No parece que pueda surgir algo que impida que Joe Biden y Donald Trump repitan en noviembre el duelo que protagonizaron hace cuatro años.
Siendo la última que quedó en la carrera republicana a la presidencia de EU, Nikki Haley esperó a las primarias y se aplicó a fondo. Pero no bastó.
Alinear los intereses de Estados Unidos con los de sus aliados europeos se ve imposible, cuando ni siquiera entre ellos han podido convenir su propia defensa.
Los gobiernos del Reino Unido y de Estados Unidos han apoyado con todo a Ucrania, porque consideran que Rusia tiene la intención de restaurar su antiguo imperio, si no inmediatamente, sí a mediano plazo.
Es evidente que no se ha podido avanzar en el tema migratorio porque ha faltado coordinación y han sobrado pugnas internas.