar la capital del país, pasa necesariamente con sumar a Clara al proyecto, porque de lo contrario, perdería la elección a manos de la oposición.

La exalcaldesa de Iztapalapa sostiene que no desistirá de su intención de ser la candidata de su partido y menos declinar en favor de alguien.

Guardadas las proporciones, es similar al affaire entre Sheinbaum y Ebrard, que a la postre provocó el desprendimiento del excanciller de Morena, que aunque todavía no es oficial, ya podemos afirmar que es un hecho; que lo que eventualmente ocurrirá entre Omar García y Clara Brugada, si es que se hacen las cosas con una gran habilidad política y de negociación en donde, cualquiera que sea la decisión, ganen los dos suspirantes.

Una opción podría ser armar un tándem ganador con los dos, en donde uno de ellos sea jefa de Gobierno y el otro, secretario general.

Esto implica en mi óptica personal que, con base en su experiencia en el servicio público, Clara Brugada tiene más tablas que Omar García. Ya que, mientras una gobernó con éxito la alcaldía más poblada e insegura de la capital, Omar fue secretario de Seguridad Ciudadana y con sus asegunes, también logró tener una gestión aceptable.

Desde luego, la decisión la tiene quien ostenta el bastón de mando y por eso la balanza se inclinará en favor de Omar, salvo que prevalezca la sensatez y la altura de miras.

No hay que olvidar que el presidente López Obrador, si bien es cierto que ya cedió el bastón del poder, también hay que considerar que se mantendrá expectante y vigilante para que no se le haga bolas el engrudo en las elecciones del próximo año, en donde es vital conservar el poder en la capital de México.

Otra alternativa para evitar el rompimiento es que dejen el paso franco a Brugada para ser jefa de Gobierno y con ello cubrir la cuota de género y Omar García Harfuch, sea nombrado como secretario de Seguridad a nivel federal con injerencia en la Guardia Nacional, que debe ser manejada por un civil.

Esta segunda opción suena bastante razonable en el entendido de que Claudia Sheinbaum pondría a cada quien en el lugar que le corresponde: una, al frente del Gobierno de la CDMX y al otro, para revertir la inseguridad pública del país.

Veremos en los próximos días el desenlace de esta historia en la que estamos seguros que pase lo que pase no habrá ruptura y menos, se ponga en riesgo el proyecto político que gobierna a la capital desde 1997.

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