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De Malasia a Indonesia: El historial de los mexicanos detenidos por crímenes en el sur de Asia

Drogas, robo a mano armada y hechos que les han llevado a condenas como la pena de muerte. México suma dos casos de connacionales detenidos en el sur de Asia.

Cuatro mexicanos están implicados en un robo a mano armada en Bali, Indonesia, en un hecho que provocó revuelo en ambos países por los hechos violentos ocurridos, así como una posible condena de hasta 15 años de prisión.

Los hechos habrían ocurrido el 23 de enero, cuando los cuatro mexicanos rodearon una villa llamada The Palm House y secuestraron a un encargado de seguridad además de disparar contra los cuatro inquilinos que venían de Turquía y de Georgia. Una de las víctimas del robo recibió un disparo en el estómago y otro en el brazo. Por el momento se desconoce su estado de salud.

El hecho fue sumamente llamativo en Bali, una ciudad turística reconocida por sus altos costos y tranquilidad como destino para familias y viajeros de todo el mundo.

Se reportó que el robo que hicieron los mexicanos en Indonesia fue por un aproximado de 4 mil dólares, y sumado al ataque, se podrían sumar hasta 15 años de cárcel como condena para los tres hombres detenidos y el que permanece prófugo.

Los hechos indignaron a cientos de personas en redes sociales, quienes condenaron a los connacionales que en un país tan lejano como Indonesia, donde la mayoría de personas relacionadas con crímenes son de origen hindú.

Desafortunadamente, no es la primera vez que hay mexicanos vinculados con la violencia en el sureste asiático, y a continuación la historia de un hecho ocurrido hace años.


La historia de los mexicanos condenados a la horca en Malasia

Los hechos ocurrieron el 4 de marzo de 2008, cuando los hermanos José Regino, Luis Alfonso y Simón González Villarreal, procedentes de Sinaloa, fueron detenidos por estar relacionados con el narcotráfico y la fabricación de drogas sintéticas en Malasia.

Fueron llevados por un amigo suyo, y aunque la empresa tenía la fachada de dedicarse a la fabricación de globos gigantes para publicidad; sin embargo, era un laboratorio de metanfetaminas, y ellos eran conscientes de ello, aunque se deslindaron de dedicarse a la producción de drogas.

Estuvieron solos durante años, y no tenían ni forma de comunicarse ni sus pasaportes, y su amigo que los había llevado les había abandonado. Entonces comenzó el duro trato de las autoridades de Malasia, quienes los mantuvieron en prisiones, además de que los condenaron a la pena de muerte.

Fue tres años después de su arresto que las autoridades mexicanas intervinieron, según dijeron a la BBC, aunque el gobierno dijo que desde el 2008 se había puesto en contacto con ellos a través de una visita consular.

El Gobierno de México contribuyó para afirmar que ellos no formaban parte del Cártel de Sinaloa, esto luego de que las investigaciones de la DEA apuntaran a la operación de la organización criminal entonces liderada por Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán en el país.

El proceso duró años en los tribunales, y hasta 2018 se confirmó que fueron perdonados y no se les iba a aplicar la pena de muerte con la condición de que nunca regresaran a Malasia, y los tres hermanos regresaron a México el 10 de mayo de ese año.

Con información de BBC.

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