Los cambios en el esquema de compra de medicamentos causaron mayores costos para las instituciones de salud, aseguró el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
Después de haber analizado 156 mil procesos de compras de fármacos realizados entre 2018 y 2022, el instituto encontró que se logró reducir, de 76 por ciento en 2018, a 30 por ciento en 2022, el monto concentrado por las 10 empresas que más medicamentos le vendieron al gobierno.
Sin embargo, resaltó que el nuevo esquema de compras implementado en 2020 derivó en incrementos en el precio de los medicamentos adquiridos, así como malas prácticas en la adquisición de los productos.
“Las instituciones públicas de salud fueron obligadas a realizar adquisiciones con poco tiempo, lo que implicó condiciones de desventaja para negociar mejores precios en la compra. Esto se relaciona con un aumento en el costo de atención por paciente en enfermedades de alta prevalencia”, señaló el Imco.
Como ejemplo, resaltó que el gasto promedio por paciente con hipertensión arterial en el IMSS incrementó 25 por ciento en términos reales, entre 2019 y 2022.
Por otro lado, al hablar sobre las malas prácticas, el instituto sostuvo que, con la nueva manera de comprar medicamentos, se dejaron de analizar diferentes opciones, para determinar cuál sería la mejor alternativa.
“(El nuevo esquema) disminuyó el nivel de competencia en los procedimientos de compra de salud. Los concursos públicos –que son la regla de contratación por ley– pasaron de representar 47 por ciento del monto de compra en medicamentos en 2018, a sólo 10 por ciento en 2022″, aseveró.
Asimismo, detalló que los contratos de medicamentos se hicieron con montos más pequeños, algo que es contrario al objetivo de las compras consolidadas que busca comprar en volúmenes grandes con precios de mayoreo.
“En 2022, 20 por ciento del monto total de compras de medicamentos se asignó en contratos menores a 5 millones de pesos, mientras que en 2018 esta proporción fue únicamente de 5 por ciento”, aseguró la institución.