Alejandro Gomez Tamez

¿Concluyó el ciclo alcista del Banxico?

 

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Tal como lo anticipaban los analistas y participantes de los mercados, en la reunión del pasado jueves 10 de agosto la Junta de Gobierno del Banco de México decidió mantener sin cambio el objetivo para la tasa de interés interbancaria a un día en un nivel de 7.0 por ciento.

Para muchos, dado que la tasa de inflación anualizada está llegando a su nivel más alto esperado (en torno a 6.50 por ciento), con esta decisión el Banxico aparentemente ha puesto fin al ciclo alcista de tasas de interés, el cual comenzó en diciembre de 2015 cuando su tasa objetivo estaba en 3.0 por ciento.

El haber aumentado la tasa de interés objetivo en 133 por ciento en un periodo de año y medio originó que el resto de las tasas de interés de referencia se elevaran también, lo que ha generado importantes costos para la economía nacional.

Esto es así aunque muchos no lo quieran reconocer y estén muy contentos porque la estimación preliminar de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en el segundo trimestre del año fue de 3.0 por ciento.

Entre los costos económicos de haber subido las tasas de interés tenemos los siguientes:

1. Si bien, el crédito de la banca comercial aumentó 7.1 por ciento real en el comparativo de junio de 2017 respecto al mismo mes de 2016, el crédito al consumo sólo creció 3.7 por ciento, mientras que el crédito a la vivienda se elevó apenas 3.3 por ciento. Como referencia vale la pena señalar que en junio de 2016 el crédito de la banca comercial crecía a una tasa de 12.7 por ciento, mientras que el crédito al consumo aumentaba 11.2 por ciento y el crédito a la vivienda se elevaba a un ritmo de 10.0 por ciento.

2. El mayor costo financiero para las familias ha incidido para que el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) acumule a julio de este año 18 meses consecutivos con caídas anualizadas. La más reciente fue de -0.4 por ciento. En este punto llama la atención que de la encuesta de julio de este año se desprenda que "las posibilidades en el momento actual de los integrantes del hogar comparadas con las de hace un año, para realizar compras de muebles, televisor, lavadora, otros aparatos electrodomésticos, etcétera" haya caído 1.0 por ciento.

3. De acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), en los primeros cinco meses de este año el costo financiero del sector público aumentó en 35.5 por ciento en términos nominales. De continuar esta tendencia, es de esperarse que el costo financiero pase de 473.21 miles de millones de pesos (mmdp) en 2016 a 641.2 mmdp, lo que representa un aumento de 168 mmdp, recursos que dejarán de estar disponibles para el desarrollo de infraestructura, amortización de deuda, programas sociales, entre otros.

4. Producto del alza en las tasas de interés, la actividad de la industria de la construcción continua mostrando un desempeño negativo, y muestra de ello es que en mayo de este año (dato disponible más reciente) el valor real de la producción reportó una caída de -3.9 por ciento debido al descenso reportado por las obras relacionadas con petróleo y petroquímica (-54 por ciento); electricidad y comunicaciones (-20.2 por ciento); agua, riego y saneamiento (-4.0 por ciento) y edificación (-1.1 por ciento).

5. La inversión privada (Inversión Fija ruta) muestra debilidad en el acumulado de los primeros cinco meses del año, ya que ésta registra un retroceso de -1.3 por ciento, producto de una caída de -4.3 por ciento en la construcción y un aumento en términos reales de apenas 3.4 por ciento en maquinaria y equipo.

6. La actividad industrial total presenta una caída de -0.3 por ciento en el acumulado del primer semestre de este año respecto a 2016. Esto es producto de la disminución de -10.1 por ciento en la minería; caída de -1.2 por ciento en generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final; y contracción de -0.1 por ciento en construcción.

Dentro de la industria manufacturera, entre los sectores de actividad que registran problemas destacan: la fabricación de productos textiles, excepto prendas de vestir con una caída de -11.2 por ciento; la fabricación de prendas de vestir con una contracción de -0.5 por ciento; y el curtido y acabado de cuero y piel, y fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos con una disminución de -4.0 por ciento. Esta evolución es indicativa de los problemas que enfrentan los consumidores al registrar un estancamiento real en sus niveles de ingresos y tener que hacer frente a mayores costos financieros.

7. El crecimiento nominal de las ventas de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) se han venido desacelerando. A tiendas iguales, en el acumulado de enero a julio de 2017 muestran un avance de apenas 4.6 por ciento (por debajo de la inflación). Como referencia tenemos que en el mismo periodo de 2016 las ventas a tiendas iguales de la ANTAD subieron 6.5 por ciento y en el mismo periodo de 2015 crecieron 6.7 por ciento.

8. De acuerdo con cifras de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automóviles, mientras que en 2016 el número de unidades vendidas a través de financiamiento creció 27.4 por ciento, en los primeros seis meses de 2017 éste ha crecido apenas 7.0 por ciento, y de hecho en junio de este año cayó -3.7 por ciento a nivel nacional.

La lista de indicadores económicos que han sido afectados negativamente, directa o indirectamente, por el alza en la tasa de interés por parte del Banxico es más larga, pero con los hasta ahora expuestos considero que queda claro el punto de lo que nos ha costado como país el disminuir la tasa de inflación apretando la política monetaria.

Dados estos elevados costos, sobre todo los financieros y por la desaceleración del crédito, es que era indispensable que los integrantes de la Junta de Gobierno del Banxico pusieran freno al alza en las tasas de interés, y que en breve comience el ciclo de disminuciones en la tasa.

Sin embargo, ante estos señalamientos, Agustín Carstens ha dicho que la baja en tasas probablemente no ocurrirá antes del segundo semestre de 2018, fecha para la cual se prevé que la inflación podría regresar a la meta del Banco Central de 3.0 por ciento con un margen de +/- un punto porcentual.

¿Existe el riesgo de que el Banco de México siga aumentando la tasa de interés?

Desde luego que sí, ya que subsisten diversos riesgos que, de materializarse, provocarían que la tasa de inflación supere el 6.44 por ciento registrado en julio pasado, y por lo tanto la Junta de Gobierno del Banxico se sentiría forzada a apretar aún más la oferta monetaria.

De acuerdo con el propio Banxico, entre estos riesgos destaca el que ante los choques de oferta (como la depreciación que ha acumulado la moneda nacional desde 2014, así como los efectos del proceso de liberalización de los precios de algunos energéticos y del incremento al salario mínimo en enero pasado), se presenten efectos de segundo orden sobre la inflación, lo cual no ha sucedido hasta ahora.

Otros riesgos son el que se revierta la apreciación reciente que ha registrado la moneda nacional, que persistan incrementos en los precios de los bienes agropecuarios y que el Banco de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) acelere el ritmo de sus incrementos en la tasa de Fondos Federales.

Finalmente, considerando que las condiciones en el mercado laboral han venido estrechándose por la escasez de mano de obra en muchas ciudades del país, la evolución de los costos unitarios de la mano de obra podría empezar a reflejarse más generalizadamente en la inflación.

Aunado a lo anterior, es muy importante que el Banco de México se dé cuenta de que sus decisiones de política monetaria inciden cada vez menos en el nivel del tipo de cambio, y que por lo tanto resulta inapropiado querer controlar la inflación anclando el precio del dólar. Hemos visto que el billete verde en México se mueve en función de lo que sucede en otras partes del mundo.

Esto es importante porque seguramente veremos episodios de elevada volatilidad del peso mientras duren las negociaciones del TLCAN, y no vaya a ser que el dólar supere los 19 pesos nuevamente y el Banxico decida aumentar otra vez su tasa de interés objetivo.

A manera de conclusión podemos señalar que es muy importante que el Banxico comience a mostrar sensibilidad respecto a los costos que han ocasionado en la economía sus decisiones de elevar la tasa de interés objetivo.

Sabemos que su mandato constitucional es preservar el poder adquisitivo de la moneda (combatir la inflación), pero en un contexto de mayor inequidad en la distribución del ingreso, los costos sociales se potencializan.

* El autor es director general GAEAP.

Twitter:
@alejandrogomezt

Correo:
alejandro@gaeap.com

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