Reuters
A bodo del avión papal, en su camino a Río de Janeiro para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud, el Papa Francisco culpó a la crisis económica y al rampante desempleo de ser los factores causantes de una generación perdida de jóvenes, por lo cual exhortó a los gobiernos y a la sociedad en general a trabajar juntos para lograr una cultura más incluyente.
El Pontífice expresó su preocupación por la gran cantidad de jóvenes desempleados, así como por los ancianos que han sido dañados por una "cultura desechable".
"La crisis mundial no está tratando bien a la gente joven. Estamos corriendo el riesgo de tener una generación que no trabaja. Del trabajo viene la dignidad de una persona", advirtió el Papa.
Jorge Mario Bergoglio, quien sucedió hace cinco meses a Benedicto XVI, pasará una semana en Brasil con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, en momentos en que decenas de miles de jóvenes en el país con más católicos del planeta han salido a las calles para protestar contra las desigualdades sociales, la corrupción y los malos servicios.
En las redes sociales ya circulan las versiones sobre nuevas manifestaciones, de las cuales algunas de ellas se estima que sucedan tan pronto como el líder de la iglesia católica aterrice en Río de Janeiro.
"La gente joven en este momento está en crisis", aseveró el Papa. "Todos nos hemos acostumbrado a esta cultura desechable. Hacemos lo mismo con los ancianos. Tenemos que parar esta costumbre de deshacernos de las cosas. Necesitamos una cultura de la inclusión", añadió.
El desempleo juvenil en las economías desarrolladas es tan severo que ha llevado a la Organización para Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) a pedir mayor intervención gubernamental, incluyendo, por ejemplo, pagar a las compañías que contraten a más jóvenes. Como muestra están países como Grecia y España, donde las tasas de desempleo juvenil rondan en un 60%.
Se espera que la Jornada Mundial de la Juventud, un evento bienal, atraiga más de un millón de visitantes a Río de Janeiro.
El Papa afirmó que los jóvenes no tienen que ser aislados: "Cuando aislamos a los jóvenes, les impedimos pertenecer y los jóvenes deben pertenecer".
Desde el día de su elección como Papa, el pontífice argentino ha enfatizado en construir una iglesia más humilde e incluso ha renunciado a los lujos característicos de todos los papas. En cuanto arribe a Brasil, se hospedará en un cuarto similar al de otros sacerdotes, en lugar de la enorme suite que habían preparado los organizadores.
Francisco ha creado comisiones especiales para reformar el banco Vaticano -sacudido por una ola de escándalos financieros- y también la atribulada burocracia de la iglesia católica.