Hiram Peón

Hiram Peón: Contra la estupidez, los propios dioses, luchan en vano

López Obrador cero, ciudadanos uno.

Recuerdo, porque me sorprendió, una novela de Isaac Asimov titulada “Los propios Dioses” (editada en 1972). La novela está dividida en tres y cada una representa parte de la frase: Contra la estupidez – Los propios Dioses - ¿Luchan en Vano? Cuando leí la novela no sabía que Asimov se había tomado una licencia literaria y que esa frase la tomo de la obra de teatro “La doncella de Orleans” escrita por Friedrich Schiller, poeta y filósofo alemán (1759-1805).

La Doncella de Orleans es como también se le conoce a Juana de Arco, la obra se refiere a la manera como murió. En la escena VI, Talbot, padre de Juana, exclama “Triunfaste ¡oh demencia! ¡y yo... yo muero! Los mismos dioses lucharían en vano con la locura”

De ahí Asimov tomo la frase para una de sus más exitosas novelas.

Lo que ocurrió el domingo 1ero de agosto es algo tan absurdo que bien merece recordar a Schiller y decir que ante la estupidez, los propios dioses luchan en vano.

Se organizó una consulta, con una pregunta inentendible, se gastaron más de $500 millones de pesos y acudió menos del 7 por ciento de los mexicanos inscritos en el padrón electoral.

El porcentaje no permite establecer como mandatorio lo que se consultó y para efectos prácticos la consulta no sirvió de nada.

Realmente jurídicamente no sirve de nada. Sin embargo para darnos cuenta de la nueva fuerza de los ciudadanos, para eso si sirvió. El 93 por ciento del padrón electoral rechazó participar en esa parodia falsaria.

También nos pudimos dar cuenta que el Presidente López Obrador puede tener un alto índice de popularidad pero ya no tiene la preferencia de los votantes. Eso lo debe tener muy preocupado, pues a pesar de que utilizó la tribuna de su investidura para promover la consulta, de nada sirvió: la gente ya no le cree. Ahora los ciudadanos pudieran estar pensando que además de tener un gobierno ineficiente, sus propuestas ya no les cautivan.

Y desde luego, su respuesta patológica, así lo demuestra. Para el Presidente López la culpa, de la ausencia de participantes, la tiene el INE.

La comisión estatal electoral recibió poco más de 4 millones de boletas y al cerrar las mesas de consulta se calculó que en Nuevo León no se superó el 5 por ciento de participación. Los ciudadanos desairaron la petición y la campaña del Presidente López Obrador.

La opinión pública y los partidos, excepto Morena y sus satélites, opinaron que fue un desperdicio de dinero que bien se pudo utilizar para educación o salud.

Yo pienso que fue un intento de manipulación que fracasó, también fue un acto de soberbia. Pero lo que más me llama la atención es que funcionó como una cortina de humo para soslayar sus acciones de apoyo al Gobierno Cubano y la corrupción que sigue brotando entre todos sus colaboradores y familiares.

Resultado: López Obrador cero, ciudadanos uno.

Mantengamos la esperanza. Hasta la próxima.

Hiram Peón

Hiram Peón

Politólogo de la Universidad Autónoma de Chihuahua con Maestría en Administración de Negocios del Tecnológico de Monterrey. Consultor de negocios y estrategias de comunicación.

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