Monterrey

Rosa Nelly Trevinyo: ¿Tienes un Fredo en la Familia?

Si sucede que ya está trabajando en la empresa familiar o es accionista, comienza por poner en práctica estas 6 recomendaciones.

Casi todos hemos visto la saga “El Padrino” y conocemos a los tres hijos de don Vito Corleone: Sonny, Fredo y Michael. También recordamos que después de la trágica muerte de Sonny, Fredo aspira a ser el nuevo “Padrino”. No obstante, su padre elige, por su capacidad y temple, a Michael. Fredo es enviado a Las Vegas y después a La Habana para hacerse cargo de “otros negocios” y fracasa en ambos encargos.

En mi trabajo, he visto diferentes tipos de Fredo’s. A pesar de ello, todos tienen algo en común: causan pérdidas al negocio y quebrantos en la familia. Y es que, mientras a algunos les falta capacidad; a otros les sobra ambición—y aprovechan cualquier oportunidad para beneficiarse a costa del patrimonio ajeno. Los familiares corruptos (robo, tráfico de influencias); los que ordeñan la empresa (usan la infraestructura para hacer negocios personales); los que la sabotean (competencia desleal) o inducen miedo pregonando que sin ellos, todo se vendrá abajo, son algunos ejemplos.

Hablar de estos temas no es agradable; sin embargo, tratarlos es necesario. Y es que, si algo he aprendido a lo largo de estos 25 años, es que ninguna familia multi-generacional es inmune a los Fredo’s. Las circunstancias y los intereses cambian; las personas también. Es justamente por esto, que a veces, el pariente ambicioso que obstaculiza el crecimiento del negocio y traiciona a su familia para “obtener algo por sí solo”, aparece donde menos lo esperamos. Incluso, en familias empresarias donde las dinámicas de antaño eran excepcionales.

¿Qué hacer? En primera instancia, no contratarlo. Pero si sucede que ya está trabajando en la empresa familiar o es accionista, comienza por poner en práctica estas 6 recomendaciones:

1. Separa Familia y Empresa. En la familia, somos iguales (refiriéndome a hermanos y primos, no aplica de padres a hijos). En la empresa, no. Los roles deben estar definidos; los límites también. Separar los objetivos familiares de los empresariales nos ayudará a entender que la unión familiar no se logra con chantajes, y mucho menos, “comprando” a los miembros de la familia (i.e., puestos, sueldos excesivos) sino trabajando arduamente las actitudes y los valores; respetándonos, conociéndonos y conviviendo apropiadamente.

2. Asesórate con Expertos. Desarrolla un Protocolo Familiar o realiza Revisiones Constantes del que ya tienes. El protocolo familiar formula los lineamientos sobre los cuales se regirán los miembros de la familia en la empresa (en temas de trabajo, gobierno y propiedad). También define las sanciones a las que nos haremos acreedores si no cumplimos con ellos. Las revisiones, por otro lado, nos permiten analizar si hemos cruzado esas líneas rojas y nos ayudan a volver al camino de la sana convivencia. Reglas claras y aplicadas, familias unidas.

3. Profesionaliza… Con Voluntad: Toma decisiones empresariales como inversor. Si invirtieras tu dinero en otro negocio, y alguien más lo manejara, revisarías que los objetivos se cumplieran, ¿cierto? Exigirías profesionalismo en la toma de decisiones y en la rendición de cuentas. ¿Por qué no haces lo mismo en tu propia empresa? La profesionalización comienza con organigramas claros, descripciones de puesto definidas, sueldos de mercado, objetivos y evaluaciones de desempeño periódicas, recompensas y sanciones establecidas y aplicadas, etc.

4. Institucionaliza… Con Eficacia: No se trata solamente de crear un Consejo de Administración. Se trata de NO allegarte consejeros que te digan lo que quieres oír o a los cuales Fredo pueda manejar. Los consejeros independientes resultan muy caros si no te ayudan a crecer. Pregúntate: ¿La composición del Consejo de Administración está permitiéndonos alcanzar los objetivos de la empresa? ¿El Consejo de Administración nos está ayudando a resolver asuntos difíciles como el de Fredo?

5. ¿Y si Fredo no se ajusta? Confróntalo y Toma Medidas. Demuestra que el comportamiento reincidente tiene consecuencias. No temas decir que NO o poner los puntos sobre las i’s (directo, pero con respeto). Si aun así no reacciona, despídelo (de la operación), invítalo a salir del Consejo de Administración (gobierno) y/o cómprale sus acciones (si es propietario). Dejar pasar el tiempo complicará las cosas, generará tensión emocional y desmoralizará al personal, además de poner el mal ejemplo a los miembros de siguiente generación de la familia.

6. ¿Y si Fredo tiene poca capacidad, pero le echa ganas? Encapsúlalo. En algunas ocasiones he visto que Fredo es un accionista sin vicios que une a nivel familiar (es el líder emocional), no obstante, sus talentos están lejos del ámbito empresarial. ¿Qué hacemos en estos casos? Si queremos ayudarlo, terminaremos negociando con él su colocación en un puesto periférico—donde pueda utilizar sus dones, no requiera mucho presupuesto y si se equivoca, los daños estén controlados. OJO: Utilizar recurrentemente esta solución no es sano ni sostenible para la empresa, así que ¡Cuidado!

En resumen: Todas las familias empresarias multi-generacionales terminan topándose con un Fredo—familiar consanguíneo o pariente político. La pregunta es… ¿Cuándo?

Escríbeme: rosanelly@trevinyorodriguez.com o contáctame vía LinkedIn, Twitter o Facebook.

Dra. Rosa Nelly  Trevinyo

Dra. Rosa Nelly Trevinyo-Rodríguez

Socia de Trevinyo-Rodríguez & Asociados, Fundadora del Centro de Empresas Familiares del TEC de Monterrey y Miembro del Consejo de Empresas Familiares en el sector Médico, Turismo, Agroalimentario y de Retail.

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