Monterrey

María Fonseca: Dimensiones del legado multigeneracional

Grupo Bimbo es la segunda empresa familiar más grande de México; fue fundada en 1945 como Panificación Bimbo.

En días recientes circulaba en redes sociales (LinkedIn para ser específica) una carta de Daniel Servitje Montull, presidente y Director General de Grupo Bimbo, dirigida a sus más de 140,000 colaboradores y en la que anunciaba su entrega de estafeta como director general del Grupo, para convertirse en su Presidente Ejecutivo; un nuevo rol pero desde el que estaría tan comprometido como en sus responsabilidades previas. El líder empresarial anunciaba una nueva etapa para este grupo empresarial familiar de casi 8 décadas de estar nutriendo al mundo.

Grupo Bimbo es la segunda empresa familiar más grande de México; fue fundada en 1945 como Panificación Bimbo. La empresa panificadora comenzó a producir pan en barra y hoy vende más de 100 marcas en 34 países de 4 continentes a través de su red de 215 plantas de producción.

La principal razón por la que esta nota llamó mi atención es que en la carta se dibuja claramente el journey de liderazgo de una familia empresaria. El éxito empresarial ha sido más la consecuencia de hacer las cosas desde una perspectiva de trascendencia que deja de manifiesto la creación de un legado sólido con todas sus dimensiones: material, biológica, cultural y social.

La dimensión material es la más evidente cuando el éxito en los negocios ha estado presente; ello incluye no solo la riqueza económica pero también los activos y otros bienes que se van acumulando con el paso de las generaciones. La dimensión biológica la podemos identificar con los apellidos de la familia y con la genealogía asociada a ellos. En cuanto a la dimensión cultural de un legado, ésta se va construyendo con los valores de la familia, muchas veces trasladados a las empresas, los hábitos, los rituales; es decir, la idiosincrasia de la familia que identifica una forma determinada de hacer las cosas. Por último, la dimensión social tiene que ver con la reputación e influencia social que llega a ejercer la familia en diferentes contextos.

Y así como ha sido para la familia Servitje, custodiar un legado multigeneracional implica reconocer quiénes somos, cuáles son esos valores que nos identifican, qué nos hace generar valor para los distintos grupos de interés y, por supuesto, preservar y, eventualmente, generar mayor prosperidad. En el fondo, son compromisos con el pasado para seguir construyendo futuros. Un futuro que invite a la innovación, a la búsqueda de la trascendencia a través de la generación de impacto positivo con nuestras acciones. Familias ejemplares como Coppel, Zambrano, Garza, González, Plasencia, Devlyn, Servitje, y muchas más en nuestro país, han decidido trabajar en el desarrollo de las nuevas generaciones, imprimiendo una tradición de innovación que los vuelva conscientes de la gran responsabilidad de transformar futuros e impactar de manera positiva el entorno.

En resumen, el legado en las familias empresarias implica mucho más que la transmisión de riqueza de una generación a otra; es necesario preservar y cultivar un espíritu de contribución en cada generación, desarrollar la cultura de la familia y tener la capacidad de adaptación que responda a la velocidad del cambio en una economía global, cada vez más regional.

La doctora Fonseca es Directora del Instituto de Familias Empresarias del Tecnológico de Monterrey.

Contacto: maria.fonseca@tec.mx

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