Hiram Peón

Hiram Peón Lara: Solo requerimos una sonrisa para agradecer

Vivir aislados no es una limitación, es un compromiso.

Vivir aislados, en una inmensa soledad, parece ser el producto natural de la pandemia. Aunque tenemos que reconocer que muchos de nosotros, por el carácter, podemos estar en medio de una multitud y aun así sentirnos solos.

Hay muchas razones para sentirnos solos: ser hijos de padres divorciados casi que está obligado que nos sintamos solos; el rechazo de nuestros compañeros en la escuela, también contribuye; ser hijo único, casi seguro que pasaremos largos momentos en soledad.

En fin, hay muchas razones.

Pero también, aun estando solos, por ejemplo en casa, los grupos de internet y los juegos multi-compartidos nos dan oportunidad de ahuyentar la soledad, dejar ver nuestras necesidades y ofrecer y recibir compañía aun estando lejos.

Así, de esta manera podemos escuchar, en grupo, sobre las alegrías y las experiencias que vivimos día a día.

Somos seres gregarios, no podemos acostumbrarnos a vivir sin vínculos, a veces la familia no ayuda, porque todos tenemos una parte de la familia que no ayuda, y terminamos descubriendo que quien nos escucha, quien nos apoya, quien se muestra siempre decidida, termina siendo una amiga, una “mana”, o incluso un viejo conocido.

La amistad que nace de esas conexiones es muchas veces, más fuerte, que lo que nos une con un hermano. Aunque también, muchas otras veces, el amor que une a los hermanos o los primos, es algo indefinible, muy difícil de explicar. Solo es.

Tengo primos que no he visto en años y sin embargo sigo sintiendo esa emoción que nació en un momento, de amistad y complicidad, en la niñez y con el paso de los años no se ha perdido ni un ápice. Mis primas Celia y Lilia, quizá ellas no lo sepan, pero hubo un momento en nuestra infancia, en casa del abuelo Feliciano, que me unió a ellas dos. Y así mismo paso con mí primo Pepe, a través de un momento en nuestra infancia, una noche caminando en el malecón del puerto. En todos nosotros viven y vibran esos momentos. No importa si estas en Monterrey o en Sombrerete.

Todos esos son momentos inexplicables. Son momentos en los que estamos totalmente presentes y nos podemos dar cuenta cómo ese momento vibro en nuestro corazón y ahí se quedó vibrando por el resto de la vida.

Muchos expertos señalan que esos momentos constituyen la verdadera felicidad.

Esos momentos son más fáciles de capturar en la infancia, quizá porque tenemos menos comprometida nuestra conciencia y nuestras emociones.

Ya de adultos se dificulta un poco. Primero para estar presentes, para estar conscientes de los momentos que vivimos y con quien los vivimos, y luego para comprender esa emoción tan elusiva que es el amor.

Una emoción que se manifiesta a veces con una sonrisa sincera, o con un apretón de manos, o con estar ahí aunque no lo pidas, como adivinando la necesidad ante la soledad o la ausencia.

Así es la amistad, así es el amor, entre amigos, o entre compañeros de un grupo de whatsapp, aunque tengan un nombre aberrante, aunque se llamen “PProdos”.

Así sucede y de pronto, nos damos cuenta que nunca hemos estado solos. Nos damos cuenta que podemos estar muy enfermos, y sin que lo pidas, alguien, un hermano del camino, llegará a tu puerta para decirte que te trajo paracetamol y un extracto de eucalipto para la tos. Alguien estará llame y llame, todos los días, solo para saber cómo sigues.

Nunca estamos solos. Aprendamos a apreciarlo, aprendamos a reconocer esos momentos de amistad, de fraternidad, de amor incondicional de MANA, aprendamos a decir gracias y aprendamos a corresponder, cuando menos con una sonrisa de agradecimiento.

Seguramente eso ayudará a tener una sociedad más humana y más tolerante.

Mantengamos la esperanza. Hasta la próxima.

El autor es experto en comunicación corporativa y situaciones de crisis. Cuenta con un MBA del ITESM

Hiram Peón

Hiram Peón

Politólogo de la Universidad Autónoma de Chihuahua con Maestría en Administración de Negocios del Tecnológico de Monterrey. Consultor de negocios y estrategias de comunicación.

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