Durante la inauguración de LUDÕ, Daniel Lamarre, Vicepresidente Ejecutivo de Cirque du Soleil Entertainment Group, y Gabriel de Alba, Co-Chairman del Consejo de Administración de la misma compañía, expresaron en entrevista con El Financiero su entusiasmo y gran expectativa por el nacimiento de este proyecto. Tras años de planeación, inversión y un alto riesgo creativo, LUDÕ se consolida como uno de los desarrollos de entretenimiento más ambiciosos jamás realizados en México.
La alianza entre Grupo Vidanta y Cirque du Soleil no solo da origen a un espectáculo sin precedentes, sino que posiciona al país en un nivel comparable —y en muchos sentidos superior— al de los grandes centros de entretenimiento internacional como Las Vegas o Londres. La clave, coinciden sus impulsores, está en una combinación poco común de talento artístico, visión empresarial y la profunda riqueza cultural de México.

“En México logramos algo que no se ha hecho en ningún otro lugar del mundo”, señalaron los responsables del proyecto. LUDÕ surge de la integración de la magia del país, la infraestructura desarrollada por Grupo Vidanta y la creatividad de la que es considerada la compañía de entretenimiento en vivo más importante del planeta. “No existe en Las Vegas, no existe en Londres, no existe en Asia ni en Medio Oriente. Solo existe aquí”, enfatizaron.
El mayor desafío fue romper los límites de la imaginación. Concebir una propuesta verdaderamente innovadora implicó cuestionar convenciones técnicas, artísticas y narrativas. El resultado es una experiencia diseñada para despertar sensaciones inéditas en el espectador y dejar una huella emocional capaz de trascender generaciones.

A diferencia de otros polos internacionales del espectáculo, LUDÕ se construye a partir de una fórmula irrepetible: la creatividad de Cirque du Soleil, la ambición estratégica de Grupo Vidanta y la esencia misma de México. Un país con una historia profunda, una cultura vibrante y una energía humana que impulsa constantemente a ir más lejos. Ese entorno, aseguran, ofrece un espacio de desarrollo creativo difícil de replicar en otros mercados.

En escena, 45 artistas dan vida a un universo acuático cargado de simbolismo. Bailarines, acróbatas y aerialistas parecen desafiar la gravedad, mientras el agua se convierte en un elemento vivo que envuelve, narra y transforma cada momento. Cada acto evoca fragmentos de una vida redescubierta —la infancia, la familia elegida y la obsesión creativa— en un recorrido sensorial que conecta emoción y memoria.
El espectáculo se presenta en un teatro diseñado exclusivamente para LUDÕ, inspirado en una flor de loto que se eleva 27 metros y sumerge a cerca de 700 invitados en una experiencia inmersiva de 360 grados. Antes de la función, los asistentes disfrutan de una cena de tres tiempos creada por VidantaWorld, concebida como un preludio sensorial que abre la puerta a la imaginación. Música en vivo, juegos de luz y una Orquesta de Cristal interpretada colectivamente por el público completan el ritual.

Daniel Lamarre hizo un llamado directo a los empresarios mexicanos a creer, apostar e invertir en el país. Proyectos como LUDÕ, afirmó, demuestran que la disciplina, los sueños y una visión empresarial de largo plazo pueden transformarse en realidades con impacto económico y social, en un momento clave para construir desarrollo sustentado en la confianza y el compromiso colectivo.




