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Centros de detención de migrantes están saturados, señalan defensores de derechos humanos

También reportan condiciones de insalubridad y atención médica limitada, así como escasez de agua y alimentos.

Las instalaciones para migrantes en México están cada vez más saturadas a medida que las autoridades intensifican la detención de quienes se dirigen a Estados Unidos, según detenidos, abogados y grupos de derechos humanos.

Los detenidos indican que mientras pasan semanas en medio de negligencias médicas, el número de internos crece.

Reuters habló con más de una docena de migrantes en el centro de detención Siglo XXI, el más grande del país. Ellos describieron estar detenidos en esas instalaciones en Chiapas durante largos períodos sin información sobre sus casos.

Los detenidos informaron sobre hacinamiento severo, escasez de agua y alimentos, y atención médica limitada.

Sus historias fueron respaldadas por dos abogados que representan a otros 26 detenidos, así como por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) e informes de dos grupos de derechos de migrantes: Fray Matías de Córdova y la Misión de Observación de los Derechos Humanos para los Refugiados y la Crisis Humanitaria en el Sureste de México, un colectivo de 24 grupos de ayuda.

Doce migrantes dijeron a Reuters que fueron retenidos durante al menos tres semanas en el centro, planeado para albergar a personas por un máximo de 15 días hasta que se procesen sus casos.

El Instituto Nacional de Migración (INM), que administra Siglo XXI, no respondió a las reiteradas solicitudes de comentarios sobre las condiciones en el centro.

Cuando se le preguntó acerca de las detenciones prolongadas, un funcionario del INM, que pidió no ser identificado, dijo que los casos de migrantes eran complejos y debían analizarse de forma individual. Los guardias en las puertas del centro se negaron a responder preguntas o permitir que un reportero de Reuters hable con su director.

DETENCIONES AL ALZA

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien hizo de la reducción de la inmigración ilegal una de sus principales promesas de campaña en 2016, amenazó recientemente con aranceles a todos los productos mexicanos si no hacía esfuerzos por frenar la migración de centroamericanos.

En respuesta, México ha incrementado las detenciones. Durante los primeros cinco meses de este año, se triplicó la cantidad de migrantes que detuvo mensualmente hasta alcanzar los 23 mil 679 en mayo, según datos oficiales.

Eso ha tensado su red de centros con financiación insuficiente.

Los extranjeros detenidos por las autoridades mexicanas sin documentos válidos pueden ser retenidos mientras esperan las visas de tránsito o la regularización de su situación. Edgar Corzo, de la CNDH, dijo que el proceso no debe durar más de 15 días.

Miles de personas han pasado este año por las puertas de Siglo XXI, que Corzo y los grupos de derechos de los migrantes dijeron que habían estado al doble de su capacidad de 970 personas durante meses.

Todas las personas que hablaron para esta historia dijeron que los detenidos dormían en colchones delgados o sobre el piso en los pasillos y baños debido a la falta de espacio.

Corzo dijo que el INM no había logrado aliviar la saturación a pesar de las repetidas solicitudes de la CNDH, lo que atribuyó, en parte, a la falta de recursos.

Los reclusos dijeron que los niños mayores de 13 años fueron separados de sus padres y las luces se mantuvieron encendidas toda la noche, lo que interrumpió su sueño.

También informaron a Reuters sobre las condiciones insalubres que llevaron a brotes masivos de diarrea entre niños detenidos.

Cientos de detenidos han escapado de Siglo XXI en las últimas semanas tras disturbios provocados por las malas condiciones del lugar, dijeron migrantes a Reuters.

Fotografías y los videos compartidos con Reuters por un detenido en Siglo XXI pretendían mostrar los inodoros tapados y desbordados de basura, así como decenas de hombres semidesnudos tendidos sobre colchones en un pasillo.

Reuters no pudo confirmar su veracidad.

La CNDH dijo a Reuters que algunos centros más pequeños estaban aún más abarrotados que Siglo XXI, superando hasta en cuatro veces sus capacidades.

Lisdybi García Aguilar, de 26 años y oriunda de Cuba, tenía cuatro meses de embarazo cuando los funcionarios de migración la sacaron de un taxi el 5 de abril para revisar sus papeles, dijo. García estaba en camino a la oficina de inmigración en Tapachula para buscar una visa como le indicaron los funcionarios de migración en la frontera, agregó.

En cambio, la llevaron a Siglo XXI, donde le confiscaron su teléfono y otras pertenencias, relató.

"Me dijeron que era para 'regularizar' mi estado, que todo estaría bien y que esto no era una prisión, era un área de alojamiento", relató García a Reuters después de que fue liberada. "Era una prisión; una prisión en todos los sentidos del término".

García dijo que su embarazo es de alto riesgo debido a una endometriosis, pero fue ignorada cuando pidió ayuda durante un episodio de desmayos y dolores abdominales agudos. Cuando los detenidos la llevaron a la clínica, ella dijo que la enfermera le dio una píldora sin explicar lo que contenía.

Reuters no pudo confirmar de forma independiente el relato de García. Otros cuatro detenidos dijeron a Reuters que no recibieron tratamiento por episodios que iban desde fiebre hasta dolores abdominales.

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