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El Banco Central de Argentina anunció en febrero de 2023 la emisión de un nuevo billete que será el de más alta denominación del país sudamericano: El billete de 2 mil pesos argentinos.
Este nuevo billete -aprobado en medio de una inflación galopante y una devaluación significativa de su moneda- equivale a 156 pesos mexicanos u ocho dólares con 80 centavos, según el tipo de cambio oficial.
Las autoridades monetarias argentinas decidieron lanzar esta nueva moneda, como una respuesta al reclamo de empresas y bancos sobre el manejo de grandes sumas de dinero en efectivo con billetes de menor denominación debido a la inflación.
El billete, diseñado en colaboración con Casa de Moneda, conmemorará el “desarrollo de la ciencia y de la medicina” en Argentina y tendrá en el anverso a las figuras de la doctora Cecilia Grierson (1859-1934), primera médica argentina, y del también sanitarista Ramón Carrillo (1906-1956), que fue el primer ministro de Salud del país entre 1949 y 1954.
¿Qué se puede comprar con el nuevo billete de 2 mil pesos argentinos?
- Una hamburguesa de pollo con queso de KFC con papas y refresco
- Cuatro docenas de huevo
- Cinco caguamas de cerveza nacional (Quilmes)
- Tres botellas de dos litros de Coca-Cola.
- Dos paquetes de 345 gramos de galletas Oreo.
- 12 rollos de papel higiénico (en promedio).
- Dos pastas dentales Colgate de 180 gramos.
- Una llave ajustable francesa de 12 Pulgadas.
Depreciación constante de la moneda argentina
Desde noviembre de 2017 -cuando aún gobernaba Mauricio Macri (2015-2019)- el billete de mayor denominación en Argentina es el de mil pesos, que, en ese momento, equivalía a poco más de 57 dólares.
Actualmente ese billete solo representa cuatro dólares con 38 centavos, al cambio oficial y poco más de dos dólares blue.
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La actual divisa argentina comenzó a circular el 1 de enero de 1992 como “peso convertible”, tras la ley que, durante el Gobierno de Carlos Menem (1989-1999) fijó la paridad con el dólar, como parte de las medidas impulsadas para poner fin a la hiperinflación de 1989-1990.
La equivalencia ‘1 peso, 1 dólar’ rigió hasta 2002, cuando la grave crisis del ‘corralito’ que explotó el año anterior obligó a poner fin a esa convertibilidad. Desde entonces, las recurrentes crisis han devaluado sin parar la moneda argentina.