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Papa Francisco critica crisis penitenciaria en visita a cárcel de Bolivia

Continuando con una costumbre que inició cuando fue arzobispo de Buenos Aires, Francisco ingresó a Palmasola; ahí dijo que "son muchos los elementos que juegan en su contra en este lugar, lo sé bien: el hacinamiento, la lentitud de la justicia, la falta de terapias ocupacionales y de políticas de rehabilitación, la violencia",

SANTA CRUZ. El Papa Francisco lanzó duras críticas contra el estado de las prisiones y la justicia de Bolivia en una visita a la cárcel más peligrosa del país, uno de sus últimos actos antes de volar a Paraguay, la escala final de una gira sudamericana en la que ha abogado por los marginados y el medioambiente.

Continuando con una costumbre que inició cuando fue arzobispo de Buenos Aires, Francisco ingresó a Palmasola, una hacinada ciudadela carcelaria que alberga a unos 4 mil 500 reos, un tercio de la población carcelaria del país, en las afueras de Santa Cruz, la ciudad más grande de Bolivia.

Es un penal donde las revueltas son comunes: en el 2013, por ejemplo, tras horas de enfrentamientos por el control de pabellones, 35 reos fueron asesinados y decenas heridos.

"Son muchos los elementos que juegan en su contra en este lugar, lo sé bien: el hacinamiento, la lentitud de la justicia, la falta de terapias ocupacionales y de políticas de rehabilitación, la violencia", dijo Francisco, ante el aplauso de miles que lo recibieron con globos blancos y amarillos, los colores del Vaticano.

"Es necesaria una rápida y eficaz alianza interinstitucional para encontrar respuestas. Sin embargo, mientras se lucha por eso, no podemos dar todo por perdido", agregó en un encuentro privado donde el fuerte viento le arrebató el solideo.

En Palmasola, como en otras cárceles de Bolivia, el ingreso y salida de reclusos se logra con sobornos a los guardias que permiten la convivencia dentro del penal de niños y mujeres con asesinos, narcotraficantes y violadores.

Según la Defensoría del Pueblo, Bolivia tiene la mayor cantidad de presos sin sentencia de Latinoamérica, con 84 por ciento, seguido por Paraguay, con 71 por ciento.

Con la ayuda de un carro de golf, el Papa Francisco recorrió la prisión, del tamaño de 34 campos de fútbol, para escuchar los testimonios de hombres y mujeres, la mayoría sin sentencia judicial, y para abrazar y besar a decenas de niños y llevar un mensaje de esperanza a los miles de reos.

"Reclusión no es lo mismo que exclusión, que quede claro, porque la reclusión forma parte de un proceso de reinserción en la sociedad", dijo.

Y los presos le agradecieron.

Uno de ello, Leónidas Rodríguez, de 43 años, pidió que el Estado interceda en sus casos.

"Tenemos esperanza de que con la visita, el Santo Padre va a poder interceder ante nuestras autoridades para que se trabaje en el tema de las necesidades en los penales", dijo.

"Nosotros también somos parte de la sociedad, somos seres humanos, tenemos derechos. El hecho de que estemos privados de libertad o que hayamos cometido un delito no significa que nos dejen al abandono, como hoy estamos", agregó.

Este vienes, el Papa sostendrá un encuentro con obispos y luego partirá a Paraguay para cerrar su gira en el país latinoamericano con mayor porcentaje de católicos.

En esta nación mediterránea, además de los saludos protocolares típicos de su investidura, visitará el hospital "Niños de Acosta Ñu", que debe su nombre a un enfrentamiento del Siglo XIX entre un ejército de Brasil, Argentina y Uruguay contra fuerzas paraguayas constituidas en su mayoría por niños.


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