Repensar

Salvando a Ciudad Gótica

De los 109 alcaldes en la historia de la urbe sólo hubo un negro hace muchos años; nunca ha habido una mujer, comenta Alejandro Gil Recasens.

Bill de Blasio, electo alcalde de Nueva York hace ocho años, heredó una ciudad próspera, unida y segura. Sus antecesores, Rudy Giuliani y Michael Bloomberg, lograron atraer inversiones y empleos, abrieron nuevos parques, regeneraron zonas abandonadas y redujeron dramáticamente la delincuencia.

De Blasio se equivocó en muchos asuntos. Aumentó demasiado los impuestos y las regulaciones, lo que llevó a muchas empresas y profesionistas a relocalizarse en otras ciudades. Se perdieron ingresos fiscales, afectando la prestación de servicios. Creció el desempleo y se agravó la escasez de vivienda barata. Gastó tan mal la partida para atender el problema de las personas en situación de calle (3 mil millones de dólares al año) que triplicó su número.

Descriminalizó algunas conductas (como saltarse los torniquetes del metro), interrumpió las campañas de despistolización y redujo el presupuesto para investigación de delitos. Obligó a los comerciantes a tapiar sus tiendas porque no quiso frenar el vandalismo durante las protestas raciales. En los últimos dos años los homicidios subieron 53% y los asaltos en el Metro y en los parques se volvieron cosa cotidiana.

No enfrentó con decisión la pandemia del Covid y la ciudad sufrió una de las tasas de mortalidad más altas. Rivalizó todo el tiempo con el gobernador Andrew Cuomo y tontamente buscó la candidatura presidencial demócrata.

Él ya no se puede reelegir. Ayer hubo primarias para seleccionar al candidato demócrata que, dada la debilidad de los republicanos, será su sucesor. El resultado oficial se conocerá hasta dentro de tres semanas.

Por vez primera, se pidió a los ciudadanos que voten hasta por cinco candidatos en orden de preferencia. Pudieron hacerlo por uno solo, pero no por el mismo dos veces ni dar el mismo rango a más de uno. Si el que ocupe el primer lugar no tiene al menos el 50% de las boletas, se elimina el candidato con menos votos y se adjudican los que marcaron como segunda preferencia; así sucesivamente hasta que alguien tenga la mitad o más.

Se supone que de esta forma los votantes se informan mejor y hacen más comparaciones; se logra una competencia más civilizada (todos necesitan que los pongan al menos en la segunda posición y por ello atacan menos a los otros) y el ganador llega con más legitimidad.

LOS POSIBLES

Sólo cuatro de los 13 aspirantes pueden conseguir la nominación. Dos son negros y dos son mujeres. De los 109 alcaldes en la historia de la urbe sólo hubo un negro hace muchos años; nunca ha habido una mujer.

Maya Wiley era la consejera jurídica de De Blasio y es la más cercana a sus posiciones. Durante años ha luchado por los derechos civiles. La apoyan personalidades como Elizabeth Warren y Alexandria Ocasio-Cortez. Tiene una ambiciosa plataforma social (seguro de salud universal, construcción masiva de vivienda, creación de 100 mil empleos públicos) pero no explica cómo financiarla. Se vende como una política no convencional. Su punto débil es su pretensión de reducir el presupuesto de la policía.

La economista Kathryn García era la comisionada del Sistema de Aguas. Como buena tecnócrata presentó muy completos planes de reactivación económica, reducción de los índices delictivos y mejoramiento de la atención médica. Se vende como solucionadora de problemas complejos (“NYC fixer”), ya que enfrentó con éxito la inundación provocada por el huracán Sandy y la emergencia alimenticia por la pandemia. En un anuncio de televisión aparece dentro de un gabinete rojo, como los que se usan para guardar extinguidores, y dice: “Cuando hay una crisis hay que romper el vidrio”.

Andrew Yang es un empresario exitoso que, sin ninguna experiencia de gobierno, contendió en las primarias presidenciales de 2019. Lo apoyan los asiáticos y los demócratas moderados. Simpatiza a los jóvenes por su estilo desenfadado (anda en patineta, toca el piano y aparece en los bares a medianoche) y porque propuso el voto a los 16 años. Se vende como un populista que promoverá el ingreso básico garantizado, internet universal, crédito accesible y vivienda barata.

Eric Adams fue policía durante 22 años y es el popular presidente del distrito de Brooklyn. Se vende como el candidato de los negros y latinos olvidados y como campeón de la ley y el orden. Promete hacer todo lo contrario de lo que hizo De Blasio. Es el puntero.

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