Desde San Lázaro

El país y Monreal, de todos modos pierden

En este juego de vencidas entre el gobierno de la 4T y los opositores no habrá vencedores, ya que todos habremos perdido con ampliar el poderío de la milicia en los asuntos de seguridad pública.

Si se aprueba en el Senado la minuta para mantener a las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública hasta 2028, no será mérito de Ricardo Monreal, sino de los senadores que emitieron su voto a favor; si se rechaza, será pésimo para el zacatecano, porque será el perro al que se le carguen todas las pulgas.

Así de complicado está el escenario para el líder de los legisladores de Morena en la Cámara alta, por lo que esos tiempos en que acudía a Palacio Nacional a departir con el presidente las viandas generosas propias del cargo, se terminaron y además seguirá castigado, en el mejor de los casos, con la “ley del hielo”, y el peor, con el desprecio de los radicales del partido en el poder.

En momentos en que la aritmética parlamentaria quiebra la cabeza del bloque oficialista para obtener los votos que le permitan alcanzar la mayoría calificada y con ello la aprobación que tanto desea el presidente López Obrador, Ricardo Monreal mantiene su rechazo a la militarización como propósito final, luego de que se apruebe mantener al Ejército en las calles más allá del término de este sexenio y del control operativo y administrativo de la Defensa Nacional sobre la Guardia Nacional.

El coctel molotov que regresaría al país a tiempos de la dictadura en donde el gobernante en turno mantenía el poder con el respaldo de las Fuerzas Armadas, se está preparando en el Congreso y si el bloque opositor de los senadores de PAN, PRI, MC, PRD y Plural se parte con los votos de varios de sus integrantes a favor de mantener a las Fuerzas Armadas como policías hasta 2028, entonces la regresión será una lápida al régimen democrático y al respeto irrestricto de los derechos humanos.

Hay que entender que en este juego de vencidas entre el gobierno de la 4T y los opositores no habrá vencedores, ya que todos habremos perdido con ampliar el poderío de la milicia en los asuntos de seguridad pública al tener bajo su égida a la Guardia Nacional, que se supone, y así lo mandata la Constitución, debe tener mando civil y autonomía operativa propia.

Solo un ingenuo o alguien que no conoce la historia de México le restaría importancia al impacto político, social, económico y a la gobernabilidad del país al dejar como responsable plenipotenciario a la Secretaría de la Defensa Nacional en tareas de seguridad pública.

Sería un milagro que nuestros diputados y senadores, particularmente de Morena, PT y PVEM, entendieran las graves implicaciones que tiene plegarse a los designios del presidente, en aras de mantener un presidencia imperial con el respaldo total de las Fuerzas Armadas, incluso más allá de los límites que fija la Carta Magna.

La subordinación al Ejecutivo transgrede la división de poderes y el mismo federalismo.

Está más que visto que la estrategia de seguridad que ha implementado López Obrador es un fracaso con todo y el Ejército en las calles; entonces, cuál sería el cambio al dotar a las Fuerzas Armadas de más poder, si al final del día la orden del comandante supremo es dar besos y abrazos a los criminales en lugar de proteger a la población civil.

“De manera directa, el propósito de la iniciativa es militarizar el país, toda vez que, al contar con la tutoría de la Secretaría de la Defensa Nacional, se está consolidando la instrucción y operatividad de un órgano militar en actividades naturalmente de seguridad pública, que ya de por sí resulta cuestionable al contar actualmente con una base de exmilitares y marinos”, advirtió Ricardo Monreal.

El senador consideró “sumamente cuestionable que se pretenda trasladar de manera permanente, por disposición solo legal, a la Guardia Nacional a la Sedena”.

Nadie puede garantizar que por decreto, la institución encargada de seguir realizando actividades de seguridad pública, lo haga mejor que la Guardia Nacional, incluso que no sea corrupta o no transgreda los derechos humanos de la sociedad civil.

Lo que resulte de las votaciones que se den en el Congreso en materia de seguridad pública y del Ejército, será trascendente para la democracia y el respeto al orden constitucional y como daño colateral, el senador Ricardo Monreal tendrá un pie afuera de Morena, porque su aspiración de buscar la presidencia de la República bajo esa divisa se habrá agotado.

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